El «descuartizador de Majadahonda» habla desde la cárcel en un libro: condenado a 27 años de prisión

MANU RAMOS. No es el guión de una película sino un hecho real que el periodista Cruz Morcillo, redactora del diario ABC, resume en un libro. Y fue a la cárcel a entrevistarse con su protagonista: «Dos mujeres desaparecidas con cinco años de diferencia. No se conocen, jamás se han visto. Una nació en Salamanca; la otra, en Buenos Aires. Solo les une un nexo: han vivido en el mismo chalé de Majadahonda (Madrid) en épocas distintas. ¿Qué secreto esconde esa casa? ¿A quién pertenece? Eduardo cruza el mundo para descubrirlo y encontrar a su hermana Adriana, pero su rastro se pierde en ese chalé, en marzo del 2015. El de Liria, la dueña, también: nadie la ha echado de menos en los últimos cinco años, aunque alguien se ha encargado de pagar sus recibos y de manejar su cuenta bancaria. Bruno, el casero, tiene explicaciones para casi todo: Liria, su tía, se ha mudado a Ávila, y su inquilina ha huido con un novio. Sin embargo, la Guardia Civil detecta el eco de la falsedad y del olor a óxido de la sangre. En el garaje encuentran una picadora industrial de carne, un objeto arrinconado que oculta en su mecanismo simple respuestas devastadoras: ADN de las dos mujeres. Bruno sufre esquizofrenia paranoide y se convierte en un doble asesino, un criminal pulcro con una doble vida. Pero ¿y su enfermedad y esa «Hermandad de la ER» a la que dice pertenecer que lo persigue día y noche? Sin medicación y sin freno todo es posible en un brote de un enfermo mental. El «chalé de los horrores» es la prueba». Ofrecemos un resumen de la entrevista que le hace a la autora el periodista Fran Cano de «La Contra» de Jaen y la reseña de nuestra colaboradora Julia Sáez en «La Mirada Actual«:


Fran Cano

«Vuelve Cruz Morcillo (Castellar, 1973) a las librerías con «La Hermandad del Mal», una crónica que aborda la desaparición de dos mujeres con cinco años de diferencia. La pluma de la periodista aborda la historia de Bruno Hernández Vega, apodado «el Descuartizador de Majadahonda«, condenado por el asesinato de su tía Lira y su inquilina Adriana. La reportera de ABC, que también ha publicado este año «Departamento de Homicidios», conversa con este periódico acerca de las complicaciones halladas una obra que focaliza la enfermedad mental en el contexto de los crímenes. ¿Por qué esta historia? ¿Qué le ha empujado a escribirla?. —Dos veces dije que no al proyecto. Pero me convenció Marta Robles, directora de la selección «Sin Ficción». Me dio a elegir un caso. No lo veía muy claro. Lo elegí no por la truculencia de las mujeres muertas y después trituradas; quería analizar y poner sobre la mesa qué pasa con los enfermos mentales cuando no están controlados, a veces ni diagnosticados. Y qué ocurre cuando lo están, pero no reciben tratamiento, tienen brotes y en un porcentaje muy pequeño cometen crímenes. Se trata de indagar si los jueces están al nivel para valorar cuándo es imputable y cuando no lo es y no deben estar en la cárcel.


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Bruno el «descuartizador»: «Fui a la cita sin libreta ni bolígrafo. No hablamos de los crímenes, sólo tangencialmente», dice la autora

¿Cuánto tiempo le ha llevado este nuevo trabajo? —Mucho tiempo. En torno a tres años. Siempre tardo más en la parte de la documentación. La hago muy a fondo. En escribirlo, en cambio, he tardado poco. La enfermedad mental y su incidencia en los crímenes es uno de los temas del libro. ¿Entiende que la gente pueda sentirse atraída, desde un punto de vista literario, por el personaje de Bruno?. —El caso es muy atractivo desde el punto de vista literario, sí. Pero, claro, las herramientas de la ficción, que yo no he utilizado, son diferentes a las del periodismo. Yo he hecho no sólo el acercamiento a la enfermedad mental sobre el papel, sino con ellos. Es decir, me he entrevistado con la Guardia Civil, con la víctima y con el propio Bruno Hernández. Cuando te aproximas al personaje desde la realidad y de la no ficción, en realidad te aproximas a la persona, no a un personaje. Este tipo de personajes funcionan en la ficción, incluso crean empatía. Estoy pensando en la serie Dexter, protagonizado por Michael C. Hall.Desde la ficción, como digo, uno no se implica. En cambio desde la no ficción hay una implicación total, porque es la única manera de abordar este asunto y más en esta época, cuando no ha parado de subir la incidencia de la enfermedad mental por muchas razones. ¿Cómo ha sido trasladar al lector quién es Bruno Hernández Vega, «el Descuartizador de Majadahonda»? —Yo lo he hecho con un recurso narrativo, que no de ficción. Y, para que el lector sepa que no está ante un asesino convencional, al principio de cada una de las partes del libro incluyo el diagnóstico médico de Bruno, lo que él contaba a las médicos, sus ideas delirantes y el diagnóstico que le hicieron. Lo he hecho incluso con una tipografía diferente. Es muy importante no engañar al lector.

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El duplex del barrio de La Sacedilla, frente a la estación de tren, donde Bruno «el descuartizador» cometió los crímenes

En este libro, ¿es interesante una voz más allá de lo periodístico o basta con ser reportera e investigar para contar la historia? —Soy bastante lectora, me gusta mucho leer y creo que al final va calando en uno. Si eres periodista y sólo escribes noticias, la herramientas son diferentes a cuando pretendes ir más allá. Porque el recurso que comentaba antes salió sobre la marcha. Quería contar el caso de una forma lineal y cronológica, pero pensé que la idea de plasmar parte de sus informes médicos era un buen recurso literario. Y he utilizado mucho el presente en la narración para que el lector se sienta lo más cerca posible de la historia. ¿Qué ha sido lo más complicado a la hora de escribir? —Poder hablar con Bruno Hernández. Sólo pude entrevistarlo una vez. Y no fue una entrevista al uso. No tuve autorización como periodista para ir a la cárcel, pero sí tuve una charla con él gracias a su entorno. Sabían que estaba escribiendo un libro. Fui a la cita sin libreta ni bolígrafo. No hablamos de los crímenes, sólo tangencialmente. Fue también complicado hablar con Eduardo, el hermano la víctima, que vive en Argentina. Lo hicimos por videollamadas. Le expliqué mi idea: iba a ser aséptica, pero que me iba a detener en la enfermedad mental. También ha sido duro estar en contacto con la pareja y con la hija de Bruno. La última. Sobre periodismo. ¿Qué publicaciones sigue Cruz Morcillo y cuáles recomienda seguir? —Intento leer todo, seis o siete periódicos al día. Lo más destacado, obviamente. Me interesa todo lo que tenga que ver con Tribunales, mi ámbito. Lo primero que hago por la mañana es leer los periódicos, el mío y los de la competencia. Es bueno que lleguen nuevas publicaciones, porque no vivimos precisamente los días más gloriosos en la profesión. Y la competencia nos obliga a ser mejores, concluye la entrevista.

Julia Sáenz-Angulo

JULIA SAEZ-ANGULO. El nuevo libro de Cruz Morcillo «La hermandad del mal», es el título número de 10 de colección SinFicción de la editorial Alrevés, donde se sigue el rastro de dos crímenes espeluznantes del apodado «Descuartizador de Majadahonda«. “La Hermandad del Mal” sigue el rastro de dos mujeres desaparecidas, de dos crímenes espeluznantes que remueven tripas y conciencias. En la trastienda está la historia del autor, una historia presidida por la enfermedad mental sin control ni seguimiento. El libro, además, abre el debate sobre la dificultad de la justicia para juzgar criminales con enfermedades mentales.  ¿Puede un esquizofrénico mantener una doble vida sin que su entorno lo aprecie? ¿Tienen cura quienes sufren ese tipo de enfermedades a las que damos la espalda? ¿Son más propensos a cometer delitos? ¿Se les puede castigar ignorando su enfermedad? El libro incluye una charla de Cruz Morcillo con Bruno Hernández en el centro penitenciario de Navalcarnero (Madrid). Bruno sufre esquizofrenia paranoide y se convierte en un doble asesino, un criminal pulcro con una doble vida. Pero… ¿y su enfermedad y esa hermandad de la ER a la que dice pertenecer que lo persigue día y noche? Sin medicación y sin freno todo es posible en un brote de un enfermo mental. El «chalé de los horrores» es la prueba. A Bruno Hernández Vega lo apodaron «el Descuartizador de Majadahonda» y fue condenado por el asesinato de su tía Lira y su inquilina Adriana. Pero detrás de Bruno se esconde una enfermedad difícil de controlar con consecuencias siempre imprevisibles: la esquizofrenia paranoide. Datos de la autora del libro: Cruz Morcillo (Castellar, 1973) es periodista. Desde 1997 se dedica a contar sucesos e información policial en ABC. Una década después empezó a hacerlo en radio y televisión. Colabora en Cadena Cope y en El Programa de Ana Rosa, entre otros programas de actualidad de Mediaset. Ha recibido premios del Consejo General del Poder Judicial, la Policía Nacional y la Guardia Civil. Le hizo especial ilusión la Cruz al mérito policial con distintivo blanco.  Su último libro es “Departamento de Homicidios”. Una memoria de la España negra. Con “Palabra de Vor. Las mafias rusas en España” ganó el premio al mejor libro de no ficción de la Semana Negra de Gijón (2011). En el 2015 volvió a ser finalista del Rodolfo Walsh por “El crimen de Asunta”. Ha participado en otras obras colectivas como España Negra o Violencia de género. Claves y recursos para periodistas. Lea un capítulo del libro aquí.

 

 

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