El club de golf Las Rejas de Majadahonda acoge este sábado 8 de julio la tercera jornada del Circuito de la Agrupación Madrileña de FootGolf. El evento comienza a partir de las 10:00 horas y para participar es necesario inscribirse a través de este enlace. «No necesitas tener ninguna experiencia, nosotros te explicamos todo», destacan los organizadores de estas jornadas al mismo tiempo que invitan a todos los interesados y curiosos a participar y poder así descubrir este singular deporte. El footgolf es una actividad que mezcla elementos de golf y de fútbol para crear una experiencia de juego única. Aunque pueda resultar una combinación chocante, el footgolf remonta sus orígenes a 1920 en Estados Unidos, donde se comenzó a practicar el codeball, con el que guarda muchas similitudes. En España, el encargado de introducirlo fue el ex jugador de fútbol José Manuel Asensi en el año 2008, aunque su estallido como fenómeno deportivo a nivel mundial se produjo en las décadas de los años 80 y 90. El objetivo del footgolf es parecido al del golf, ya que «gana el primero que emboque el balón de reglamento en el hoyo tamaño XXL —52 centímetros de diámetro— situado en la calle del recorrido».


Uno de los asiduos de este deporte en «Las Rejas» de Majadahonda es Didier Anelka, del que el diario «Marca» hacía la siguiente semblanza: «Didier Anelka siempre ha sido un amante de los deportes. Un enamorado del golf, el squash y el fútbol, donde dio sus primeros pasos como profesional sin mucha suerte. Encontró la forma de ganarse la vida ejerciendo de agente de su hermano pequeño Nicolás, delantero internacional y referente mundial en su momento al que movió por seis países y 12 equipos». El motivo de verle en Majadahonda es que, amén de sus trabajos como representante, encontró la posibilidad de ejercer como entrenador personal en varios Clubs de Golf y realizar las prácticas del título de entrenador de fútbol para el Atlético Torrejón femenino. Cuando Nicolás Anelka fichó por el Real Madrid en el verano de 1999 con Lorenzo Sanz como presidente merengue, a Didier le cambió la vida. Se enamoró de la ciudad y fijó una de sus residencias en la capital de España. «A día de hoy vivo aquí, aunque me considero ciudadano europeo y no descarto moverme a cualquier ciudad del mundo», confiesa.

 

Majadahonda Magazin