PAULA BERBELL. «Mis padres viven en Majadahonda y quería pediros un poco de ayuda. Vivo en EEUU y estoy tratando de que El Almendro me pague un viaje a España de vuelta por Navidad. ¿Me podéis ayudar? Solo hay que abrir el enlace y darle a votar a nuestro video. Muchas gracias. ¡Ayúdanos a estar más cerca de los nuestros esta Navidad!». Con estas palabras, la majariega Leticia López, que lleva en Dallas (Texas) tres años, quiere regresar a Majadahonda en estas fiestas tan familiares: «Mi marido es Alfredo Calvo, este es su primer año aquí. El año pasado os contaba mi historia, llegue aquí sola y un verano de vacaciones en España me enamoré de mi mejor amigo. Bueno pues nos hemos casado y estamos felizmente viviendo en Estados Unidos. Él lo dejó todo por mí y aquí está adaptándose a esta nueva vida». Ahora ha rodado un vídeo para Turrones El Almendro y si gana el concurso con los votos de los espectadores le pagarán el viaje a casa por Navidad. Esta es su historia contada por ella misma:
«Es un sueño vivir en Estados Unidos y realizar y cumplir metas y objetivos profesionales, pero dejas en un segundo plano lo más importante del mundo, nuestras familias. Ahora estamos los dos, es algo más llevadero, pero echamos mucho de menos a los nuestros y es muy difícil ir a España. Es muy caro y Alfredo aun no trabaja aquí. Además está muy lejos. Son momentos difíciles, mis abuelos están muy mayores y mi abuelo con 94 años se está recuperando de una fuerte caída hace tan solo 3 semanas. Cuando me mandaron el vídeo les vi muy deteriorados y eso me afectó muchísimo. No es fácil ver a alguien que quieres tanto en esa situación. Alfredo a su vez tiene una relación perfecta con su hermano, se echan mucho de menos y se necesitan cada minuto. Pasaban muchísimo tiempo juntos, son uña y carne y aunque eso no lo vaya a cambiar la distancia, no llevan bien estar tan separados. Les encantaría volver a juntarse por Navidad».
«Por otro lado están sus sobris, se van haciendo mayores y nos estamos perdiendo muchos momentos preciosos en sus vidas. En general no es fácil estar aquí a 8.000 kilómetros de distancia sin nuestros padres, madres, hermanos y hermanas, fue nuestra decisión, pero no hay nada que nos pudiese hacer más felices que pasar estas Navidades con todos ellos. Por eso por segundo año consecutivo vamos a intentarlo. La esperanza e ilusión no se deben perder nunca y menos en estas fechas. Muchas gracias por esta oportunidad. ¡Felices Fiestas!». Leer más.
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