PROYECTO CÉFIRO. INSTITUTO JOSE SARAMAGO (MAJADAHONDA). (13 de marzo de 2025). «Un Viaje hacia las Estrellas». En el corazón de Majadahonda, un grupo de estudiantes del Instituto José Saramago está embarcándose en una aventura que combina tecnología, ciencia y mucha creatividad. Se trata del proyecto CanSat, una iniciativa que nos ha permitido explorar los límites de la ingeniería, la programación y el diseño, mientras soñamos con alcanzar las alturas. Este proyecto no solo es una oportunidad para aplicar lo que hemos aprendido en las aulas, sino también una forma de inspirar a nuestra comunidad y demostrar que, con esfuerzo y dedicación, no hay meta que no podamos alcanzar. ¿Qué es el CanSat?. Para aquellos que no estén familiarizados con el término, un CanSat es una simulación de un satélite real, pero integrado dentro del volumen y la forma de una lata de refresco. El desafío consiste en diseñar, construir, programar y lanzar este pequeño dispositivo, que será impulsado por un cohete hasta una altura aproximada de 2 kilómetros. Una vez en el aire, el CanSat debe realizar una serie de tareas, como la recopilación de datos y el aterrizaje seguro, para luego ser recuperado y analizado.

UN MENSAJE PARA MAJADAHONDA: En nuestro caso, el CanSat tiene dos misiones principales: la primera es localizar el dispositivo después del lanzamiento utilizando un sistema de GPS, y la segunda es medir los niveles de dióxido de carbono (CO2) a diferentes alturas durante su descenso. Estas misiones no solo nos desafían técnicamente, sino que también nos permiten contribuir al estudio del medio ambiente, un tema de gran relevancia en la actualidad. A través de este artículo en MJD Magazin, queremos compartir nuestro entusiasmo con toda la comunidad de Majadahonda. Este proyecto no solo es una oportunidad para representar a nuestro instituto en una competición a nivel nacional, sino también una forma de demostrar que los jóvenes tenemos la capacidad de enfrentar desafíos complejos y aportar ideas innovadoras. Invitamos a todos los vecinos de Majadahonda a seguir de cerca nuestro progreso y a apoyarnos en esta aventura, siguiéndonos en nuestro perfil de Instagram @cefiros pues creemos que proyectos como este son una muestra de lo que se puede lograr cuando se combinan la educación, la pasión y el trabajo en equipo. Del mismo modo, esperamos que nuestra experiencia inspire a otros estudiantes a perseguir sus propios sueños, sin importar cuán grandes o pequeños sean.

NUESTRO EQUIPO: Un Trabajo en Conjunto. Nuestro equipo está compuesto por 6 estudiantes, cada uno con un rol específico que contribuye al éxito del proyecto. En el área de programación, Manuel y Paula son los encargados de desarrollar el código que permitirá que el CanSat funcione correctamente. Desde la configuración del GPS hasta la calibración del sensor de CO2, su trabajo es fundamental para que el dispositivo cumpla con sus objetivos. Por otro lado, María y Diego están a cargo del diseño del paracaídas, un componente crucial para garantizar que el CanSat aterrice de manera segura y sin daños. Este no es un trabajo sencillo, ya que el paracaídas debe ser lo suficientemente resistente para soportar las condiciones del lanzamiento y el descenso, pero también lo bastante ligero para no afectar el funcionamiento del dispositivo. En el área de difusión del proyecto a través de las redes sociales tenemos a Elisa. Esta tarea es importante ya que nos ayuda a conseguir patrocinios que nos faciliten la realización del proyecto. Asimismo, gracias a los patrocinadores, el proyecto recibe visibilidad. Finalmente, Pedro está enfocado en el diseño de la antena, un elemento clave para asegurar que la comunicación entre el CanSat y la estación terrestre sea efectiva. Sin una antena bien diseñada, no podríamos recibir los datos que el dispositivo recopila durante su vuelo, lo que haría imposible completar nuestras misiones.

UN PROYECTO CON DESAFÍOS Y APRENDIZAJES. Aunque estamos emocionados con el proyecto, también hemos enfrentado algunos desafíos. Leves retrasos en comparación con la planificación inicial pueden surgir, pero esto no disminuye nuestra motivación. Al contrario, nos ha enseñado la importancia de la perseverancia y el trabajo en equipo. Cada obstáculo que superamos nos acerca más a nuestro objetivo final y nos permite aprender habilidades que van más allá de lo académico, como la gestión del tiempo, la resolución de problemas y la comunicación efectiva. Uno de los mayores retos ha sido integrar todos los componentes del CanSat de manera que funcionen en armonía. Por ejemplo, el sensor de CO2 debe estar perfectamente calibrado para proporcionar datos precisos, mientras que el sistema de GPS debe ser lo suficientemente sensible para permitirnos localizar el dispositivo después del aterrizaje. Además, el diseño del paracaídas y la antena debe ser compatible con el resto de la estructura, lo que requiere una coordinación constante entre todos los miembros del equipo.

LA MISIÓN SECUNDARIA: MEDIR EL CO2. La misión secundaria de nuestro CanSat es particularmente emocionante, ya que nos permite contribuir al estudio del medio ambiente. El sensor de CO2 que hemos integrado en el dispositivo nos permitirá medir los niveles de este gas en diferentes alturas durante el descenso. Estos datos no solo serán útiles para nuestro proyecto, sino que también podrían ser utilizados para investigaciones futuras relacionadas con la calidad del aire y el cambio climático. Este aspecto del proyecto nos ha hecho reflexionar sobre la importancia de la ciencia y la tecnología en la búsqueda de soluciones a los problemas globales. Así pues, este proyecto nos ha permitido entender cómo la innovación y la colaboración pueden tener un impacto real en el mundo. MIRANDO HACIA EL FUTURO: A medida que nos acercamos a la fecha de la competición, nuestro equipo está más motivado que nunca. Sabemos que el camino no será fácil, pero estamos convencidos de que, con esfuerzo y dedicación, lograremos hacer realidad nuestro sueño de lanzar el CanSat y completar nuestras misiones con éxito. Este proyecto es solo el comienzo de lo que esperamos sea una larga trayectoria en el mundo de la ciencia y la tecnología. Para nosotros, el CanSat no es solo una lata que volará a 2 kilómetros de altura; es un símbolo de lo que podemos lograr cuando trabajamos juntos y nos atrevemos a soñar en grande. Así que, Majadahonda, ¡estén atentos! Pronto, desde el cielo, nuestro CanSat les enviará un saludo y una muestra de lo que los jóvenes de esta comunidad somos capaces de hacer. ¡El futuro está en nuestras manos, y estamos listos para alcanzarlo! Este proyecto es una prueba de que, con pasión, dedicación y trabajo en equipo, no hay límites para lo que podemos lograr. Desde el Instituto José Saramago, seguiremos trabajando duro para hacer de este sueño una realidad y, al mismo tiempo, inspirar a otros a perseguir sus propias metas. ¡El cielo no es el límite, es solo el comienzo!