JORGE RUBIO. Las recientes reyertas con fatal desenlace que se han producido en el seno de las fiestas patronales de ciudades españolas como Cobeña y Móstoles han vuelto a reabrir el debate sobre la seguridad en este tipo de eventos. Una situación que ha puesto en el foco mediático a Majadahonda por su experiencia a la hora de tratar este tipo de conflictos. La localidad ha aprendido «a las malas» como lidiar con los violentos y establecer toda una serie de medidas disuasorias con las que evitar muertes y peleas en el seno de estas fiestas locales. Un particular modelo de actuación que, de haberse importado a Cobeña y Móstoles, podría haber evitado las muertes que se han producido en estos dos municipios según el periodista del diario El Mundo Luis F. Durán. «Respecto a que los implicados en las peleas del pasado puente llevaran armas blancas, las fuentes oficiales inciden que en espacios abiertos con cientos o miles de personas, no se cachea a la mayoría de los congregados porque no está estipulado así y porque acarrearía mucho tiempo y medios. Algunos municipios como Majadahonda y Las Rozas sí realizan en las fiestas patronales un cacheo casi individual a los miles de jóvenes, que pasan por varios filtros antes de entrar al recinto ferial, que está completamente vallado», detalla.


Y prosigue: «En la Jefatura Superior de Policía de Madrid, la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) es la encargada de estas operaciones específicas en áreas de ocio con el fin decomisar navajas y en la Guardia Civil también realizan la misma tarea los agentes de respuesta inmediata de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC) e incluso del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS)». A pesar de estos esfuerzos y de la lucha activa desde las fuerzas de seguridad de Majadahonda para evitar este tipo de altercados, lo cierto es que parece complicado erradicar la violencia. El peor de estos sucesos en la historia reciente de la ciudad tuvo lugar en 2017 cuando se produjo una autentica batalla campal en plenas fiestas que se saldó con 15 agentes heridos y 27 detenidos. El balance de 2018 fue algo mejor, aunque se registraron un total de 11 peleas que se saldaron con un total de 13 heridos. Sin embargo, en este mismo periodo se produjeron al menos dos agresiones sexuales, lo que evidencia que todavía queda mucho por hacer en materia de seguridad.

Majadahonda Magazin