MICHAEL GREGER M.D. FACLM *La traducción y edición de este contenido ha sido realizada por Cecilia Sassot y Leslie Salas voluntarios activos en NutritionFacts.org. Hemos sabido sobre la posible asociación entre el consumo de alcohol y una excesiva mortalidad por cáncer desde hace más de cien años. Aunque la evidencia se está acumulando en cuanto a que beber alcohol también se asocia con cáncer de páncreas, cáncer de próstata y melanoma, estamos bastante seguros de que el alcohol aumenta el riesgo de cáncer de boca, cáncer de garganta, cáncer de esófago, cáncer colorrectal, cáncer de hígado, cáncer de caja de voz y cáncer de mama. Las estimaciones actuales sugieren que el alcohol causa aproximadamente el 5,8% de todas las muertes por cáncer en estos órganos en todo el mundo. Así es como se desglosa para hombres y mujeres: en los hombres, el alcohol causa principalmente cánceres de cabeza y cuello y cánceres gastrointestinales. Mientras que para las mujeres es principalmente cáncer de mama. El alcohol parece causar más de 100 000 casos de cáncer de mama cada año. Sí, pero, ¿esos caso se dan solo en personas que consumen grandes cantidades de alcohol? No, todos los niveles de evidencia muestran una relación de riesgo entre el consumo de alcohol y el riesgo de cáncer de mama, incluso a bajos niveles de consumo.
Ahora bien, una alimentación saludable podría ayudar a regular este riesgo. Sí, el alcohol aumenta el riesgo de cáncer de mama, pero una alimentación rica en fibra puede tener el efecto opuesto. Y así, comiendo más alimentos de origen vegetal se pueden aliviar los efectos adversos del alcohol. Se ha demostrado que el alcohol aumenta los niveles de hormonas sexuales como el estrógeno, lo cual puede aumentar el riesgo de cáncer de mama. Pero sucede lo opuesto al comer alimentos ricos en fibra. La fibra parece pegarse al estrógeno en el colon y ayuda a expulsarlo del cuerpo. Pero, aún así, no parece ser que algún nivel de consumo de alcohol sea completamente seguro desde el punto de vista del cáncer. Entonces, es por eso que se ven comentarios como este en la literatura médica (con signos de exclamación y todo) apuntando que el consumo de un carcinógeno adictivo no se puede considerar una opción de estilo de vida saludable. Por lo tanto, la conclusión sobre el alcohol debería ser clara: es tóxico, cancerígeno, causa de defectos de nacimiento y es potencialmente adictivo. Al argumentar lo contrario, los científicos le podrían dar a la industria del alcohol y a los anunciantes la oportunidad de manipular la evidencia científica para obtener beneficios económicos a costa de la salud pública. La forma en que esto funciona es negando y distorsionando la evidencia y tratando de distraer la atención del público. La industria del alcohol parece estar involucrada en el mismo tipo de tergiversación extensiva de la evidencia por la que la industria del tabaco es conocida. Sin embargo, son capaces de mantener esta ilusión de rectitud. Las empresas que producen alcohol, tabaco y comida basura cada vez más buscan presentarse como proveedores objetivos de información, diciéndonos qué tan saludables son sus productos; pero esta información debería venir de las autoridades de salud, no de los traficantes de drogas más exitosos del siglo XXI.
La industria del alcohol se beneficia enormemente de esta desconexión y a veces incluso se apropian de la causa de la prevención del cáncer con el fin de promover su producto cancerígeno. Por ejemplo: la limonada rosada de Mike. “Únete a la lucha de la bebida rosada”. La creación de esta bebida con cintas rosadas se asoció a la muerte de una de sus empleadas por cáncer de mama. Irónicamente, contribuyendo al riesgo en nombre de la prevención. ¿Quién, después de todo, podría olvidar las cubetas de pollo frito de Kentucky Fried Chicken para su campaña en torno al cáncer de mama?. El riesgo de cáncer es una de las cosas que la industria del alcohol no te dirá. ¿Pero por qué tu doctor no te lo dice? Hay relativamente poca conciencia pública sobre el vínculo y, en gran medida, la comunidad médica ha permanecido en silencio. La profesión médica puede estar recibiendo más información acerca de los conflictos de intereses corporativos en general, pero ¿por qué está ignorando a la industria del alcohol?
En otras palabras, ¿por qué el cáncer causado por alcohol es el secreto mejor guardado? Tal vez es porque los doctores son bebedores ellos mismos y quieren permanecer en negación sobre todo el asunto. No solo la mayoría de los doctores beben, una proporción significativa admite beber mientras está de guardia y reporta que se han encontrado con otros médicos de guardia mientras estos aparentemente estaban incapacitados. Aunque la mayoría de los doctores sintieron que tenían la obligación de contarles a sus pacientes en caso de que surgiese una situación así, ¿adivina cuántos realmente lo hacen? Solo el 12% reportó que informa a sus pacientes que han estado bebiendo. La industria ha identificado el mensaje de que el alcohol causa cáncer como una amenaza considerable y tiene un “interés personal en mantener el status quo de ignorancia relativa, incertidumbre y negación entre la población general y sus consejeros de salud de confianza. En vista de esto, es hora de que los profesionales de la salud pongan de lado cualquier inclinación que pueda derivarse de su propio consumo y que transmitan sin reservas a sus pacientes y a las comunidades a las que sirven que el alcohol causa cáncer”.