JULIA BACHILLER. A finales del pasado mes de marzo (2021), Cruz Roja Majadahonda-Las Rozas hacía constar en un comunicado a los medios de comunicación el reparto de alimentos efectuado en las dos localidades. En el mismo destaca como beneficiarias a 54 familias, que representan un total de 186 personas, el cual contó con la colaboración de 12 voluntarios encargados de realizar el reparto para los dos municipios vecinos. La loable actuación de esta ONG se sustenta en 7.468 personas socias, según datos de 2021 que aportan en su página web, a las que hay que añadir 50 empresas socias, fondos públicos y privados que recibe esta organización y cuyas aportaciones económicas ayudan a sufragar su actuación social en Majadahonda y Las Rozas. Por otra parte tenemos a Cáritas, entidad de acción humanitaria y social de la Iglesia católica, que en similares condiciones a la ONG antes mencionada, desarrolla su acción con financiación pública y privada, donaciones que se ven más incrementadas en el aspecto material que económico, ya que  sus solicitudes se centran en productos de primera necesidad para su inmediata distribución. En Majadahonda, la actividad de esta entidad se distribuye en las cinco parroquias del municipio.


Con asombro recibimos los datos que nos aporta en la misma fecha, (marzo 2021) Cáritas Parroquial de Santa Catalina, pues son el actual reflejo de la triste situación económica actual de muchas familias, solo de Majadahonda, y que incrementan notablemente las ayudas que Cruz Roja ha realizado. Cifras a las que debería sumarse los de las otras 4 parroquias del municipio, aunque carecemos de ellas. Los datos de atención a familias majariegas reflejan que en el mes de marzo de 2021 han sido 101 las que han solicitado su ayuda, lo que contabiliza un total de 317 personas, de las cuales 202 son adultos y 115 menores. Las terribles cifras se complementan con un resumen del primer trimestre del año 2021, el cual aporta los siguientes datos: 227 familias atendidas, que computan un total de 705 personas, de los cuales 452 son adultos y 250 menores. A esta cifra hay que destacar que 49 casos son derivados desde Servicios Sociales del Ayuntamiento y 39 son nuevos expedientes abiertos: familias que por primera vez acuden a solicitar ayuda.

May Ferreira es la encargada de facilitar y controlar estos datos como voluntaria de la entidad. Un trabajo más que meritorio el que realizan estos voluntarios, que junto al párroco y sacerdotes de la parroquia, recepcionan, preparan, distribuyen, valoran y escuchan los testimonios de los solicitantes, y aportan una solución a sus necesidades. Recientemente May Ferreira hacía público que “cuando hace más de un año nos vimos envueltos en la situación de la pandemia, empezó una ola de solidaridad para las personas más desfavorecidas, que canalizamos a través de Cáritas Santa Catalina de Majadahonda. Fueron numerosas las donaciones de particulares, alguna institución y algunos comercios de la localidad, pero sobre todo de personas anónimas que contribuían comprando alimentos y productos de higiene. Atendimos durante ese año a 2.108 personas, de las cuales 789 eran menores. Quiero destacar entre todas esas donaciones un grupo de personas que organiza, impulsa y anima M.F.C. Ella, junto con un grupo de amigas y vecinas, están a nuestro lado de forma anónima y absolutamente generosa, desde hace más de un año, con sus donaciones particulares ¡todos los viernes! Sin desfallecer, sin olvidarse, al pie del cañón. Han pasado muchas semanas, muchos viernes y diferentes circunstancias desde entonces, pero de forma sistemática, cada semana M.F.C me pregunta qué productos necesitamos y junto a su grupo se moviliza para donarnos alimentos, productos de higiene, de limpieza…. Mañana es viernes y se repite la operación. Las palabras resultan pobres para agradecer tanta solidaridad, manteniendo la voluntad de seguir ayudando después de tanto tiempo. Toda nuestra gratitud, desde el equipo de Cáritas Santa Catalina y de todas las personas que reciben vuestra ayuda para M.F.C y su grupo de apoyo. Un abrazo”.

El párroco, Juan Francisco Pérez Ruano, ya anunciaba en el mes de julio que “hemos pasado de atender a 6 familias a la semana a atender a unas 60 familias”, para seguidamente aventurar: “Lo  primero es dar las gracias a todos los vecinos y decirles que esto  no se ha terminado. Acaba la urgencia pero ahora viene lo de todos los días, ya que hay vecinos de Majadahonda que van a seguir pasando  necesidad, que van a seguir en el paro, que alguno no habrá cobrado  los ERTEs o habrán perdido su puesto de trabajo y van a seguir  necesitando de nuestra ayuda, por lo que les animo a que sigamos manteniendo la solidaridad con ellos, que creo que es importantísimo. Como dice el Evangelio: “Hay más dicha en el dar que en el recibir”.

Majadahonda Magazin