Comunidad Islámica de MajadahondaAHMED YAKOUBI (Fotografías). “Como casi siempre leo cosas negativas, quiero compartir lo «positivo», o lo que debería ser normal, que presencié ayer cuando se inauguró la nueva mezquita de Majadahonda, por lo que íbamos a merendar y a cenar allí… Vamos, lo que es pasar toda la tarde. Pues bien, algo tan básico como es la preparación de la comida no corrió a cuenta de las mujeres, sino de ambos. Las mujeres se encargaron de la merienda y los hombres de preparar la cena y, además, recoger todo el destrozo que habíamos dejado luego. Más lavar los platos y demás… Incluso me atrevería a decir que los hombres hicieron más que las mujeres. Así es cómo deben ser las cosas. Sin extremismos, igualdad y punto medio. Esto es Islam y esto es lo que se debe enseñar. Evidentemente había niños pequeños que vieron todo eso, como hombres y mujeres trabajaban, así es como se les educa para que formen una sociedad mejor, sin desniveles”. El testimonio de Yousra, estudiante de Traducción e Interpretación en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y residente en Majadahonda, da noticia de la inauguración de la nueva mezquita de Majadahonda, situada en La Granadilla, cuyo estreno coincidió con otro acontecimiento: los casi 1,9 millones de musulmanes que viven en España estaban llamados a celebrar desde este lunes el mes del Ramadán, durante el cual no pueden ingerir alimentos, bebidas, fumar ni mantener relaciones íntimas, pero tampoco enfadarse o decir palabras malsonantes, desde el alba hasta la puesta del sol.


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Comunidad Islámica de Majadahonda

Por comunidades autónomas, Catalunya es la que acoge a un mayor número de musulmanes, con 510.481 personas, seguida de Andalucía (300.460), Madrid (278.976) y la Comunidad Valenciana (200.572), informa El Periódico de Cataluña. «El Ramadán, que este año finaliza el 6 de julio, cumple para los musulmanes una función religiosa y sirve también para estrechar los lazos familiares y sociales, así como para purificar el cuerpo, fortalecer la voluntad y comprender lo que sufren las personas privadas de alimento. Este año, la comunidad ha pedido a los centros de educación secundaria de España que sean flexibles con los alumnos musulmanes y convoquen los exámenes temprano. «Cuando se trata de un examen a primera hora de la mañana no pasa nada, los chavales lo aguantan bien, pero a veces hay unos exámenes que duran muchas horas, pero esto tiene que ser una modalidad ya para siempre», ha pedido el presidente de la Comisión Islámica de España (CIE), Riay Tatary, en declaraciones a Europa Press. Precisamente, están redactando unas recomendaciones para los directores de los institutos sobre la flexibilidad en los días de fiestas musulmanas.

DSC_0417La comunidad musulmana subraya la importancia de que los 1.887.906 musulmanes que viven en España, aproximadamente el 4 % de la población (según el estudio demográfico de la población musulmana de la Unión de Comunidades Islámicas de España (Ucide) y el Observatorio Andalusí), tengan facilidad también para flexibilizar sus horarios de trabajo. Y que puedan hacer coincidir el fin de la jornada laboral con la ruptura del ayuno, que se produce al llegar el ocaso. Este aspecto está reglamentado por un acuerdo de cooperación entre el Estado y la Comisión Islámica de España que permite a los musulmanes concluir la jornada laboral una hora antes de la puesta del sol durante el mes de ayuno, horas que deberán ser recuperadas por el trabajador.

DSC_0430Por otra parte, el Aid el Fitr (fiesta del final del Ayuno) que tendrá lugar el 6 de julio, tiene dos momentos clave: la oración del rompimiento del ayuno y la entrega a los pobres y necesitados de una limosna en especies, generalmente comida. Esta limosna consiste en el equivalente a cuatro manos llenas de comida y, si no es posible dar alimento, entonces se puede entregar dinero. El pago de la limosna es obligatorio para el musulmán que tenga alimento en exceso «más allá de lo que le bastaría a él y a quienes de él dependen para un día y una noche». Este es también el día en el que los musulmanes hacen regalos a los niños, se les viste con ropa nueva y acuden a la mezquita para la primera oración de la mañana. Al salir del rezo, toda la familia acude al cementerio a recordar a sus parientes fallecidos y por la tarde visitan a familiares y amigos.

DSC_0415En ABC Francisco De Andrés cuenta que para la mayor parte de los más de 1.600 millones de musulmanes del planeta «este lunes comienza una de las fases más costosas, pero también más tradicionales, de su religión: el mes de Ramadán, tiempo de ayuno rigoroso desde que sale el sol hasta que se pone. Durante este periodo, el musulmán debe abstenerse de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales. Este año, el Ramadán será duro -aunque menos que el pasado- porque vuelve a coincidir con un periodo de calor en el hemisferio norte: las jornadas de sol son más largas y la abstinencia de bebida incluye también el agua. Para hacer más llevadero el mes de ayuno, los países de mayoría musulmana han ido estableciendo medidas que amortiguan el rigor. Los cafés y tiendas cierran durante el día y abren al atardecer, y los empleados terminan antes su jornada de trabajo para preparar mejor la cena de ruptura del ayuno y las tradiciones que la acompañan. No es el mes más aconsejable para realizar gestiones con las administraciones en los países árabes».

IMG_0208El Ramadán es, por eso, mucho más espartano para los musulmanes practicantes que residen en Europa (unos dos millones en España), ya que no disfrutan de las excepciones laborales y la atmósfera social solidaria que les ofrece el mundo del islam. Además, en los países centroeuropeos -y más aún en los nórdicos- la jornada de sol es más larga y por ello más dilatado el horario de ayuno. «No se trata de presionar a los compañeros musulmanes para que compartan una cerveza con nosotros, pero tampoco de alardear en su presencia para no hacerles más duro el mes de ayuno, uno de los “cinco pilares” de su religión. Al caer la tarde, y con la puesta del sol, los musulmanes se sientan a la mesa en familia para llevar a cabo su comida principal. Es tradicional que a continuación se produzcan visitas a parientes, que ofrecerán los dulces del Ramadán, auténticas bombas calóricas de miel y hojaldre. Antes del amanecer, algunos se levantan para tomar la última comida permitida y coger fuerzas para el resto de la jornada», señala Francisco De Andrés .

2015-12-16-21.54.52«A los beneficios dietéticos se suman los del espíritu, que sale fortalecido de la prueba, más aún si el musulmán acompaña el Ramadán con las oraciones prescritas. Pero no siempre el exceso de comida por las noches y las pocas horas de sueño agilizan la mente y el cuerpo. Los riesgos, según las estadísticas, suelen ser mayores para las mujeres. La cultura patriarcal vigente en el mundo del islam cristaliza en más trabajo en Ramadán para las musulmanas, que prolongan sus horas de cocina preparando la comida de la noche. Las mujeres árabes -con la salvedad de las ricas- no tienen acceso fácil al deporte, lo que contribuye a la vida sedentaria y al impacto de los “desajustes” de los horarios en las zonas sensibles. Pocas se atreven a utilizar la pesa de baño durante este tiempo. Craso error. La ropa holgada hace más imperceptible a la mirada el progreso en la cintura, y el final del mes de ayuno suele coincidir con el comienzo del mes de la lamentaciones», concluye el periodista.

Majadahonda Magazin