Los tradicionalistas creen que el municipalismo cantonal se nutre de votos a PP, Vox y liberales

MANU RAMOS. «El prusés no solo es de Cataluña. Es peor ir con los conceptos tergiversados que a las claras» es el curioso artículo de opinión que bajo el pseudónimo de «Felisa Turuleta» ha publicado la web «Tradición Viva». Y resulta curioso porque el autor/a analiza el proyecto de «Confederación Madrileña, a modo de secesión, evocando al conflicto famoso de los EEUU» que se ha suscitado en el Oeste de Madrid y donde con «un criterio elitista, de alto poder adquisitivo, buscaban emular los cantones suizos o Liechtenstein. Proponían que Pozuelo de Alarcón, municipio más rico, fuera la capital de una entidad política que incorporase al Barrio de Salamanca, a Boadilla del Monte, a Las Rozas y Majadahonda, a La Moraleja, al distrito financiero de AZCA-Nuevos Ministerios y al barrio de Mirasierra». Según este análisis, las candidaturas locales de este tipo en el Oeste de Madrid podrían atraer voto del «electorado más liberal y favorable al liberalismo económico del PP de Madrid, al caucus paleolibertario de Vox, al Partido Libertario (en parte) y a sectores vinculados al tradicionalismo». Este es el análisis:


«El año pasado, sobre todo en mayo a raíz de las caceroladas del Barrio de Salamanca y en octubre a raíz de la amenaza de cierre de Madrid que se cumplió durante unas semanas por culpa de la lucha intestina de poder entre Sánchez y Ayuso, hubo cierta indignación ente la derecha de Madrid, más allá de una mera cuestión electoral entre el PP y Vox. Las famosas caceroladas, los memes sobre los presos políticos madrileños, la tensión sobe la hostelería y el turismo… Todo ello fue un caldo de cultivo para estos sectores libertarios (no así para los más próximos a Juan Pina y Juan Ramón Rallo dado que estos son más honestos a la hora de entender que el liberalismo no se puede conciliar con el magisterio eclesial, aunque ellos estén del lado del pecado), que llegaron a observar los patrones de voto de las distintas municipalidades de la Comunidad de Madrid, y se llegaron a centrar en los puntos donde Vox y PP sumaban mayoría absoluta».

«Inspirándose en cierta fisiocracia useña, trataron de reivindicar la Confederación Madrileña, a modo de secesión, evocando al conflicto famoso de los EEUU. Incluso algunos medios tradlibertarios llegaron a pedir que Díaz Ayuso incurriese en un prusés más allá de convocar unas elecciones que le permitieran despojarse de los masonazos franceses de Ciudadanos. Y ojo, que esta tenía un criterio elitista, de alto poder adquisitivo, que buscaba emular los cantones suizos o Liechtenstein. Proponían que Pozuelo de Alarcón, municipio más rico fuera la capital de una entidad política que incorporase al Barrio de Salamanca, a Boadilla del Monte, a Las Rozas y Majadahonda, a La Moraleja, al distrito financiero de AZCA-Nuevos Ministerios y al barrio de Mirasierra».

Los «tradicionalistas» creen en un Cantón Oeste de Madrid

¿QUIÉNES APOYABAN TODO ESTO?: «El estimulante de estos movimientos está en la capellanía paleolibertaria, que suele insistir en la lectura de la Constitución de Liechtenstein, bajo portavocía de Thomas Woods y Miguel Anxo Bastos, aunque también es cierto que el interés podría despertarse en parte del electorado más liberal y favorable al liberalismo económico del PP de Madrid, al caucus paleolibertario de Vox, al Partido Libertario (en parte) y a sectores vinculados al tradicionalismo. Pero también habría que estar atentos a la constante invocación de ciberactivismo que hablan al insistir en que el blockchain y las monedas digitales fomentarían una revolución política que acabase con el poder político y la autoridad. En esto estaría siendo clave otro partner de los principales canales libertarios españoles: la Escuela Austrolibertaria de Kryptoeconomía. Con lo cual, yo sería cautelosa y no me distraería. Es peor ir con los conceptos tergiversados que a las claras. Ya saben lo que dice el dicho: “del buey manso…”. Y si hay que reprobar a la jerarquía eclesiástica o a ciertos sectores de la resistencia patriota, que se haga. E insisto en que creo, personalmente, que la idea de los fueros deja muchos flecos rellenados por estos movimientos, como ocurre con las autonomías. La subsidiariedad no es ni antiespañola ni paleolibertaria, sino anti-mercado y conforme a la Doctrina Social de la Iglesia».

Majadahonda Magazin