GREGORIO Mª CALLEJO. No, no se puede ver un partido de fútbol a trozos, constantemente interrumpido, saliendo del salón, entrando, colgándose la conexión a Movistar y casi enterándome más de lo que ocurría por los mensajes en redes sociales de la sufrida afición rayista. Un partido de fútbol no es «Rayuela», que más o menos se puede leer por infinitos caminos, saltar del capítulo vigésimo al octavo, y del noveno al cuarto. Un partido de fútbol requiere una visión completa y lineal. Así que lo vuelvo a ver enterito y llego a la conclusión de que mi Rayo también necesita hacer un partido completo y lineal. No podemos tirar las primeras partes (recordemos que contra el Zaragoza hubo un desbarajuste tremendo que arregló el gol de Aitor Ruibal), hacer fútbol excelso veinte minutos y luego acabar estrellándonos en una nueva jugada de novatos.


Gregorio Mª Callejo

La primera parte contra el Lugo fue para olvidar. Un medio del campo muy desajustado dejó como islotes del Pacífico a los Aitores. Ha habido muchas críticas a Enzo (ahora voy con él), pero ni Verza ni Óscar estuvieron acertados, es más, estuvieron inusitadamente fallones en esa primera parte verdaderamente deprimente. Enzo es pura intermitencia. A veces está, otras desaparece. De repente se mueve con el balón pegado, gira, lo avanza, completa un pase largo mientras inclina el cuerpo y estéticamente parece Mostovoi o el mejor Kaká, pero desgraciadamente se queda en eso. En un momento pictórico, en una estampa bonita. Luego yerra en varios pases, parece perdido durante un tiempo y desespera a todos. Yo lo he dicho varias veces. A Enzo le falta un tanto de velocidad y creerse que puede ser un gran jugador de fútbol. Lo alarmante es que al principio de temporada hacía partidos más que aceptables con momentos muy buenos. Se le aplaudía y se tenía esperanza en que poco a poco cuajase como la «estrella» del equipo, el jugador que marcase la diferencia. Ahora se ha convertido en un jugador que se va demasiado de los partidos y que cada vez tiene menos impronta de jugador decisivo. Ahí tenemos un problema grave.

Con un centro del campo desorientado, el Lugo llegaba con bastante facilidad y se veía venir que Toni acabaría marcando. Lo celebró en la cara de los que hacía una semana eran sus compañeros. No pasa nada. No tiene porque hacer los consabidos gestos de solicitud de perdón y contrición. El fútbol, desde hace muchos años, es puro mercado de trabajo, donde bullen jugadores, representantes, cambios constantes. Sólo un reproche: todos esperamos que la celebración no lo fuera por rabia con la afición, porque la afición del Rayo siempre le esperó. La afición del Rayo le aplaudía a rabiar cuando calentaba en la banda del Cerro. Y siempre esperó sus goles, tan escasos como desgraciadamente inoperantes (ninguno de los dos valió para nada). Le esperó tanto que a lo mejor ahora tiene el derecho de mirar hacia atrás con ira, como decía la canción de Bowie.

Como era de prever, la salida de Fede Varela cambió el partido. Volvió el Rayo en su mejor versión. Llegó el golazo de Cecilio Alonso... perdón, de Ruibal. Y llegó, después de unos minutos francamente espléndidos, el empate de Manu del Moral. Pero de nuevo el fantasma del penalty de Morillas en Tenerife, de los fallos garrafales contra el Elche, del gol al final del partido del Albacete, se aparecieron por Lugo. Y un balón casi imposible de no despejar pasó delante de más de medio equipo y… colorín colorado. El resto de minutos fue un capítulo del «Manual de Gestión de Minutos Finales» del catedrático Sr. Monteagudo (que desde luego es excelente en estas cosas) y sin que al Rayo se le viera potencia ni fuerza para conseguir empatar. A las cosas preocupantes –la baja forma de Aitor García, lo antes reseñado sobre Enzo, el caos de la primera parte– siempre podemos oponer la esperanza que nos dan minutos como los primeros veinte de la segunda parte, el hecho de haber marcado cuatro goles en dos partidos o la incondicional entrega del equipo. Vienen momentos muy peligrosos, decisivos. Todos queremos un Cerro lleno el sábado, todos queremos estar con los nuestros, y que nos den un partido lineal, completo… victorioso.

MARCA (Álvaro Lorenzo): «El Lugo funde al Majadahonda después de darle vida. Partido loco que se llevó el de casa. Partido de ida y vuelta entre dos equipos que buscaban alejarse del descenso. El Lugo dominó la primera parte y Toni Martínez debutó con gol ante sus ex. Lazo puso el 2-0. En la segunda despertó el Rayo con gol ilegal de Ruibal y otro de Del Moral en su estreno. Pita, capitán y pichichi anotó el gol de la victoria. El Lugo se aleja de la zona baja y los de Majadahonda siguen en el lío. Cuando más tocado estaba el Lugo, el capitán Pita remataba una falta en el área pequeña para el 3-2. Pichichi del equipo el mediocentro, hoy central. El encuentro se volvió un correcalles donde cualquiera podía marcar. Victoria que da aire respecto al descenso al Lugo y complica más a los madrileños«.

AS: «El conjunto gallego se las prometía muy felices gracias a los tantos de Toni Martínez y Lazo en la primera parte. Pero, tras el paso por los vestuarios, los majariegos igualaron con las dianas de Ruibal y Manu del Moral. Cuando el duelo parecía que finalizaría en tablas, Carlos Pita aprovechó un despiste defensivo del Rayo Majadahonda para marcar el tercer tanto del Lugo y llevarse así una valiosa victoria». AGENCIA EFE: «El CD Lugo fundió este sábado al Rayo Majadahonda (3-2) en un partido clave en la lucha por la permanencia en La liga 1/2/3 que los gallegos ganaban 2-0 al descanso y que los madrileños llegaron a empatar en los veinte primeros minutos del segundo acto. Los visitantes, con Fede Varela en el campo por Verza, salieron con más ambición en el segundo periodo, percibieron dudas en los lucenses en los primeros instantes de la reanudación y vieron puerta en poco más de minuto y medio con un remate de Aitor Ruibal en un centro desde la banda izquierda que no debió subir al marcador porque le dio con el brazo. Tras haber hecho lo más difícil, el equipo madrileño encajó el tercer tanto en una falta lateral que ejecutó Juan Muñiz y que le llegó a Carlos Pita porque nadie del Rayo logró despejar. El Rayo trató de volver a neutralizar el marcador, pero no hubo más goles en un partido frenético entre dos de los equipos que menos habían anotado hasta ahora en La liga 1/2/3″.

Majadahonda Magazin