LIDIA GARCIA. «Los corrillos de madres echaban humo esta mañana a las puertas de los colegios. «¿Qué vamos a hacer con los niños estos 15 días? ¡Me corto las venas!», exclama una madre a la puerta del colegio San Jaime, situado en la localidad madrileña de Majadahonda. «Yo se los voy a dejar a los abuelos. No me queda otra. Atiendo al público y no puedo teletrabajar», se lamenta otra. La noticia corrió como la pólvora encendida entre los grupos de whatsapp. La Comunidad de Madrid decretó el cierre de guarderías, colegios y universidades para evitar la propagación del coronavirus durante, al menos, 15 días. Muchos no se lo podían creer y expresaban su incredulidad: «Pero, ¿es verdad?». «¡No puede ser verdad! ¡Me muero, me cuelgo! ¿con quién se quedan?», se quejaba otra de las afectadas«. La periodista Ana del Barrio relata en el diario «El Mundo» como «la mayoría anda buscando soluciones improvisadas. Y en el número uno de estas soluciones se encuentra la palabra mágica: abuelos. Sin embargo, en esta ocasión, los abuelos son una población de riesgo ante la enfermedad».


Pese a esta circunstancia, muchos no tienen otra alternativa que recurrir a la familia. «Nos arreglaremos malamente. Mis padres están jubilados y tendremos que tirar de ellos», explica Rubén. «¡Pobres abuelos! A ver cómo nos encontramos ahora el Mercadona», afirma una madre que sale corriendo para hacer la compra. Algunas han optado ya por acogerse a la baja por cuidados. Es el caso de Ana, una enfermera del hospital de Puerta de Hierro, que ya está de baja y asegura que en el hospital no le han puesto ninguna pega: «Me supongo que irán llamando a enfermeras que no están trabajando para cubrir las bajas de las que nos tenemos que quedar en casa para cuidar de los niños», asevera.

El reportaje continúa con encuestados de Majadahonda: «Nerea y Alejandra son afortunadas. Trabajan de profesoras universitarias y también tienen vacaciones. «Hemos cambiado a los mayores por los pequeños», bromean. Pero, para la mayoría, la decisión de la Comunidad de Madrid de cerrar los colegios por el coronavirus está siendo un quebradero de cabeza. Muchos afectados aguardan para hablar con sus empresas y buscar soluciones. «Yo soy carnicera y él es charcutero. No tenemos la opción de teletrabajar. Vamos a hablar con los jefes a ver cómo lo podemos hacer y, si no, me tendré que quedar en casa», explica Belén, a las puertas de la guardería «La Tarara». Los padres y madres ya se están organizando para encontrar cuidadores, por ejemplo, entre los universitarios que no van a tener clases estos días. De hecho, en algunos colegios ya han aparecido carteles ofreciéndose como ‘Babysitter coronavirus». «Estudiante universitaria de 21 años, responsable y cariñosa, se ofrece para cuidar a niños durante el periodo en que los centros docentes estén cerrados por el coronavirus. Horario flexible y precio negociable», rezaba un cartel a las puertas del colegio Santa Catalina, de Majadahonda».

Y concluye: «Algunos abuelos ya llevaban esta mañana a sus nietos al cole o a la guardería. «Mis hijos tienen una chica interna y, a lo que ella no llega, van los abuelos», explicaba un abuelo que trasladaba esta mañana a cuatro nietos a sus centros escolares en su monovolumen. «Y, si no, se los llevamos a la ministra Celaá porque los hijos no son de los padres, sino del Estado, ¿no?», bromea otro. Sara es médico de familia en un centro de salud. «Por una vez, me viene bien tener turno de tarde», confiesa. Afirma que la coyuntura en los centros de salud es caótica y denuncia los recortes que llevan sufriendo en los últimos tiempos salen a la luz en situaciones de emergencia como ésta. «Llevamos años sin tener suplentes. Y desde hace cinco años, sin oposiciones. ¿De dónde sacamos ahora al personal sanitario? Estamos desbordados», relata Sara, que atiende a 50 pacientes al día. Y aprovecha para hacer un llamamiento a la población para que no acuda a los centros de salud si no es imprescindible. «No es el momento de hacerse analíticas ni revisiones. Estoy segura de que las madres van a pensar: ‘Como no hay cole, aprovecho y voy al centro de salud‘. Por favor, que la gente no venga. No hace falta que vengas para estar media hora en la sala de espera y te lleves lo que no tienes. Además, hay que proteger al personal sanitario, que se puede contagiar», finaliza.

Majadahonda Magazin