Marga Bermejo: «Me vi alejada de los míos y sin posibilidad de regresar a Madrid. Además, ellos viviendo en Majadahonda, cerca del Hospital Puerta de Hierro, donde se crearon tantos conflictos»

LIDIA GARCIA. El periodista mallorquín Xisco Barceló ha publicado este mes de diciembre (2022) en «Mallorca Diario» un reportaje con fotos de Francisca R. Sampol titulado: «Marga Bermejo o la historia de una constante superación«. En el texto retrata la azarosa vida de esta pintora, que dedicó antes bastante tiempo al diseño y decoración de interiores. Y describe su vida entre Majadahonda y Mallorca: «Vine con la intención de alejarme de una anómala situación que me estaba afectando, sin haber definido para cuanto tiempo, y justo un mes después nos confinan por la pandemia, sin poder salir, era lo último que cabía esperar. Me vi alejada de los míos y sin posibilidad de regresar a Madrid. Además, ellos viviendo en Majadahonda, cerca del Hospital Puerta de Hierro, donde se crearon tantos conflictos. Sola, con dos maletas, yo que había viajado para sanar física y emocionalmente. Estaba bloqueada y me cuestionaba tantas cosas. Me inicié en la práctica del yoga, a nadar en la piscina de esa casa, después del confinamiento iba a nadar al mar. Tenía tiempo para reflexionar, para valorar la importancia de la salud, el amor por los demás y por lo imprescindible. Aquella terapia estaba dando resultado. En cinco meses la isla me había enganchado».


El periodista mallorquín Xisco Barceló realizó la entrevista

VIAJES A MAJADAHONDA. Cuando recibe la noticia de que su madre tiene cáncer, consigue un permiso para poder viajar a Majadahonda para cuidarla: «Sí, en el avión habitualmente solo había unas 25 personas, con guantes y mascarillas y eternos controles. Durante unos meses viajé a Madrid hasta que en noviembre de 2020 falleció. Acababa de regresar a Mallorca tras acompañarla a una sesión de quimio cuando me telefoneó mi hermana para comentarme que ingresaban en el mismo hospital a mamá y a papá por Covid y por precaución ella debía de estar confinada. Mi madre ya no pudo superarlo. Aquello supuso otro fuerte golpe, aunque me aliviaba tener la sensación de estar conectada a ella de alguna manera. Mi padre estuvo ingresado un tiempo y también murió, habían pasado juntos 60 años de su vida. Seguí con mi plan de recuperación y en mis pensamientos, notaba lejanía, desarraigo, depresión, me costaba levantar el ánimo, estaba ausente. Cierto día, estando con mi nieta de 4 añitos, me comentó algo que me hizo reaccionar: abuela, tengo miedo de que te olvides de mí».

CAMBIAR DE HABITOS. «Cambié ciertos hábitos, debía reconectar con mi interior, buscar dónde me había perdido. Recuperé el yoga, los ejercicios de meditación y concentración, la nutrición, comer sano, empecé a pintar después de meses sin hacerlo y me convencí de que podía estar rodeada de la gente que quiero teniéndoles presentes en mi trabajo. Comencé a usar tierra para completar mis obras, era una manera de enraizarme a la naturaleza y a mi gente. Notaba paulatinamente como iba curando. Una amiga me llamó para decirme que mis obras actuaban como sanadoras, otros amigos me decían que transmitían energía positiva».

LA PINTURA COMO SANACION Y FORMA DE VIDA. «Ahora mismo, la pintura es mi gran aliada, mi evasión, mi pasión, la mejor manera de expresar mis sentimientos. Trabajo sobre telas o soportes de tablero de madera y no hay límites, me libero totalmente y me dejo llevar por el instinto de creación. Sé que mis obras acrílicas se canalizan, me ayudan a recuperar la salud, se conectan a mis actividades terapéuticas, el yoga, la sanación del cuerpo y de la mente. Por ejemplo las esferas de la luna y de la tierra en las que vuelco toda mi energía, y percibo como se transfiere la conexión con los colores y las texturas naturales», concluye. Lea la entrevista completa pinchando aquí.

 

 

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