MARIANA BENITO. En el Día Mundial de la Psoriasis y la Artritis Psoriásica, que se celebra este domingo 29 de octubre (2023), se visibilizan las enfermedades y se llevan a cabo campañas de concienciación. Acción Psoriasis va a publicar un vídeo conmemorativo en sus redes sociales aunque durante todo el año organiza talleres para mejorar el aspecto emocional dentro de un programa que han llamado «Psoy». Y a veces las madres y padres de hijas con sobrepeso o soriasis deben darle prioridad a su ayuda por encima de otros asuntos más banales, pues esta en riesgo su salud. Gastón Routan, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid) y la psicóloga Marta Loro, adscrita al mismo departamento, protagonizan este jueves 26 de octubre (2023) en El País un reportaje elaborado por el periodista Mariano Ahijado y titulado: «Las enfermedades del cuerpo que se quedan en la cabeza. La psoriasis y la artritis psoriásica, dolencias inflamatorias asociadas a la piel y las articulaciones, también afectan emocionalmente a las personas que las sufren. La atención psicológica les da herramientas “para frenar la ansiedad y pasar de la sumisión como pacientes a la resistencia”. ¿Tienes dificultades para disfrutar de las actividades cotidianas aunque puedas llevarlas a cabo? ¿Estás desesperanzada?. La psicóloga Marta Loro realiza estas preguntas a pacientes de psoriasis, una enfermedad que en apariencia solo afecta a la piel: «Y es a través de la piel como se manifiesta, en forma de descamaciones, rojeces y placas, en brotes caprichosos, sin avisar, pero puede acarrear más complicaciones. Produce una inflamación del organismo, aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, sobrepeso y ansiedad», señalan los médicos del Hospital majariego.
“El dermatólogo me llama si detecta que un paciente está sufriendo”, afirma Marta Loro, que no solo se refiere al dolor y el picor que causan estas lesiones en la piel, sino a la huella emocional de padecer una dolencia crónica que no se puede esconder. La psicóloga cita a los pacientes y empieza a trabajar con ellos, una forma de completar el tratamiento prescrito por el dermatólogo. Marta Loro, adscrita al servicio de Dermatología del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid), realiza una evaluación a los pacientes, que consta de preguntas sobre el curso de la enfermedad y un test para detectar síntomas de ansiedad y depresión. Según la encuesta NEXT Psoriasis, elaborada por la asociación de pacientes Acción Psoriasis, el 26% de los pacientes de psoriasis sufre ansiedad y el 10%, depresión. “
ACUDIR AL PSICOLOGO Y OCUPARSE DEL RELATO DE LA ENFERMEDAD MAS QUE DE OTRAS COSAS. Una buena relación de confianza con su médico importa mucho. También que se sientan escuchados y comprendidos. La tranquilidad de encontrar un tratamiento que les funcione disminuye mucho la ansiedad”, enumera la psicóloga sobre algunos de los factores que contribuyen a reducir el impacto emocional. «En función de la gravedad de la psoriasis y de la repercusión psicológica que le haya acarreado, Marta Loro ve a los pacientes una o dos veces a la semana o al inicio de un nuevo tratamiento y ya cada tres meses. “Dominar la narrativa de la enfermedad es muy importante”, asegura. “No es lo mismo abordarla desde el victimismo o la sumisión que desde la resiliencia. Podemos conseguir que exprima aspectos positivos, que la historia que el paciente se cuente a sí mismo sea de resistencia”, añade el artículo, que puede servir de guía para las afectadas.
«SON LAS MUJERES LAS QUE MÁS PARTICIPAN». Gastón Routan es el jefe del servicio de Dermatología del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid). Marta Loro, la psicóloga, forma parte de su equipo. «Cada 3 meses convierten la unidad en una escuela, una iniciativa que requiere implicación, no vale con ir de oyente. Invitan a grupos de 10 o 15 pacientes a que acudan durante dos o tres jornadas para que aprendan sobre su enfermedad –incluso les hacen un examen–. “Un gran éxito”, resume Routan. “Como en otras cosas, son las mujeres las que más participan”, añade. Habilitan un aula, se disponen en círculo y escuchan las explicaciones del dermatólogo, del reumatólogo, de la psicóloga, y hablan y comparten su experiencia; fomentan el diálogo entre ellos. El tratamiento es el que cura, pero también contar y que te cuenten. “Es una escuela de pacientes, de pacientes implicados”, define al periodista que le hace el reportaje. Marta Loro trabaja con los pacientes la forma de combatir el miedo ante el devenir de la enfermedad, “que se sobrepongan a esa sensación, que generen recursos internos”, concluye el artículo.