El agente de Majadahonda es Francisco Javier Palma C., que estaba destinado en la Oficina de Prevención de la Quinta Zona de la Guardia Civil. Era instructor: enseñaba a otros miembros del cuerpo «a detener, disparar o parar vehículos», lo que han de hacer en un despliegue, detallan sus compañeros, desolados ante la noticia. «Lo acontecido ha causado un gran dolor en la familia de la Benemérita, en la Región y en toda España. Al cabo primero (que antes de estar destinado en Murcia estuvo trabajando en Mazarrón) lo calificaron de «excelente persona», señala la noticia, que recoge también el pésame de diferentes organizaciones del cuerpo.

MANU RAMOS. El cabo primero Francisco Javier Palma C., natural de Majadahonda (Madrid) y de 53 años de edad, falleció este sábado 7 de junio (2025) en la localidad de Totana (Murcia) cuando entrenaba haciendo parapente. La noticia la proporcionó la periodista Ana Lucas de La Opinión de Murcia pero rápidamente se ha hecho eco de ella gran parte de la prensa española. «Investigan la muerte de un guardia civil cuando hacía paracaidismo en Totana. El cabo primero, destinado en Murcia, perdía la vida este sábado cuando, en el descenso en el aeroclub, chocó contra una valla metálica», titula La Opinión, que recoge la información del 112: «Un cabo primero de la Guardia Civil ha muerto mientras practicaba paracaidismo en Totana. El cabo primero, natural de Majadahonda y destinado en Murcia, era instructor de otros agentes y perdía la vida este sábado en circunstancias en las que aún se indagan, apuntan fuentes del cuerpo. Fue el diario El Español quien pudo saber que el agente es Francisco Javier Palma C., que estaba destinado en la Oficina de Prevención de la Quinta Zona de la Benemérita. Era instructor: enseñaba a otros miembros del cuerpo «a detener, disparar o parar vehículos», lo que han de hacer en un despliegue, detallan sus compañeros, desolados ante la noticia. «Lo acontecido ha causado un gran dolor en la familia de la Benemérita, en la Región y en toda España. Al cabo primero (que antes de estar destinado en Murcia estuvo trabajando en Mazarrón) lo calificaron de «excelente persona», señala la noticia, que recoge también el pésame de diferentes organizaciones del cuerpo.

Manu Ramos

EL ACCIDENTE OCURRIÓ MINUTOS ANTES DE LAS 11:30 DE LA MAÑANA. «Y no saltó solo: saltaron, desde una altura de 14.000 pies (4,2 kilómetros de altura), 8 personas, 4 de ellos en tándem (con monitor) y otros 4 de forma individual, con paracaídas de campaña. Entre estos cuatro, estaba el cabo primero, que se encontraba fuera de servicio. El hombre, según Emergencias, se cayó, por razones que tendrán que esclarecerse, en la zona de aterrizaje del aeródromo y quedó inconsciente. Según las primeras informaciones, el accidente se produjo cuando el hombre chocó contra una valla metálica del perímetro en el descenso a tierra. Testigos de lo sucedido llamaron a Emergencias. Al lugar se movilizaron sanitarios en una ambulancia del 061 y agentes del Instituto Armado. Al llegar, los sanitarios trataron de reanimarlo, dado que seguía vivo, pero finalmente tuvieron que corroborar el fallecimiento. Y solicitaron la presencia en el recinto de un profesional forense.

Francisco Javier Palma C., el cabo de la Guardia Civil fallecido durante un salto en paracaídas. (El Español)

CURSOS «SIN PREPARACIÓN INICIAL». Fuentes cercanas al caso apuntaron que los sanitarios estuvieron a pie de pista durante horas tratando de recuperar al hombre, lamentablemente sin éxito. El cuerpo sin vida del varón presentaba numerosos traumatismos, fruto del fuerte impacto. Los restos mortales fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Murcia, a fin de que la autopsia corrobore la causa del óbito. En este aeródromo, según se destaca en su página web, se pueden hacer cursos de caída libre y saltos tándem «sin ningún tipo de preparación inicial», que es, afirman, «sin ninguna duda nuestro producto estrella». Asimismo, se ofertan cursos de vuelo con ultraligero y cursos de drones. Del mismo recinto partía en octubre la aeronave en la que viajaban Alfonso, de 68 años, y su esposa, Isabel, de 65, a quienes se les perdía la pista al desaparecer la avioneta en la que viajaban. Restos del vehículo aéreo, así como los cadáveres de ambos miembros de la pareja, fueron encontrados en la sierra de Jaén, concluye La Opinión.

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