Después de conseguir la quinta victoria, el punto de mira del CD Toledo estaba puesto en conquistar la sexta en Majadahonda. Y lo consoguió (0-1). Así se desprendía de las palabras del entrenador, Onésimo Sánchez, a “La Tribuna de Talavera”, quien confesaba que «era posible» lograrla. Principalmente porque consideraba que los suyos están «en un buen momento, en la ola buena, y porque cuando no estamos muy lúcidos con la pelota sabemos lo que debemos hacer sin ella». Eso sí, para imponerse al Rayo Majadahonda en el Cerro del Espino entendía que debían «hacerse muchas cosas bien». Debió hacerlas, porque no en vano, el ex jugador del FC Barcelona y Valladolid, ahora técnico, recuerda que «algunos equipos importantes» ya han caído contra los pupilos de Antonio Iriondo, por lo que extremó las precauciones ante un rival que «sabe perfectamente lo que hace y que, sin ser muy goleador, encaja muy poco». Asimismo, avisó el vallisoletano que aunque los rayistas jugaran en casa «no iban a salir a lo loco». Por dicha razón, Onésimo insistía en el discurso de las jornadas precedentes y animaba a sus jugadores para que fueran «protagonistas».
Lo fueron porque cumplieron su objetivo. Y es que entiende el entrenador que debían plantear un partido «con la pelota lejos» de su portería. Lo logró. Aunque aseguraba que estaban «preparados» para lo que se pudieran encontrar en Majadahonda, también vaticinó que sería un duelo «duro, de pocos goles y donde los errores le van a penalizar al equipo que los cometa». Acertó de pleno. Profundizando en el análisis del Rayo Majadahonda, el preparador verde advirtió que lo había estudiado bien y había hecho los deberes: «puede jugar de varias formas». Algunas veces se le ha visto «con tres centrales, con un 5-3-2» y se caracteriza por «apretar lejos» de su portería, así como por «juntarse bien». En este sentido, destaca Onésimo los seis goles que sólo lleva en contra el equipo de Iriondo (7 con el del domingo), «unos números para estar arriba». Respecto al escenario, el Cerro del Espino, el entrenador y comentarista deportivo mostró su satisfacción porque «nos gusta que el campo esté bien, porque es mejor para nuestra forma de entender el juego». Eso sí, oponía que «ellos juegan allí y lo tiene bien cogido». En eso falló: quien contra pronóstico mejor se adaptó a la alfombra esta vez algo mojada de Majadahonda fueron los recios secarrales toledanos, todo oficio.
Otra leyenda que pasa por la liga de bronce en Majadahonda
