futbol-infantil«Problemas he tenido muchísimos, aparte de insultos y amenazas. En concreto, el primero que se me viene a la cabeza es una vez que estaba arbitrando en La Oliva, en Majadahonda, y empecé a escuchar voces en la grada. Tuve que parar el partido porque dos padres se estaban pegando. Así está el mundo.» Con estas palabras Pablo Ugena, árbitro de fútbol de categorías base, pone de manifiesto el clima de violencia que se vive con bastante frecuencia en las competiciones deportivas infantiles, aunque sobre todo en las de fútbol. De hecho, las palabras de Pablo Ugena plasman una realidad reflejada en el último informe de la Comisión Estatal contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte que evidencia estas prácticas incívicas en el fútbol a todos sus niveles.


violencia-deportivaEn la temporada 2014/2015 se han producido un total de 203 encuentros con incidentes, en los que el 95’56 % de ellos se han desarrollado en encuentros de fútbol. Estos actos violentos son de todo tipo, aunque entre ellos hay agresiones e intentos de agresión a los árbitros, invasiones de los aficionados al campo… Unas actuaciones que también ocurren en los partidos de los más pequeños como constata el informe de la Comisión Estatal contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. «En partidos de benjamines, infantiles o cadetes ya hay insultos, se escuchan barbaridades. Y hay que empezar por ahí, educar desde la base» señala Óscar del Río, psicólogo deportivo, a lo que añade que «hay una labor de educación que demanda el propio deporte» y que no se está llevando a cabo.

violenciaUna consideración que sostiene Pablo Ugena ya que defiende que «en una categoría base, lo primero que tenemos que hacer es enseñar a nuestros hijos. Por eso luego vienen los problemas». Su relato sobre esta pelea ocurrida en Majadahonda prosigue y detalla que fue necesario parar el partido: «vi a los padres que se estaban pegando puñetazos. Fui a separarlos, y les pregunté por el ejemplo les estaban dando a sus hijos. Precisamente uno de los hijos estaba llorando y me dio mucha pena. Los eché del campo en ese mismo momento. Me pareció una falta de respeto hacia los árbitros, jugadores y a todos los que estábamos allí.» En este caso, el incidente no fue a más, pero en la temporada pasada, hasta 13 agresiones a los árbitros se produjeron por espectadores, padres o hinchas airados. «Los padres de alevines se llevan sus frustraciones a los campos de sus hijos. Se toma como algo normal el hecho de insultar al árbitro», destaca Juanfe Sanz, periodista y árbitro, como una de las causas que generan la violencia en este deporte.

Fuentes:

Pablo Ugena en Ondauniversitaria

Informe sobre la violencia en los espectáculos deportivos

ABC

La Sexta

 

Majadahonda Magazin