Comedor social de la

Comedor social de la Comunidad Islámica de Majadahonda

J. RUBIO/F. UTRERA. La escenificación pública del «Pacto contra el Hambre» se ha resquebrajado en Majadahonda al no aprobarse por unanimidad la moción presentada por todos los grupos municipales excepto el PP. Y lo que es peor: quedó la duda de si realmente existen personas que pasan hambre en Majadahonda. La propuesta fue defendida José Alberto, un conocido miembro de la Despensa Solidaria de Majadahonda, que detalló la falta de implicación de las instituciones públicas en resolver un problema como el del hambre. En torno a esta moción se suscitó un debate sobre la existencia del hambre o no entre la minoría más desfavorecida y golpeada por la crisis en Majadahonda, algo cuestionado por María José Montón (PP) que alegó que en los campamentos de verano únicamente se «apuntaron 11 niños al comedor escolar y en ocasiones solo fueron dos». Para Montón no puede haber hambre en una ciudad que es la segunda más rica de España, tiene un índice de paro menor a otras y los 13.000 niños escolarizados están controlados para que esto no ocurra. «Es una irrealidad y una frivolidad decir que hay hambre en Majadahonda, nos traen mociones estandarizadas», se quejó la concejala «popular» cuando oyó que el representante de la Despensa Solidaria pedía que se acabara con el hambre «en Madrid». También Mercedes Pedreira (Centristas) aseguró que «creo que en Majadahonda no hay problemas de hambre aunque si solo hubiera 1 caso ya sería necesaria esta moción». Ciudadanos, PSOE e Izquierda Unida mantuvieron silencio durante el debate para no restar protagonismo a José Carlos (Despensa Solidaria), pero quedó claro que a veces las capacidades humanitarias están reñidas con las dialécticas, pues la lectura de la defensa de la moción sonó casi administrativa y politizada.

Cáritas en Majadahonda

Mesa de Cáritas en Majadahonda

La negación del hambre en Majadahonda fue cuestionada por Patricio Mackey (Somos) que reveló que este verano hubo personas en Majadahonda a las que se les negó la inscripción a los campamentos de verano contra el hambre «por no poder adelantar el pago» y «a una familia porque la madre no trabajaba y se consideró que se podía hacer cargo de sus hijos cuando también carecía de dinero para ello». Cuando el alcalde, Narciso de Foxá, le preguntó si tenía testigos de esta situación, el concejal señaló: «Estaba yo». Y es que al problema del hambre se le suma además la vergüenza social de quienes lo sufren y los impedimientos burocráticos de quienes no entienden que algo así pueda suceder en pleno siglo XXI y en la segunda ciudad más próspera de España. La secretaria de organización del PSOE de Majadahonda, Olimpia del Aguila, que al igual que Patricio Mackey también pertenece a Despensa Solidaria, estaba presente en el pleno entre el público y aseguró al término del mismo que sí hay hambre en Majadahonda: «el perfil es el de una mujer, inmigrante y con hijos a cargo pero sin trabajo». Y añadió que no solo hay hambre sino que también hay sed: «Basta acudir al grifo de agua potable cerca del Mercadillo para ver como hay personas que llenan sus garrafas porque carecen de agua corriente en sus casas: se la han cortado».


José Alberto, en el momento de defender la moción

José Alberto, en el momento de defender la moción

Nadie, sin embargo, se acordó del comedor social que la Comunidad Islámica de Majadahonda ha puesto en marcha y que sin ayudas públicas y solo con las donaciones de sus asociados, que no son precisamente los más ricos de la ciudad, atiende a una media de una docena de personas al día según Ahmed Yacoubi, presidente de la asociación. Tampoco nadie se fijó en que la asociación humanitaria cristiana Cáritas ha salido a las calles majariegas en mesas petitorias y ha desvelado que atiende a 623 personas en Majadahonda. Y es que, según los concejales, no hay datos oficiales, ni siquiera de los servicios sociales del Ayuntamiento, para conocer «oficialmente» si hay hambre o no en Majadahonda. Y la débil defensa de los que sostienen que sí que existe abonó las dudas al respecto. Esta división de opiniones quedó patente además en el resultado de la votación, que salió adelante con 14 votos a favor (Ciudadanos, PSOE, Somos, IU y Centristas) y 11 votos en contra (PP). El hambre pues, salvo para quienes la padecen, si es que existen, es una incertidumbre en Majadahonda.

 

Majadahonda Magazin