A la izquierda, Paloma Pérez; a la derecha, el actual quiosco «Manuel» de Majadahonda

MIGUEL SANCHIZ. Explorar el pasado de Majadahonda en el siglo XX es como abrir un cofre del tesoro lleno de recuerdos que han dado forma a la identidad de nuestra querida ciudad. Al reencontrarnos con las páginas de la historia, nos sumergimos en una experiencia enriquecedora que va más allá de la mera nostalgia. Y es por ello que uno de los beneficios más palpables de explorar el pasado es la comprensión de nuestras raíces. Al introducirnos en los eventos y las transformaciones que definieron Majadahonda en el siglo pasado, obtenemos una visión más clara de cómo ha evolucionado nuestra comunidad a lo largo del tiempo. Esto no solo fortalece nuestro sentido de pertenencia, sino que también nos conecta con las generaciones que nos precedieron, creando un puente entre el ayer y el hoy. Y este puente que se tiende este viernes 8 de diciembre (2023), día festivo de la Inmaculada, para la sección de «Gente Maja que se Moja» tiene nombre de mujer y se llama Paloma Pérez, majariega 100% en activo, que regenta el primer quiosco de Majadahonda. Ya su padre, Manuel Pérez Moreno (una institución en nuestra ciudad), fue «el primer cartero, sereno, alguacil y creador del primer quiosco de periódicos de Majadahonda». De todo eso nos habla en esta entrevista.


Miguel Sanchiz, presidente del Colectivo de Prensa y Medios de Majadahonda (CPM)

PREGUNTA: ¿Como era tu casa y donde vivías en tu infancia en Majadahonda?  Paloma Pérez: Mi casa estaba y sigue estando en la calle de las Monjitas, ahí es donde nací, antes era una casa de una sola planta y aunque entonces no tenía muchas comodidades, la recuerdo con cariño. P: Háblanos de tu familia ¿Cuántos érais y qué hacia cada uno? P. P: De familia éramos mis padres y 4 hermanos, 2 chicos y 2 chicas, los 3 primeros nos llevamos año y medio, luego ya con la tercera me llevo 10 años. P: Ahora toca hablar de tu padre. Fue el primer cartero que tuvo Majadahonda. Cuéntanos qué hacia y como le ayudabas. P. P: Sí, yo recuerdo esa etapa con mucho cariño, pues esa casa donde nací tenía una placa azul en la fachada donde ponía «Correos». Recuerdo que iba gente… «Manuel, quiero poner un giro a mi chico que está en la mili», le decían a mi padre. O bien enviar algún paquete y yo ahí ayudaba a mi padre,también cuando recogía las cartas de un buzón que había en el pueblo y ponía el matasellos de Majadahonda. Luego esas cartas o paquetes mi padre los llevaba a Madrid, a Correos, en unos sacos, recuerdo que eran verdes, con una bandera de España en el medio. El día a día siendo cartero era repartiendo la correspondencia en una Vespa con una cartera de cuero que se la hizo el tío Emiliano el «Guarni«.

P: También fue el primer sereno. ¿Llevaba algún uniforme? ¿Cómo era la convivencia familiar? P. P: En su etapa de sereno recuerdo que llevaba una gorra de plato y un abrigo gris largo con un cinturón negro. Iba con un compañero llamado Alfredo y los dos llevaban colgadas unas llaves para abrir los portales. Esa era la función de los serenos y así estaban toda la noche. En casa ya estábamos acostumbrados a que mi padre trabajara de noche por esos tiempos. P: Tu padre alcanzó el grado de Alguacil de Majadahonda. ¿Cómo se recibió en la familia ese nuevo trabajo? P. P: Sí, en aquel tiempo salieron unas plazas en el Ayuntamiento, 1 de alguacil y 3 de municipales, mi padre se presentó y consiguió esta de alguacil. En casa, como todos los trabajos que emprendía mi padre, lo recibimos bien porque sabíamos que iba a poner todo su empeño como todo lo que hacía. Mi padre era muy cercano con la gente y todavía hay algún alcalde que veo de vez en cuando y me recuerda lo buena gente que era mi padre. En este trabajo hacía de todo, lo mismo abría el cementerio que ponía las banderas para las fiestas, que hacía algún pregón era todo un todoterreno. Segunda parte: «Internet está haciendo que baje mucho la prensa escrita y este negocio tiende a desaparecer» (Continuará).

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