F. UTRERA/J. RUBIO. La que comenzó como una aprobación de créditos para los programas “Deuda pública”, “Gestión de la deuda y de la tesorería” y “Gestión del sistema tributario” se convirtió en la última sesión del pleno del Ayuntamiento de Majadahonda en un improvisado debate sobre la libertad de expresión. El concejal de Hacienda, Angel Alonso (PP), se quejó de que Mercedes Pedreira «muta la piel y se le hace muy fina» cuando a su vez reprocha las críticas hacia ella y se olvida de la dureza que que exhibe desde su escaño. La película de «zombies» acababa de empezar y la casquería no tardaría en asomar. Fue Zacarías Martínez Maíllo (PSOE) quien sacaba a colación este tema con motivo de una intervención anterior del alcalde, Narciso de Foxá, que le había pedido «medir sus palabras» por haber profetizado erróneamente de que la empresa de limpieza Valoriza iba a recibir una futura concesión de recogida neumática de residuos cuando «carece de esta tecnología». Zacarías M.-Maíllo replicó posteriormente que «no iba a medir sus palabras nunca» y que únicamente lo haría en caso de que «faltasen a alguien al respeto». Ante esta declaración, Foxá intervino para señalar que el socialista se contradecía «in terminus» y que en el pleno cada uno «puede decir lo que le de la gana» y «nadie lo ha impedido nunca» pero que cada cual es «responsable de sus palabras». Comenzaba la sesión.
Patricio Mackey (Somos/Podemos) aprovechó para señalar que le gustaba el «debate sobre la libertad de expresión» pero que para ello había que tener «medios de comunicación objetivos» aunque posteriormente en las redes sociales del partido sustituían la palabra «objetivos» por «independientes». El viejo y complejo debate sobre la objetividad del periodismo asomaba sus fauces. Por su parte, Mercedes Pedreira (Centristas) apuntó que ya que se «hablaba de libertad de expresión, no se debía faltar a la verdad sobre lo que dicen los demás«, en alusión a este comentario del concejal de Hacienda en su red social: «Usted quiere torpedear las inversiones. Se opone por oponerse». Ángel Alonso (PP) le recordó también a Patricio Mackey que ya que se quejaba de la ausencia de «medios libres» recordase las palabras de su líder, Pablo Iglesias, en las que decía que «la existencia de medios de comunicación privados ataca la libertad de expresión».
Sea lo que fuere, lo cierto es que los ediles no se cortaron un pelo ni se mordieron la lengua, expresándose con absoluta libertad, a veces sobre el filo de una navaja bien afilada. Zacarías M.-Maíllo dijo que el pacto PP-Cs no le da más comodidad a los populares porque no tienen mayoría absoluta pero sí les otorga «mayor margen de actuación» a pesar de los «tonos elevados» que a veces expresan. Juancho Santana (IU) admitió que ya que se le niega el pacto o la iniciativa, a la Oposición solo se le permite el «bloqueo» y confesó que por eso lo suyo es el «raca raca». Pero el propio alcalde Narciso de Foxá lamentó a su vez que «algunos grupos no quieren llegar a acuerdos», lo que desencadenó una seria recriminación a Somos/Podemos: «Si ustedes dicen que no confían en nosotros –así lo había expresado Mackey– nosotros tampoco confiamos en ustedes: rompemos relaciones».
La declaración sonó como seria advertencia y la polémica continuó con toda su fogosidad en las redes sociales: Manuel Ortiz (PP) lo expresaba así: «Desde el PP Majadahonda rompemos cualquier relación con Somos. Creemos que es un gran paso decir no a los excluyentes y radicales». Y los aludidos respondían: «¿Ah, pero había alguna? ¡Si no habéis llevado a cabo casi ninguna de nuestras mociones!» La réplica de Ortiz continuó el debate: «La diferencia es que cumpliendo con el acuerdo de Junta de Portavoces siempre hemos propuesto a todos los grupos que se unan. Vosotros No. ¡Ciao!». Y el conocido «Hereje«, jefe de prensa de Podemos, estiraba la libertad de expresión hasta el límite: «Me alegro que Somos no se una a corruptos y delincuentes como el PP, sea nacional o de Majadahonda«.
Volviendo al pleno, las escaramuzas verbales cambiaban de contendientes. Angel Alonso (PP) la retomó –con cierta irónica maldad– diciendo que Mercedes Pedreira era tan crítica con ellos porque «le sobran cualidades para liderar la Oposición», algo que ella negó: «no mando ni en mi casa, y aunque no lo parezca allí lo hace mi marido». Y Alonso volvía a recordar la libertad de expresión: «usted me ha llamado diputado frustrado, chulo, inútil… y a los miembros de mi grupo vagos, incapaces«. Fue entonces cuando la acusó de alinearse «con la Oposición de izquierdas para torpedear» e imponer «sus 1.700 votos frente a nuestros 13.240». Posteriormente Pedreira pidió disculpas por si en la refriega se había excedido verbalmente y aseguró que lo de «diputado frustrado» lo había dicho «hace 10 años, concretamente en 2007» y sugirió consultar las actas para comprobarlo.
Curiosamente fue Zacarías M.-Maíllo quien dijo que en la próxima legislatura él podría estar en la Asamblea de Madrid como diputado, en este caso no frustrado sino electo. Lo expresó al responder a la edil naranja Ana Elliot, que afirmó que ella ya colaboraba con su grupo en la Asamblea de Madrid. Y es que la campaña electoral parece haberse puesto en marcha cuando quedan 20 meses para la cita en las urnas, los últimos 20 meses por cierto, y los más decisivos, porque es ahora cuando los electores excitan su atención política y su sentido del voto. Por cierto, se discutía sobre deuda y finalmente el punto fue aprobado con 11 votos a favor (PP) y 14 abstenciones (Ciudadanos, PSOE, Somos, IU y Centristas). Y es que, volviendo la célebre frase de Juan Goytisolo del revés como un calcetín, «una cosa es lo que se dice, otra lo que se escribe y otra muy distinta lo que sale publicado». O, en este caso, aprobado.