Pablo Iglesias ha pagado 2,25 millones de euros por la sede nacional de Podemos en Ciudad Lineal y lo ha hecho «a tocateja»

JOSE Mª BABOT VIZCAINO. Creo, con total sinceridad, que parece que ha pisado una piel de plátano el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias (Podemos). Le están creciendo los enanos bajo los pies, cuando él debía creer que, una vez dentro y arriba, todo iba a ser miel sobre hojuelas. En tiempos no muy lejanos, el dictador podemita y su pareja compraron una finca en Galapagar, denominada por todo el mundo como «casoplón», que dio mucho que hablar y mucha tinta que emplear y gastar. Como es natural, el copropietario de ese «casoplón», tuvo que salir a dar unas explicaciones, nada convincentes por cierto, porque nadie se creyó su versión un tanto oscura y ambigua, sobre la adquisición de un chalet de 600.000 euros. Pero es natural ya que, para toda la izquierda, si la derecha compra algo, por narices ha debido distraer unos dineros para comprarlos, e igualito se piensa en la derecha ¿no?.


El mismo Iglesias (Podemos) dijo de Luis de Guindos a los españoles, incluidos los de Majadahonda, como es natural: «¿entregarían la política económica del país a quien se ha gastado 600.000 euros en un ático de lujo?». Por tanto: ¿No se le ha entregado ahora el poder a este jugador de palabras?. Así que él y ella ¿qué han hecho? ¿cuánto les ha costado el «casoplón» a los que ahora co-dirigen la política económica del Gobierno?. Exactamente igual, 600.000 euros, porque era una «ganga» y la «aprovecharon» (¿?). Como decía anteriormente, eso para la izquierda es pecata minuta y si lo hubiese hecho esa derechona, que según ellos tendría que desaparecer, sería de juzgado de guardia.

Pero no para ahí la cosa. La última noticia, mejor dicho, el notición, es que el partido podemita parece ser que, según las informaciones mediáticas, ha comprado una casa por un valor aproximado de 2.250.000 euros, para que supuestamente sea la sede del partido. Y han pagado una comisión al intermediario o al de la inmobiliaria de unos 72.000 euros. Curiosidades de la vida, esa persona es, presuntamente, una tía del jefe del partido, Pablo Iglesias Turrión, pues se llama Paloma Pérez-Marín Turrión. Pero no para ahí la cosa: el importe de la casa se ha pagado, más presuntamente todavía, a tocateja, es decir, en dinero contante y sonante. Eso ahora ya ni se comenta (sería visto como raro en la derechona) cuando resulta a todas luces insólito en compras de esa índole.

Lo normal, dado su alto precio, es que en la compra de esos bienes inmuebles haya por medio una entidad financiera. Pues no. Y eso que que entre los enanos que le crecen está el de haber recibido, presuntamente, un dineral de otros países. Y bien pudiera ser, muy presuntamente por supuesto, que este dinero sea parte del recibido. Y comprando al contado lo que se hace habitualmente es blanquearlo, muy posiblemente y muy presuntamente, claro. Y todo ello contrasta con la compra del chalet con tinaja o «casoplón», como se quiera nombrar, que no se hizo en metálico y todo de golpe sino a plazos con hipoteca, quizás, para despistar, y poder decir que era un dinero a pagar a largo plazo (¿30 años?, según las informaciones mediáticas), lo cual no llama tanto la atención.

Así que la compra de la sede posee la apariencia de un blanqueo puro y duro, ya que, ese dinero, que supuestamente ha venido allende los mares, cuanto más agua ha pasado por los billetes, más blanqueados quedan éstos. Y a lo peor se descubre lo que colea detrás. Los hay nacidos con suerte: con el viaje de S. M. el Rey D. Juan Carlos I de España, ya fuera de ella, ellos tienen tinta para echar salivajos sobre esto, haciendo leña del árbol caído, claro, como es normal en estas opciones de izquierda. Pero nada explican sobre su sede, dejando de lado los enanos que le van creciendo bajo los pies. Si no fuera así y se descubre que es una verdad como un templo de grande que el dinero lo tenían de donaciones limpias y de su ahorro como partido político de las cuantiosas subvenciones que reciben, yo no me arredro y pediré, muy humildemente, disculpas. Y me postraré, ante el partido podemita, muy acongojado… aunque no lo creo.

Majadahonda Magazin