Presentación del Festival Internacional de Cine de Almería en la Fundación Telefónica de Madrid

FEDERICO UTRERA. El 20º Festival Internacional de Cine de Almería 2021 se presentó este jueves 17 de noviembre en la Fundación Telefónica de Madrid y fue una oportunidad para conocer nuevos amigos del mundo del cine y renovar antiguos encuentros. El director del Festival, Enrique Iznaola, tuvo la gentileza de mencionar el taller de videoarte que tengo el honor de dirigir y que también cumple 10 años, poniendo en valor las actividades formativas que también posee este evento. Presentado por Elena Sánchez, conductora del programa «Días de Cine» de TVE, fueron afortunados los discursos del presidente de la Diputación, Javier Aureliano García, que estuvo acompañado del diputado de Cultura y Cine, Manuel Guzmán, y del concejal de Cultura del Ayuntamiento de Almería, Diego Cruz, al que algunos recordarán como cantante y compositor de jazz y soul en aquel memorable club almeriense que es el «Georgia«, fundado en los 80 por Serafín Cruz «Sera». Y fueron afortunados porque lejos de hacer redundantes alardes políticos, empatizaron emocionalmente con un auditorio glamuroso, muy curado y «currado» de espantos. Almería y el Cine son una pareja con 500 películas incrustadas en sus genes desde que en 1951 se hizo la primera. Son los aires de leyenda, tan propios del género, que le hacen ser una provincia original y sugerente, como esas viejas actrices que han tenido un pasado glorioso y reciben en la senectud sus homenajes. Porque el Festival de Cine de Almería combina juventud y vanguardia con el clasicismo de su historia, y esa es la alquimia que le hace poder seguir rememorando con orgullo su pasado, presente y futuro.


Elena Sánchez de «Días de Cine» (TVE) presentó el acto

Al primero que saludé fue al actor y escritor Achero Mañas, que obtuvo un Goya por aquella célebre película titulada «El Bola» y con quien coincidí en el Festival de Cine de Medina del Campo (Valladolid). Ambos coincidimos en los jurados de cine y videoarte y hablamos de cine y de Bill Viola, él que ha vivido en Nueva York, admirando la genialidad de la sencillez, como son las obras del videoartista norteamericano. Otro interesante reencuentro se produjo con Víctor Matellano, uno de los jóvenes directores más originales y prolíficos (va a película por año) del cine español. Con Víctor protagonicé una de las presentaciones más divertidas que he podido realizar, cuando exhibió en los cines Zoco de Majadahonda su western «Parada en el Infierno«. Y el presidente de las salas majariegas y cinéfilo empedernido, Gabriel Rodríguez, me gastó una macabra broma porque la película era en realidad un terrorífico «thriller» donde el Oeste era solo una excusa. No he pasado más pavor en toda mi vida, yo que huyo como de las «pelis» de miedo desde mi más tierna infancia. Durante la presentación del coloquio, a raíz de las carcajadas que escuchaba, creo que el público se divirtió mucho con mi improvisada reseña cinematográfica realizada al término del film. Y ahora pone en escena «Mi adorado Monster«, un documental de creación que triunfó en la Semana de Terror de San Sebastián y que rescata uno de los rodajes más curiosos que se han producido en la cinematografía española. No doy más pistas.


Enrique Iznaola, director del Festival de Cine, y Federico Utrera, profesor del taller de videoarte

Finalmente un emocionante descubrimiento tras una última conversación: el director de cine Manuel Martín Cuenca. Asistí también en los cines Zoco de Majadahonda a la presentación de su película «El Autor«, que tuve ocasión de reseñar en estas mismas páginas, cuando hasta la ciudad vino el mismísimo Javier Gutiérrez, a mi modesto y seguramente errado juicio -soy muy mal cinéfilo- el mejor actor español del momento junto con Bardem, Banderas y Juan Diego. No conocía a Cuenca y resulta que tras indagar en nuestro árbol genealógico somos medio primos y oriundos del mismo pueblo: mi abuelo se llamaba Federico Utrera Cuenca y era un modesto médico en Abdera que en su juventud estudio en Granada, conoció a Lorca en la tertulia de «El Rinconcillo«, fue médico en un transatlántico y se trajo a España el baile del «charleston» tras escucharlo en EE.UU y versionarlo un amigo, el compositor abderitano Ortíz de Villajos (está documentado, no es leyenda urbana ni familiar). Luego vivió la guerra civil, la célebre «desbandá» de Málaga y las cien mil tropelías y barbaridades de aquella época. Conservo sus cartas como el más preciado tesoro y herencia: su vida sí que da para una película.

Manuel Martín Cuenca y Federico Utrera

Pero no hablamos del «abuelo», que ya José Luis Garci llevó al cine adaptando genialmente la obra de Galdós, sino de «La Hija«, que Manuel Martín Cuenca estrena ahora. Con el tiempo, Cuenca se convertirá en nuestro «Naomi Kawase», la directora de «Una pastelería en Tokio«. Esa mirada íntima, sugiriendo más que explicando, ese punto de bondad, amor y humanidad que tienen sus personajes caídos por la vida y sus emocionantes historias de perdedores, sin abandonarse a lo facilón melodramático, hacen de la japonesa una cineasta de alta alcurnia que se fogueó con «Hacia la luz» y «Viaje a Nara», preludios de su obra maestra. No sé si será «La Hija» (no la he visto) será la película que encumbre a Cuenca a la cima del cine español, pero sí intuyo que su trayectoria es coherente y sólida. Como Picasso, sabe lo que busca y donde encontrarlo. Y el tiempo dirá si, como ocurre con los Goya, llegue algún día en que el Festival Internacional de Cine de Almería entregue los «Cuenca» en esa inolvidables noches de sueños y magia en que se han convertido las entregas de premios desde que Antonio Banderas las televisase y organizase con el mejor tino y escuela de cine norteamericano. Así que… tres, dos, uno… ¡que comience el espectáculo!

Víctor Matellano presenta ahora «Mi adorado Monster»

El actor y humorista Arturo Valls

El escritor, actor y director Achero Mañas

El cantante y compositor de jazz, Diego Cruz, concejal de Almería

 

Majadahonda Magazin