JORGE RUBIO. Ramón Cerezo es el primer policía municipal que tuvo Majadahonda y en esta entrevista repasa junto a MJD Magazin su experiencia con todos los alcaldes y políticos con los que trabajó a lo largo de sus años de servicio en la ciudad. Una carrera que comenzó en el año 1958 y que culminó con su jubilación en el año 2000. Ramón, también conocido como «El abuelo», desvela cuestiones como sus orígenes humildes, las intensas jornadas de trabajo y las diferencias existentes entre ser policía municipal ahora y cuando él comenzó. A sus 83 años, Ramón contesta a las preguntas formuladas por MJD Magazin con una sonrisa en los labios y con cierta ironía, tal y como evidencian algunos de sus comentarios, como el que le dedica al ex alcalde del PP Guillermo Ortega, hoy encarcelado en la prisión de Soto del Real junto al ministro Rodrigo Rato: «El tío le echó cara y llegó a ser uno de los que más “mandaba” en Madrid«, recuerda. Y rememora a otros alcaldes y políticos que vivieron en Majadahonda: «Estuvo Luis Egea, otro que vivió en la primera urbanización que hay pasado el Tutti. Colorado también, Vera… ese que te he dicho que era de los comunistas y que vivía en El Tejar (posiblemente se refiera a Marcelino Camacho). Y Arturo Sanz. Después de Sanz estuvo el del butano, que no sé si se ha muerto o no. Y Tejada. También conocí a “Willy” Ortega. Entonces era recadero, no hacía otra cosa que hacer recados. Vivía en la calle de Buena Vista y entró aquí de “pinche” con 15 o 16 años». 


Ramón Cerezo

Preguntado por sus orígenes cuando llegó a Majadahonda, Ramón Cerezo recuerda que «yo vivía en una casita allí abajo en El Reguero. Donde el señor Esteban, por ahí abajo, había allí un arroyo y allí vivíamos nosotros en unas casitas muy bajitas que solo tenían un cachitín de habitaciones y de cocina. He dormido en el suelo. Nos juntamos mi hermano, mi hermana y luego vinieron nuestros padres. En un lado estaban mi hermano y hermana y al otro lado mis padres. Yo he dormido en el suelo de la cocina muchas veces«. A pesar de estos duros comienzos, Cerezo concluye que «ahora vivo muy bien, gracias a Dios, aunque he trabajado mucho«.

Ramón Cerezo con los periodistas J. Federico Mtnez y Julia Bachiller

A pesar de que el oficio de policía municipal pueda parecer fácil, «El abuelo» detalla que «no es comparable» con el que él realizaba cuando comenzó, ya que antes tenía que compaginarlo con otros trabajos para llegar a fin de mes. «Aparte de la policía he trabajado en otros sitios. He llegado a trabajar 23 horas en un día. Iba, comía y otra vez. Salía a las seis y media al mercadillo, que entonces lo ponían muy pronto, luego comía una hora escasa y luego me iba al edificio de los músicos porque empezaron los chavales con los sprays, lo tenían todo pintado y yo tenía que impedirlo. Allí estaba hasta las 5:30 o las 6:00 y así vuelta a empezar. Así estuve años y años».


Julia Bachiller y Ramón Cerezo en la Gran Vía

«Antes se vivía mejor, nos conocíamos todos un poco más y nos respetábamos más también, creo«, responde Ramón cuando se le pregunta si antes Majadahonda era una ciudad más segura. Respecto a si a lo largo de todos sus años como policía municipal tuvo que encerrar a alguien, se muestra rotundo: «Yo no he metido a nadie en la cárcel». Sí recuerda que en una ocasión tuvo que darle un susto a una joven: «No tengo muchas historias que contar, pero recuerdo que un día le llamé la atención a una chica, ella se puso un poco tonta y la llevé al cuartelillo. Yo no sé lo que me dijo, pero le contesté que como se le volviese a ocurrir actuar así, la iba a llevar a Pozuelo donde la Policía Nacional«. Una advertencia que parece que surtió efecto ya que el policía jubilado señala que «eso la acongojó y se lo tomó en serio«. No volvió a organizar ningún altercado ni a faltarle al respeto a nadie.

Majadahonda Magazin