El Rayo Majadahonda mereció la prórroga pero cayó fruto de sus propios errores ante un Albacete que no fue mejor

J. FEDERICO MTNEZ. Sería injusto enjuiciar al Rayo Majadahonda por solo el partido de play off jugado este sábado 4 de junio (2022) en un desangelado Balaídos donde es cierto que una vez más entregó el primer tiempo a un nervioso e impreciso Albacete. La 2021/22 ha sido una temporada histórica, donde por tercera vez el club jugaba los play off de ascenso, la primera fue ante el Racing de Santander (2016/17), la segunda contra el Cartagena (2017/18) y esta última frente al equipo manchego (2021/22). Pero es cierto que a pesar de una temporada irregular, Abel Gómez logró en el «sprint» final acceder al «play off» de ascenso gracias a las últimas 4 victorias consecutivas dentro y fuera de casa. No pudo ser la 5ª y esa lágrima que derramó el entrenador al final del partido pone fin a una temporada durísima, apasionante, atractiva e irrepetible que no termina con final feliz, pero tampoco triste del todo.


J. Federico Mtnez

El partido parecía condenado ya en el minuto 23 cuando marcó el Albacete. La única llegada clara del equipo manchego se convierte en gol a causa de un fallo de Casado en el despeje, uno de los pocos que ha tenido esta temporada y justamente en la semifinalísima. El yerro no empaña ni mucho menos su partido, pues el capitán tiró de galones, subió arriba, estuvo abajo y generó confianza en defensa y jugadas de ataque. Los seres humanos somos así y como dice el viejo aforismo español, «el mejor maestro echa un borrón». Eso, junto con el error arbitral que incomprensiblemente corta la única jugada de ataque en franca ventaja del Rayo Majadahonda parando el partido para atender a un jugador albaceteño caído en el centro del campo, fue lo único reseñable junto a una tarjeta de risa a Tropi. Fallos, nervios y la emoción de un partido que contagiaba hasta a los árbitros.

Si la primera parte fue del Albacete, la segunda fue del Rayo Majadahonda, que mereció llegar a la prórroga. Si en la primera solo Nando inquietó la meta de Bernabé a la salida de un corner con disparo a la escuadra, la segunda parte registró las primeras llegadas del Rayo en jugadas elaboradas. Primero en el minuto 52 disparo de Tropi que despeja de nuevo Bernabé, quizás el mejor del Albacete junto a su central Boyomo. Y después Héctor, que no suele fallarlas, pifia una clarísima en el minuto 65 con la meta muy despejada. Parecía que la mala suerte se cernía sobre los rayistas y además la «maldición del ex» se daba la vuelta: Nando se había lesionado y Héctor fallaba la única que tuvo. Pero no es menos cierto que los cambios con la entrada de Rubén Sánchez, Mawy y sobre todo Manny aceleraban el partido a favor de los majariegos. Y la conocida buena suerte del míster Abel Gómez también jugaba.

Fue así cuando en otra llegada majariega al área en el minuto 69, roba Héctor en el centro del campo, Juanjo hace un magnífico pase de gol y Néstor Albiach dispara firme al palo a media altura y consigue el empate. Explosión de júbilo por el merecido tanto, que se escuchó nítida en toda la Gran Vía de Majadahonda, donde radios y televisores sintonizaban el «partido del año» ante el desastre del descerebrado «Formato Rubiales«, que seguramente engrosa su nómina por las comisiones contractuales pero impide a las aficiones ver en directo los partidos. Quedaban 20 minutos y los dos equipos parecían abocados a la prórroga. Hubo una tímida llegada del Albacete y otra del Rayo pero era mucho más lo que podía perderse que ganarse, así que ambas escuadras se mostraban reservonas.

Pero entonces llega la desgracia final para los majariegos: a falta de 8 minutos (min 82) cuando Rubén Martínez se lleva un balón a trompicones, se dirige al área, los centrales le cortan el paso pero él dispara raso, flojo y mordido como sabe y puede. Lo que no cabía esperar es que el meta Champagne se encontrara descentrado cerca de la línea de cal, como pareciendo que había perdido la perspectiva con el centro de la portería. Y cuando quiere darse cuenta, se estira pero no llega. Fue un gol que balancea un partido equilibrado donde la prórroga iba a medir el físico de los dos equipos, y estaba mejor el Rayo Majadahonda. La postrera entrada de Clau Mendes y Mario ya no consigue nada y la expulsión de Rubén Sánchez, fruto de la desesperación, pone la nota final desdichada. El balance del encuentro, por ello, no puede ser más desolador: pareció que el equipo rayista se condenaba a sí mismo con sus errores en defensa y ataque, mientras que el Albacete, que no fue demasiado mejor en ningún momento, al menos no cometió ninguno. Esa fue la diferencia en un partido tremendamente igualado, donde el Rayo se perpetra 3 fallos (1 en ataque y 2 en defensa) por 1 acierto cara al gol, mientras que el Albacete consigue 2 aciertos en la meta rival por ninguna falla en defensa.

Por todo ello no pudo ser y este resumen pone fin a una temporada histórica y da paso a una necesaria renovación, que la Junta Directiva ya adelantó a los accionistas en su última reunión y que solo podía salvarse económica y deportivamente con un ascenso. Fue una pena no haber llegado a la prórroga, que era de justicia, y ahora toca descansar. Tiempo habrá de analizar los sistemas de juego, los vaivenes clasificatorios, las plantillas y los necesarios engarces entre la cantera y el primer equipo, que este año no han estado del todo engrasados y en un futuro serán más recurrentes. Pero el Rayo Majadahonda pone fin a una temporada incompleta pero memorable, con entrada en el «play off» y en la Copa del Rey. En la próxima, estarán en la Primera RFEF el Alcorcón y el Fuenlabrada, rivales temibles que además vienen primados económicamente por su descenso de liga profesional. Y esto obliga a diseñar una plantilla y estructura a varios años vista, ahora que el Rayo Majadahonda B tendrá entidad propia y el Avila será prácticamente otro segundo o tercer equipo. Enhorabuena a esta plantilla por el trabajo realizado, por los buenos momentos que han brindado y ¡hasta la próxima!.

 

 

 

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