El Rayo Majadahonda mostró leves síntomas de mejora pero insuficientes para puntuar en Córdoba

J. FEDERICO MTNEZ. Nueva derrota del Rayo Majadahonda este sábado 17 de septiembre (2022) en el Nuevo Arcángel de Córdoba, que no por previsible es menos dolorosa. Lo hizo ante el líder Córdoba CF, que recién ascendido va como un cohete a la Segunda División y al que los rayistas solo pudieron ofrecerle resistencia durante 12 escasos minutos. Fue un pase medido entre la línea de centrales, hoy sin Casado pero con un descomunal Samana, que estuvo a la altura, si no mejor, que el siempre descomunal Félix Ofoli, pero que esta vez no pudieron hacer nada ante un milimétrico y preciso pase de plata que transformó además Willy por la escuadra al tocar incluso Alvaro Fernández. Con el 1-0 aguantó muy bien el Rayo Majadahonda a un rival que le ganaba todos los duelos por arriba y por abajo, que trenzaba el balón como aquel mítico Barsa de Guardiola y que a veces caricaturizaba a un equipo visitante que bastante hacía con impedir que los califales se acercaran demasiado al área rival. Así se llegó al descanso. En la segunda parte salió un poco más bravo el Rayo Majadahonda, pero poco a poco se fue desinflando ante la mayor calidad y empuje de los cordobesistas. Apenas se contabilizaron ocasiones de gol por ambas escuadras, aunque sí se iba haciendo con la manija el equipo blanquiverde, que nunca pasó demasiados apuros más allá de la incertidumbre que siempre deja un resultado corto.


J. Federico Mtnez

Se la jugó el entrenador Diego Nogales con cambios a la desesperada en el minuto 82, pero tras algo más de presión rayista en el área rival solo le duró 4 minutos: el Córdoba destapó el tarro de sus esencias, que había administrado con  fiereza y calidad durante todo el partido, y en una jugada donde dio casi 20 pases seguidos desde la defensa, media y delantera con un rayo persiguiendo fantasmas, llegó hasta el área majariega y Simo terminó de maltratar al equipo visitante llegando en solitario a las últimas inmediaciones rayistas y empujando el balón a las mallas. Resultado justo, el Rayo Majadahonda duerme este sábado siendo la defensa más goleada del campeonato (7 tantos) y con 3 goles a favor, a la espera de la jornada dominical y a la llegada del Ceuta, también de momento colista del grupo, al Cerro del Espino. Rayo Majadahonda: Alvaro Fernández (2), Francis (2), Félix Ofoli (2), Salama (3), Pinillos (2); Mario (2), Iriondo (3) Sergio Llamas (1); Albiach (2),  Jeisson (1), David Rodríguez (1). Segunda parte: Guille (2), Konaté (0), Portero (0), Nando (1), Claverías (1). 

ANALISIS. Mejoró algo el Rayo Majadahonda con respecto a otros encuentros, concretamente el disputado en casa ante el Badajoz, porque al menos tuvo la pelota algo más y demostró que sabe jugar este deporte que trata de mantener el balón el mayor tiempo posible en su poder para ganar. Sin embargo, no era el día ni el rival, que exigía algo más que saber pasar y combinar. Aún así, el equipo sigue obteniendo grandes puntuaciones individuales pero naufraga en lo colectivo: en esta ocasión apenas se llegó al área ni se inquietó al meta cordobesista Marín, que apenas tuvo trabajo más allá de perder todo el tiempo posible ante un Rayo que apenas inquietó. Sorprendió Salama en una posición que no era la suya y que dio el do de pecho, lo que le acredita como un jugador de equipo y justifica más que de sobra su fichaje. El resto de la defensa estuvo de notable alto, y prueba de ello es que mantuvo a raya al equipo más goleador de la categoría, que solo pudo encontrar una fisura hasta el minuto 86. 

Lo del centro del campo y la delantera ya es otro cantar. Mientras que Iriondo robó y pasó tantos balones como el resto del equipo junto, Albiach se dejaba la piel hasta la extenuacion y Mario mantenía la fortaleza, regularidad y cordura y en el campo de la que a veces carece, Sergio Llamas no acompañaba en la construcción atacante ni en la defensiva. Y la delantera apenas pisó área: un centro de Jeisson al que no llegó David Rodríguez fue el pobre balance que exhibió en todo el partido. Bastante hacía el Rayo achicando agua, por lo que los balones ofensivos eran escasos y de mala calidad. Los cambios apenas surtieron efecto: Guille sí lo intentó al menos, pero Konaté salió de vacaciones (¿donde estaba Abreu?) y Portero salió tan acelerado y descontrolado como siempre. El canterano Claverías dio un pase e hizo un disparo tan flojo que fue el resumen y ejemplo de lo que hasta ahora es capaz el equipo majariego en esta categoría. Así que una semana más el Rayo esquiva la cola porque hay equipos aún peores, pero convierte el partido contra el colista Ceuta en algo más que una final: saber si esta plantilla es capaz de empezar a ganar partidos, una vez pasados los aviones que están arriba del todo. El calendario de octubre da vértigo pero si Nogales logra conjuntar las piezas y calidades que posee, aún hay margen y esperanza para el cada vez más urgente despegue.

Majadahonda Magazin