J. FEDERICO MTNEZ. Mereció más el Rayo Majadahonda este domingo 7 de noviembre (2021) en los históricos campos de Lezama ante un correoso  y en nada desestimable At. Bilbao B, con un buen primer tiempo en el que se fue al descanso con un gol en contra y una segunda mitad arrolladora en la que tuvo a los «cachorros» contra las cuerdas. Y no  marcó el segundo tanto de la victoria porque le faltó esa pizca de suerte o puntería a Rubén Sánchez o a Raúl Sánchez, que lo intentaron por activa y por pasiva como también Borja González o incluso Cristian y Alvaro Vega en sus subidas en los corners. Si este es el Rayo Majadahonda que encara el segundo cuarto de la temporada lo cierto es que hay indicios para el optimismo porque los de Abel Gómez fueron a ganar y no se arredraron ni cuando tenían el luminoso en contra ni se acomodaron cuando tenían el encuentro empatado. La clave de este valioso punto, que sabe a poco pero que deja satisfechos a los que miden la entrega y convicción de la plantilla, estuvo en todas las líneas: Champagne da seguridad en la portería y en el área, el centro de la zaga (Cristian, Casado, Vega) hace inexpugnable el ataque contrario por el centro. Y además cuando suben (y no dejan la parte de atrás desguarnecida) o cuando el capitán Casado pone el pie en circulación con balones largos, se convierten en otra pieza de ataque más. Además, los laterales son seguros: solo el flanco izquierdo de Bastos tradicionalmente inexpugnable, dejó algún agujero, como en el gol bilbaíno, pero Borja dejó al otro costado un excelente cartel en tierras euskaldunas.


J. Federico Mtnez

El centro del campo, que esta vez era generoso deudor de la estirpe vasca (Iturraspe y Susaeta parecían obligados a jugar) fue algo más creativo que en otras alineaciones pero fue al entrar Mario cuando cogió ya definitivamente la manija del partido, sin desmerecer las aportaciones también de Bernal, que estuvo tremendo, y Juanjo. En ataque no tuvo el día Rubén pero sí Raúl y cuando salieron Mawi y Javi Gómez se introdujo más mordiente en el área con las continuas llegadas del zafarrancho de combate que es el Rayo Majadahonda al ataque. Y hay que mencionar que las lesiones de Manny, Héctor y el nunca olvidado Laerte Polydoro tienen la delantera majariega más que menguada. Pero aún así, el «banquillo africano» con Philipe, «Basi» y Tass también es otra garantía de eficacia porque cada vez que salen lo hacen «enchufados». Así las cosas, solo un par de cosas que dejan suspense: dicen los sabios del fútbol que un saque de esquina (que en el fútbol británico se considera medio gol) puede ser la mejor ocasión del equipo castigado si se sabe armar un contraataque.

Y eso mismo ocurrió tras el palo de Raúl, que sorprendió a todo el equipo por su tardanza en el repliegue o por el excesivo riesgo táctico que exhibió en la adelantada jugada. En el otro lado de la balanza y prescindiendo de la suerte (que esta vez nos debe dos puntos por lo sucedido en Bilbao), resaltar algo que no por recurrente deja de tener valor: el entrenador casi siempre (99%) acierta con los cambios y en los relevos son mejores los que entran que los que salen. Esto da confianza a la plantilla, hace piña en el equipo y convierten al Rayo Majadahonda en un equipo temible que tiene ahora ante sí dos envites (Dux Inter de Villaviciosa, el sábado 13 de noviembre a las 16.00 horas y el «partido del año» contra un Depor en el Cerro que no es un equipo imposible), porque son algo más que 6 puntos: la ocasión de acreditar que el equipo merece estar arriba y ambiciona, esta vez  sin ambages, jugar el play off para estar en la división de plata del fútbol español y convertirse de nuevo en leyenda. Puntuaciones: Champagne(2); Borja González (3), Cristian Pérez (3), Álvaro Vega (3), Casado (3), Bastos (2); Bernal (3), Iturraspe (3) (Juanjo Sánchez, min.75 (2), Susaeta (1) (Mario García (3), min.61), Raúl Sánchez (3 y MVP) (Mawi, min.80) y Rubén (1) (Javi Gómez, min.80).

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