TONY DEL VALLE. Cuando dejas en el banquillo a los goleadores del equipo suele pasar esto. En el fútbol a veces no se hacen las cosas que son lógicas, por ejemplo, que jueguen los jugadores que más tantos han metido en el campeonato. Las consecuencias de dejar en el banquillo a los máximos goleadores de la plantilla –Dani Pichín máximo goleador 5, Jeisson 4 goles, De Frutos 3 y Coto otros 3, en total suman 14 goles- se paga caro. No hay que ponerse nerviosos por el resultado, tiempo hay para recuperarlo y en la clasificación el equipo mantiene el 2º puesto. Con 8 partidos que el Rayo gane en lo que queda de liga -17 partidos-, sumaría 64 puntos, que serían suficientes para jugar los Play Offs de ascenso a Segunda A. Desde hoy hay que empezar a contar los partidos que gane el Rayo y los que le quedan. Y además esta vez estuvo muy solo el equipo majariego, la Peña CUM intentó fletar un autobús para acompañar al desplazamiento, pero al final no salieron los 30 aficionados que se necesitaban para poder afrontar los gastos y resultó inviable. Entre los aficionados se comentaba que el presidente, como máximo representante del club, podría hacer algo más por los seguidores del Rayo, aparte de ir al palco todos los domingos. Debería plantearse apoyar al equipo majariego ayudando a la Peña CUM a fletar autobuses, el coste no llegaría ni a 600 € al mes, cobrando 10 € por aficionado. Pero bueno esto es lo que hay, “pintar la mona y panceta gratis todos los domingos”, como suele decirse. El próximo encuentro será también fuera de casa contra el equipo gallego Coruxo, que viene de perder con el Real Madrid Castilla. Las espadas, otra vez en todo lo alto.


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El encuentro a orillas del río Pisuerga fue para olvidar. Mañana muy fría en los campos anexos al Nuevo Zorrilla donde se enfrentaban el segundo clasificado y el último de la liga. Después de la media docena de goles que el Rayo Majadahonda endosó en el partido de la primera vuelta al Real Valladolid B, la lógica hacía pensar a los majariegos que no tendrían muchos problemas para llevarse los tres puntos en disputa. Sin embargo, fútbol es fútbol, ganó el que más goles metió, y esta vez fue el Real Valladolid B quien se impuso por dos goles a uno, y siempre merece ganar el que más goles mete. El partido empezó como siempre, Iriondo sorprendiendo en la alineación, sacó atrás a tres centrales y dos laterales –después de más de tres meses, volvió al once titular Oliva y se podía decir que jugó con tres defensas y dos laterales polivalentes. En el medio del campo como siempre el “comandante” Carlitos, apoyado por Vicente y de enlace Dani Martínez. Delante el debutante Jairo y Chiqui, con el “flaco” Basilio en la portería.

El gol que daba la victoria local

El Real Valladolid B salió al campo dispuesto asistir al último partido de su vida, con cinco defensas en línea, tres medios defensivos y dos o ninguno en punta. La máxima era que los majariegos, bajo ningún concepto, tocaran el balón ni mucho menos triangularan. Lo consiguieron a base de faltas y más faltas, en total se llevaron para la buchaca nada menos que 6 tarjetas amarillas, pero esta vez Rivera le ganó la partida a Iriondo. Todo marchaba sobre ruedas para los majariegos cuando en el minuto 4 Carlitos marcaba un antológico cero a uno que pasará a los anales de esta liga por su calidad. Después fue Chiqui quien tras deshacerse de tres contrarios tuvo en sus botas el 0-2, pero falló y fueron los locales los que empataron el partido con un penalti inexistente -solo visto por el árbitro- transformado en el minuto 39 por Domínguez. Así se llegó al descanso con empate a uno.

Iriondo: «no merecimos ganar»

Iriondo, viendo lo que se le venía encima, empezó a mover el banquillo. En el descanso dejó en el vestuario a Rubén, saliendo Jeisson al terreno de juego con muchas ganas de marcar y aportar al equipo. En una llegada por banda del “Kiki” Juan Cruz, éste le puso el balón para meterla, pero falló y el esférico no entró. Apretó de lo lindo el Rayo Majadahonda, pero era imposible jugar y tocar. Y con el empate en el marcador los locales optaron descaradamente por un apelotonamiento de jugadores en defensa y centro del campo al que los majariegos no supieron ni pudieron hacer frente para tirar la muralla humana que dispuso el Valladolid. En los minutos 62 y 71 Iriondo hizo los cambios que aún le quedaban en la recámara, entrando al campo el centrocampista Ayoub por Dani Martínez y el goleador del equipo Dani Pichín por el debutante Jairo, que no tuvo su día.


Un penalty que los visitantes no vieron y los locales sí

Estas sustituciones no le sirvieron para derribar el autobús y en un robo de balón cercano al área majariega la delantera blanquivioleta sorprende a toda la defensa descolocada, el balón le llegó a Luis Suarez, que recorta en la frontal del área y con un tiro bajo bate al “flaco” Basilio, poniendo el marcador en un 2-1 final. Aquí terminó el partido: el Valladolid B, se dedicó a perder tiempo y hacer faltas y más faltas. Si de este equipo tiene que salir el futuro del Real Valladolid, muy mal lo tienen los pucelanos. Y dicho sin ganas de ofender, visto lo visto, el Real Valladolid B, puede que sea el equipo más endeble que hay en el Grupo 2 de la Segunda División B.  MVP: el «joven veterano» jugador del Rayo Majadahonda Jeisson salió enchufadísimo del banquillo, fue el único que puso en la cuerda floja al Valladolid B. Esta vez no pudo marcar pero de él salió lo mejor que pudimos ver en el campo.

Valladolid: Guille Lara; Raúl, Velásquez, Mario, Porto (Cobo, min. 69), Corral; Carrascal, Alvarado, Javi Pérez; Domínguez (Miguel, min. 65) y Luis Suárez (Rubén, min. 77).
Rayo Majadahonda: Basilio, Andújar, Jorge García, Oliva, Juan Cruz; Vicente, Dani Martínez (Ayoub, min. 71); Rubén (Jeisson, min. 46), Carlitos, Chiki; y Jairo (Dani Pichín, min. 70).
GOLES: 0-1, min. 5: Carlitos. 1-1, min. 40: Domínguez (p.). 2-1, min. 74: Luis Suárez.
ÁRBITRO: Gómez Landazabal (Colegio Vasco), auxiliado en las bandas por Cachón Lafuente y García Arriola. Amonestó a los locales Guille, Raúl, Porto, Carrascal, Luis Suárez y Miguel y a los visitantes Andujar, Jorge García, Oliva y Carlitos. Fue juzgado por la hinchada visitante como malo de solemnidad, pues a su juicio se inventó el penalti y lo más grave es que de ser cierto incidió en el marcador. También se interpretó como corto en las tarjetas sacadas a los locales, en total 6, pero todas del mismo color amarillo. Quizás le faltó valor para ser más justo, cualidad necesaria para mayor porvenir en el arbitraje.

Marca: «Victoria importante y sorprendente del Valladolid B ante un desconocido Rayo Majadahonda. Los madrileños cayeron 2-1 ante el filial pucelano que con esta victoria sueña con la permanencia, a dos puntos». Puntuaciones: MVP: Jeisson y Juan Cruz (3). Carlitos, Pichín y Dani Martínez (2), el resto 1. El Gol de Madriz: MVP: Jeisson (1). «Tropiezo fuera del guión del Rayo Majadahonda. Los de Antonio Iriondo visitaban al débil Valladolid Promesas, hundido en la última posición. Se daban todos los condicionantes para que los rayistas obtuvieran una nueva victoria, y abrieran brecha con el quinto clasificado. Y todo empezó de dulce. A los cinco minutos, Carlitos adelantaba a los madrileños tras jugada personal, y parecía que todo iba a ser cuesta abajo. Y así fue, pero acabaron fallando los frenos. Lejos de lo que suele ser habitual, los majariegos no se hicieron con el control del balón, y ahí sufren. Sin tampoco poner en muchos aprietos, lo cierto es que fue el filial el que mandaba sobre el césped, como rebelándose contra su futuro. El equipo de Miguel Rivera mandaba sobre el campo, aunque no lograba crear ocasiones; hasta que lograron nivelar el marcador desde los once metros. Tras una de esas faltas que en el centro del campo nadie duda pero en el área si, Domínguez hizo la igualada. Tras el paso por vestuarios, tocaba volver a empezar. Iriondo movió el sistema, dando entrada a Jeisson por el capitán Rubén. De inicio, el cambio táctico dio otro aire a los madrileños, que comenzaron a dar una versión similar a la habitual. Sin ser el equipo que somete a los contrarios, pero sí con más balón que nadie, aunque llegando poco. Aún así, los serranos crearon un par de ocasiones de peligro. Sin ser un ciclón, todo parecía que iba a derivar en un triunfo visitante, hasta que en una contra, los pucelanos les cazaron. Luis Suárez hizo el 2-1, tras una jugada personal, marchándose en velocidad, y recortando a su opositor en el área. Tras el gol, el Rayo Majadahonda se volcó en búsqueda de al menos un punto, frente a un Valladolid B que tenía muy claro que sus opciones de mantener la victoria pasaban por meterse atrás, no cometer errores, y no dar un metro a los de Iriondo. Y aunque los madrileños se volcaron, jugando en campo contrario, apenas crearon peligro real, viendo así como se le escapaban tres puntos, que de inicio, se les habían puesto muy de cara.

El Norte de Castilla (Jesús Domínguez y Rodrigo Jiménez (foto). El filial blanquivioleta remonta ante uno de los gallitos de la categoría, se carga de moral, y ya mira hacia los puestos de salvación. El Real Valladolid B ya carbura; ya no cabe ninguna duda. Pese a las varias bajas importantes, caso de Marí, Samanes o Mayoral, sumó su tercera victoria seguida en casa, que le sirve para asomar un poco más la cabeza del pozo en el que lleva casi todo el curso. Se impuso en un laborioso partido a un Rayo Majadahonda al que neutralizó y desnaturalizó con un compromiso y una firmeza atrás que vertebran todo. A partir de la mejoría ahí, los de Miguel Rivera han sido capaces de obtener esos resultados positivos cuyo mérito es mayor después de vencer a uno de los mejores equipos de la categoría, que llegaba (y está) segundo en la clasificación y cuyo fútbol no estuvo a esa altura. Precisamente por eso: porque el Promesas dibujó un bloque compacto que solo se quebró con el sorpresivo golazo por la escuadra de Carlitos a los cinco minutos. Los blanquivioletas, que habían avisado antes con un remate a gol de Luis Suárez, anulado por fuera de juego, dominaron la posesión sin demasiados impedimentos hasta tres cuartos. Allí los majariegos se pertrechaban frente a la puerta de Basilio intentando que la amenaza no se repitiera, aunque sí lo hizo.  Que el filial estaba siendo cuando menos un igual se reflejó en el marcador con el tanto del debutante Domínguez, en un penalti tan infantil como claro sobre Javi Pérez. El goleador anotó tocado del tobillo, lo que no evitó que nada más empezar la segunda mitad tuviera otra oportunidad muy clara antes de ser sustituido.

Cuando se fue ya había quedado claro que lo de verse metidos atrás no era una estrategia de Iriondo, sino a lo que el Majadahonda estaba abocado por el buen hacer local. Pese a la buena internada de Juan Cruz, el conjunto rayista estaba a merced de un Promesas que rondó su puerta hasta tirarla abajo. A falta de cuarto de hora para el final, Cobo recuperó en la zona media, salió rápido y se la dio a Luis Suárez, que se desasió de su marca con un recorte en la frontal y la pegó bien abajo, al otro lado, para desatar la algarabía de los suyos. Miguel Rivera optó otra vez por la abandonada formación con cinco defensas para el tramo final, esta vez con los laterales de verdad atrás. Concedió muchos metros delante de su portería, pero ni un solo espacio en sus inmediaciones, por lo que el deslabazado arreón final de nada le sirvió al rival, que sucumbió en los Anexos como los dos anteriores. Como entonces, el Real Valladolid B demostró que la salvación ya no es la quimera de hace unos meses. Aunque para salvarse todavía queda.

El Desmarque: La fe se mantiene intacta para el Real Valladolid Promesas. A pesar de encajar en los primeros minutos del encuentro, los de Miguel Rivera lograron remontar (2-1) con los tantos del recién llegado Antonio Domínguez y Luis Suárez para sumar el primer triunfo del año ante el Rayo Majadahonda. El filial abandona así el farolillo rojo de la clasificación y sigue creyendo en su salvación. Después de que el encuentro del fin de semana pasado frente a Unión Adarve se suspendiera por cuestiones meteorológicas, los de Miguel Rivera tenían hoy la primera prueba tras el parón navideño y la han superado con éxito. El filial blanquivioleta comenzó dominando el partido y, fruto de ello, logró anotar a las primeras de cambio, aunque el tanto de Luis Suárez fue finalmente anulado. Sin embargo, en el minuto 5, Carlitos hacía el 0-1 para los visitantes con un gol que entraba por la escuadra y este sí subía al marcador, poniendo cuesta arriba la empresa al filial. Tocaba remar para sacar adelante el partido y no continuar siendo el farolillo rojo del grupo.

Blanquivioletas (Jesús Domínguez). El Promesas holla otra cima. Da la sorpresa y vence al Rayo Majadahonda en otro buen partido. El Real Valladolid Promesas afronta esta temporada un difícil reto como es el intentar salvarse del descenso por cuarta vez consecutiva. Después de los ya más que conocidos cambios del pasado verano, y de cómo sentaron en un inicio, por momentos pareció algo difícil como hollar un ocho mil. Por el camino tiene otras cimas que alcanzar, otros ‘campamentos base’, acaso; partidos difíciles como el de este domingo contra el Rayo Majadahonda en el que pisó con gran firmeza y consiguió la tercera victoria seguida como local. La tarea parecía ardua de antemano, con el recuerdo de la goleada de la ida y de que los majariegos eran (y son) segundos. Para más inri, Carlitos hizo el cero a uno a los cinco minutos, respondiendo a la amenaza de Luis Suárez, que solo unos segundos antes había marcado en fuera de juego en una acción invalidada.

Pero, al contrario de lo que habría pasado meses atrás, el filial no se descompuso. Si el dibujo –5-3-2– había sido trazado para no descomponerse y hecho para contrarrestar las bajas por fuera, de la necesidad se hizo virtud y el apelotonamiento por dentro permitió que los de Miguel Rivera fueran superiores, dado que amasaron la posesión, metieron al rival en su campo, maniataron a cualquier enemigo que quisiera poseer el cuero y, además, servía para que Corral sorprendiera siendo ancho y profundo por izquierda. Los tres centrales y los tres centrocampistas permitían cortocircuitar cualquier intento del rival, todos menos el contragolpe de Chiki, que amenazó con el segundo al desasirse con cierta facilidad de tres marcadores. Para entonces, los blanquivioletas habían podido empatar por medio del propio Corral, uno de sus principales activos en la matinal del domingo, o de Luis Suárez, que obligó a una parada abajo en dos tiempos de Basilio.

El empate, sin embargo, vino en una jugada en la que participó el debutante, Antonio Domínguez. De él salió el pase hacia Javi Pérez, que, de espaldas, inteligente, se dejó caer al sentir el contacto del central. El penalti lo anotó el de Punta Umbría en la confirmación de que no es que el Rayo Majadahonda estuviera esperando el error para salir a la contra, sino que directamente había siendo inferior en la primera mitad. El mismo recién llegado, en el inicio de la segunda, pudo marcar el segundo en la culminación de una buena acción individual. El entretiempo trajo un señuelo, un engaño, la entrada de Jeisson, que con su hiperactividad hizo imaginar un Majadahonda mejor, aunque después tan solo sería un espejismo. El filial siguió manteniendo el cuero en sus pies, aunque en una buena subida por el pasillo interior zurdo de Juan Cruz los majariegos tendrían una buena ocasión, rematada por el ingresado en el descanso, que se marchó fuera por poco a la izquierda de Guille Lara.

Rivera no se conformó ni aunque el rival fuera el que era, modificó el dibujo y obtuvo recompensa. Entendió que necesitaba frescor por fuera, por donde Corral había hecho daño, e introdujo a Cobo en el lugar de Porto, que no en la posición. El canterano del Madrid actuó en como extremo y pronto participó en la jugada determinante del partido. Mientras el Rayo salía, robó el balón en los primeros metros de su campo y se lanzó veloz al ataque, ante la desorganización de un rival al que la acción le había pillado saliendo. No tardó en cederle el esférico a Luis Suárez, que volvió a tener premio después de una bonita acción personal en la frontal, donde recortó para deshacerse de su marcador y pegarla abajo, a donde Basilio no iba a llegar pese al intento.

El dos a uno hacía justicia al empeño del Promesas y al paupérrimo enemigo que tenía enfrente, que se vio empequeñecido por la solidaridad y la entrega de los blanquivioletas. Ni siquiera aprovecharon los de Antonio Iriondo que el Real Valladolid B renunció al balón en lo que quedaba, volviendo a dibujar una línea de cinco tras la entrada de Rubén, ahora más real por la menor altura de los laterales. Con cinco atrás, más Cobo y las ayudas de todos los demás salvo Miguel, que esperaba arriba como un islote, el filial se mantuvo firme hasta el final y solo concedió una ocasión, en un saque de esquina que remató Andújar. El silbatazo final, con todo, fue menos alivio que otras veces, puesto que no se sufrió, pero desencadenó la alegría habitual de quien está necesitado y sacia un poco el hambre.

Majadahonda Magazin