
«Salgo en torno a la marquesina del autobús que alguna vez tomo pero cuando voy caminando al “Go Fit”, caminata de 25 minutos, hago el siguiente recorrido: San Isidro-Benavente-Bulevar Cervantes-Avenida España-Carretera de Pozuelo- Las Moreras. Y, por fin, el “Go Fit”. Un recorrido entre urbano y campestre»
VICENTE ARAGUAS. (15 de mayo de 2025, Día de San Isidro, Patrón de Madrid). Caminito del Gimnasio. El gimnasio que yo frecuentaba, en la calle donde vivo, San Isidro, y al que seguiré llamando Muladhara hasta el fin; lo que queda de él, ahí sigue, muerto de risa. Tan agónico como el posadero de cormoranes de Molino de la Hoz (Las Rozas) al que habré de volver, dada la desidia que parece reinar sobre los restos del naufragio. Donde estaba nuestro gimnasio majariego, de momento, la desolación y el abandono. Esperando aquella mano de nieve o la voz que, como a Lázaro y al modo becqueriano, le diga: “Levántate y anda”. En el interín el que anda soy yo, camino del “Go Fit”, antiguo “El Físico”, donde voy encontrando otros exiliados del Muladhara. Gente de buen talante, me parece, que piensa que “Mens sana in corpore sano”. Yo, pues tomo dos de ellas diarias, y si me permiten el chiste: “Mansana in corpore sano.” Bien, pues cuando voy caminando al “Go Fit”, caminata de 25 minutos, hago el siguiente recorrido: San Isidro-Benavente-Bulevar Cervantes-Avenida España-Carretera de Pozuelo- Las Moreras. Y, por fin, el “Go Fit”. Un recorrido entre urbano y campestre encajado en lo que es Majadahonda a día de hoy.
CONOCÍ TODO ESO EN PLAN DECIDIDAMENTE BUCÓLICO. Con ovejitas y alguna que otra cabra por allí triscando. Hoy apenas encuentro en mi camino palomas torcaces, urracas a barullo, y algún que otro gorrioncillo. Bueno, también lavanderas en torno a la marquesina del autobús que alguna vez tomo. En sus tres variantes, el 561, que va hacia Aluche y por lo tanto me deja en el Instituto de Salud, el que tanto nos publicitara cuando el drama aquel de la colza, o bien el 626 o el 655 que pues toman dirección Hospital Puerta de Hierro tienen una parada enfrente de la Escuela de Fútbol de La Oliva, de manera muy conveniente para acceder al gimnasio, luego de pasar ante la Gasolinera Galp y toda la cuchipanda comercial que se halla detrás de ella. Pero antes dejaremos una hamburguesería, con un subterráneo que me fascina. ¿Qué se esconderá en lo que parece un búnquer para ese sobresalto del que ya hemos tenido algunos prolegómenos?

«Majadahonda, que yo sepa, carece de eslogan. Pero es que el pueblo/ ciudad que habitamos es de por sí eslogan, verso suelto o epigrama»
LOS AUTOBUSES CITADOS HABRÁN DE SER ÚTILES a quienes, gente mayor (yo también lo soy, naturalmente), me dicen que les queda muy lejos el gimnasio al que ahora voy. Yo a nadar, básicamente, algo que es para mí compulsión pues me sucede como a aquella dama a quien si le fastidiaba morirse era, sobre todo, porque los muertos no nadan. Y la verdad es que no lo hacen, que yo sepa, igual sí, pero de momento no puedo dar fe de ello. Cuando venga la inevitable ya les contaré lo que hay al respecto. Y llegados a este punto diré que en “Go Fit”, si bien a veces hay más gente que en la Batalla del Somme, me voy manejando. También porque cuento con un buen lazarillo, en forma de monitor llamado Javier, quien me encarrila por la calle (de piscina, digo) menos frecuentada.

Avenida España: «Conocí todo eso en plan decididamente bucólico. Con ovejitas y alguna que otra cabra por allí triscando. Hoy apenas encuentro en mi camino palomas torcaces, urracas a barullo, y algún que otro gorrioncillo»

Paseo por Majadahonda: El 626 o el 655 que toman dirección Hospital Puerta de Hierro tienen una parada enfrente de la Escuela de Fútbol de La Oliva»
ADEMÁS DE ESTA UTILIZO TAMBIÉN UNA ESPECIE DE BATISTERIO, con cañones de agua que me masajean bien la espalda. Y me recuerdan aquellos manguerazos que nos propinaban los “grises” a los estudiantes revoltosos de la universidad por mí vivida entre los años 1968 y 1972. Cuando mi única piscina eran las calles y plazas lluviosas de Santiago de Compostela. Cuando algún zumbón, ignoro el color de su piel, había inventado el eslogan: “Santiago, donde la lluvia es arte”. Majadahonda, que yo sepa, carece de eslogan. Pero es que el pueblo/ ciudad que habitamos es de por sí eslogan, verso suelto o epigrama. Y hace poco sugería que nuestra “Gran Vía”, nombre un poco de guasa mimética, pasase a llamarse “Gran Vía Majariega”, ¿no?.
Genial!
Los genios en el Ayuntamiento podrian organizar » paseos en globo» por el cielo de Majadahonda para contemplar las casas en ruinas y las calles sin asfaltar.
Cuando el Ayto. va controlar los ruidos de las motos y vehiculos con el tubo escape expresamente preparado para hacerse notar y romper los timpanos de los ciudadanos?
Cuando va a terminar con algunos autobuses obsoletos que emiten un ruido insoportable y contaminan al máximo.?
Cuando va a solucionar el grave problema de circulación en Dr. Calero y Marañon que lleva pendiente desde hace años después de haber gastado mucho dinero en uno o varios estudios hace años ?
Seguimos esperando y seguiremos reclamando
Estupendo artículo del Sr. Araguas, con tintes poéticos, como a él le gusta y sabe.