crmajadahonda“Una hora antes ya había alguno en el aeropuerto… ¿por qué? Ansia de ir a jugar a Irlanda, deseo de los padres de deshacerse de sus “niños”, previsión… todo en orden. Fotos de despedida, muchas fotos (¿por si alguno no volvía?). La ocasión lo requería o ¿queremos emular a los deportistas de élite? Muchas preguntas que no puedo responder, pero es que había mucha ilusión en realizar el viaje después de tantos preparativos. De pronto estamos en Dublín y nos encontramos con un pedazo de autobús con los rostros de los jugadores de la selección irlandesa. ¡es nuestro autobús!… No, el nuestro es el que está justo detrás. Plazas numeradas, es decir una por viajero, ya que la fila de atrás está ocupada por el equipaje; pero otras dos horas de viaje y llegamos a Waterford. El más pequeño de los Galiana intenta animar el cotarro, pero estos chavales parecen un poquito seriotes. Al final un “agarrao”, (en este bús mueves un brazo y pareces el campeón del mundo de break), las ocurrencias de Serrín y el señor Rubick animaron el nocturno trayecto”. Así relata el conocido y popular “NT2” el periplo del club majariego por tierras irlandesas. Esta es su crónica:


crmajadahonda1«Llegamos a Vadrarfjordr (nombre vikingo de Waterford). Recibimiento en el Club y cada uno a su casita. A partir de aquí difícil seguir. Yo pensaba ir haciendo anotaciones para esta crónica, pero no. No lo hice. Desde la primera noche en el pub pensé que era mejor disfrutar del momento, de vivir las experiencias, de sentir a las personas… que pensar en “contar todo” (que para eso está el Facebook y demás). Así que contaré mis pequeñas anécdotas y algo de los partidos».

rugby«El primer partido se disputó en la mañana del sábado contra unos vecinos de la ciudad de Clonmel. Partido que dominamos claramente. Equipo un poco flojo, con dos jugadores enormes (enormes para todos menos para Mejai, si no que se lo digan al negrito) pero poco más. Algo tomaron los chavales la noche anterior, porque salieron muy, muy enchufados. Todos los infantiles (son los que mejor conozco) jugaron muy por encima del nivel habitual en Madrid. ¡Se atrevían a todo! Rojas rompiendo la línea defensiva, Galiana avanzando sin caer al suelo, Aleti placando salvaje, Arnau dominando la situación, Jacobo en todas los rucks y apoyos, Lázaro rompiendo placajes, Adrián, enfermo, hizo más de lo exigible, María placando todo pelirrojo que se movía (“¿pero se puede placar a la chica?” preguntaban; evidentemente no la conocen)… y Mejai, que es caso aparte. Del equipo cadete me sorprendieron gratamente unos cuantos jugadores que no conocía (como Avispa, Manu y Upa) y la mejora considerable de otros como Pro y Serrín entre otros. Ganamos por 17-28 con ensayos de Manu, Gaizka y Mejai«.

«El segundo partido contra los anfitriones a primera vista se veía más complicado, pero la motivación se palpaba y nuestro rinos querían dejar el pabellón muy alto. Comienza con una gran intensidad en las jugadas, con muchas fases y muy largas. Muchas veces no finalizamos porque perdíamos los balones en el contacto (problema generalizado en la Escuela que habrá que mirar). Está claro que el que baje los brazos o pierda concentración perderá el partido«.

crmajadahonda4«Perdemos varias ocasiones de ensayo prácticamente sobre la línea. Siempre entramos muy solos y muy alto, nos bloquean los balones. Otra causa de no culminar las jugadas fue la brutal defensa de los “waterforeños” y la reiteración de golpes cometidos (la mayoría no pitados) en sus zonas de peligro. Sus refuerzos de última hora (nos metieron a los más grandes cuando nosotros ya teníamos a cuatro o cinco jugadores muy tocados), sobre todo la de un jugador implacable (menos para el que ya sabemos) que metió él solito los dos últimos ensayos, frustraron nuestra ilusión de salir indemnes del reino celta. De aquí a la ducha (los nuestros ya que allí no se estila mucho esto después de los partidos) y a ver el partido del VI Naciones en la sede social del Club. Primero intercambio de recuerdos, regalos y bonitas palabras. Se empieza a mascar la camaradería y complicidad entre los miembros de la incursión y los anfitriones. A los entrenadores no nos dejaban en paz con una especie de lata negra que ponían en fila una y otra vez delante de nosotros. Nos sacaron comida variada y abundante para pasar la tarde. Eso sí, son muy aburridos viendo rugby (creo que sus funerales son más divertidos)».

crmajadahonda«Nos citamos por la noche en un pub (¡que bonitos son!) pero antes pasamos por casa a descansar… ¡a descansar algunos!. Aquí quiero hacer un inciso y agradecer, en mi nombre y el de toda la expedición, el cariño, atención, hospitalidad y no sé qué más cosa que nos han procurado nuestros anfitriones. Los entrenadores (Juan, Accardi y yo) no tenemos palabras suficientes de agradecimiento a “Harto”, Vaiva y Marley. Nos trataron de forma increíble, nos quedamos perplejos ante tanta atención: ¡menudos figuras!. Gracias. Pero antes nos preparan una esmerada cena y disfrutamos viendo los deportes locales que nos parecieron buenísimos. Son trepidantes, activos, fuertes y emocionantes: el hurling y el futbol gaélico. Los recomiendo. Imaginaros la emoción que desatan, que son más importantes y más seguidos que el rugby. Todo ello con la interminable procesión de latas negra, por supuesto. En el pub gran ambiente …pero ese es otro tema».

crmajadahonda3«El domingo nuestro rinos se levantan con los cuerpos machacados pero con ganas de seguir disfrutando del rugby. Se preparan equipos mezclados y se organiza un torneo informal de Seven. Creo que disfrutaron a lo bestia, sin jugar ya con tanta presión. Incluso se unió Martín, el hermano de Noé, jugadores de la Escuela de Majadahonda que viven en Irlanda y que se unieron a la expedición majariega, junto a la gran Mariana y a Alfonso. Rugby puro, por el simple placer de jugar, de placar, de pasarla, de correr… y mientras, sufriendo viendo en la banda el partido de las chicas contra el Sanse… menos mal que ganamos. A continuación vimos el partido de su primer equipo. Sería bonito enfrentarse a ellos alguna vez. Nivel muy parejo».

crmajadahonda2«El lunes estuvo dedicado a la visita cultural de la ciudad y a perderse por sus calles y tiendas. Interesante visita guiada a la Torre, cuevas de vino, palacio… Culminó con la visita al ayuntamiento y recepción por parte del alcalde (muy majo y sincero) en un ambiente muy distendido. Intercambio de presentes como siempre con el famoso cristal de Waterford como protagonista. Dicho así parece muy normal, pero que un alcalde reciba a un equipillo de rugby del extranjero sería impensable en España. ¡Aupa por el alcalde! Y por Gemma, culpable de casi todo lo que pasó durante el fin de semana. Y el martes, refrescante baño en las glaciales aguas del Atlántico Norte. Muy pocos los valientes y eso que había alguna apuesta de por medio».

rugby«La verdad yo me quedo con una sensación de no merecer todo lo que he recibido este fin de semana. ¿Será por la acogida que les hicisteis aquí? ¿Será que el rugby crea esto? ¿Somos todos muy majos? ¿somos todos muy sinceros? A mí el rugby no me deja de sorprender. Hay una especia de hermandad mundial entre los rugbiers, que allí a dónde vas eres reconocido como uno de ellos y tratado como si fueras de la familia. Gracias a todos los miembros el Club, que no voy a enumerar por no querer olvidarme de ninguno y porque esto es un trabajo de equipo como en el campo de juego. Y también a los ciudadanos que nos fuimos encontrando por la ciudad y que parecían todos de la familia del Club», finaliza la crónica del CR Majadahonda, que concluye con un «¡Gracias Warterford F.C.!»

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