DR. MICHAEL GREGER (M.D. FACLM) *La traducción de este texto viene de la mano de nuestra voluntaria Carmen Otero Romero. Es posible que en ciertas condiciones médicas los suplementos probióticos empeoren las cosas. Si alguna vez has hecho chucrut en casa, sabrás que no tienes que añadir ningún tipo de bacteria para que fermente, porque las bacterias productoras de ácido láctico están presentes de por sí en las hojas de la col en el campo. Esto sugiere que las frutas y las verduras crudas no solo podrían ser una fuente de prebióticos (es decir, fibra), sino también una fuente de “nuevos” probióticos. Tal y como comento en mi video «Choque cultural: cuestionar la eficacia y seguridad de los probióticos», desde entonces, los investigadores han trabajado en aquello que caracteriza a estas poblaciones bacterianas y encontraron dos resultados interesantes. Primero, que “las comunidades en cada tipo de vegetal son significativamente diferentes las unas de las otras”. Así, las frutas de los árboles contienen bacterias diferentes de los vegetales de suelo, y las uvas y los champiñones parecen tener su propia comunidad microbiana.
Así que, si es cierto que estos bichitos terminan siendo buenos para nosotros, se enfatizaría la importancia de comer no solo una mayor cantidad, sino una mayor variedad de frutas y verduras a diario. Y, en segundo lugar, descubrieron que había “diferencias significativas en la composición de comunidades microbianas entre productos orgánicos y convencionales. Esto destaca el potencial para encontrar diferencias en la microbiota (o bacterias) entre productos agrícolas orgánicos y convencionales en cuanto al impacto en la salud humana se refiere”. Pero no sabemos en qué sentido. Desde luego encontraron diferentes bacterias en los productos orgánicos en comparación con los convencionales, pero no sabemos lo suficiente sobre las bacterias de las frutas y verduras como para tomar una decisión sobre qué comunidad bacteriana es más saludable.
¿Qué hay de los suplementos probióticos? He hablado sobre sus posibles beneficios en «Sensaciones intestinales: probióticos y la salud mental«, por ejemplo, pero parece haber un sesgo de publicación en la literatura científica sobre los probióticos. Esto es algo que se ve mucho en las farmacéuticas, ya que cuando son ellas mismas las que financian los estudios sobre sus productos (igual que una empresa de suplementos que paga por su propia investigación probiótica) pueden no informar de resultados negativos y directamente no publicarlos, como si el estudio nunca se hubiera hecho. De este modo, los médicos solo ven los estudios positivos.
Tal y como puedes observar en el minuto 2:00 de mi video, usando técnicas sofisticadas de estadística, estimaron que había hasta 20 estudios poco favorables con “menos resultados o resultados perjudiciales” que simplemente desaparecieron. Tan fácil como que no fueron publicados. Es más, incluso en los estudios que fueron publicados, incluso cuando los autores fueron patrocinados directamente por empresas como, por ejemplo, una empresa de yogures, “no se informaba normalmente de los conflictos de intereses…”. También ha habido preocupación por su posible toxicidad. Un estudio para la Agency for Healthcare Research and Quality (Agencia para la Investigación sobre Salud y Calidad) del gobierno concluyó que hay “una ausencia de evaluaciones y declaraciones sistemáticas de los sucesos adversos en estudios de intervención sobre probióticos”. Así que, mientras “la evidencia disponible sobre ensayos controlados aleatorizados no indica un incremento en el riesgo para el público en general, la literatura científica actual no está preparada para responder con certeza preguntas sobre la inocuidad de los probióticos”.
Hablemos del estudio que asustó a algunas personas. La pancreatitis aguda, una repentina inflamación del páncreas, va en aumento, y en algunos casos puede poner en peligro la vida, ya que las bacterias rompen nuestra barrera intestinal e infectan nuestros órganos internos. Los antibióticos no parecen funcionar, pero, entonces, ¿qué hay de los probióticos? Parece que funcionaron en ratas. Si se le causa inflamación a una rata abriéndola con un bisturí y dañando de forma mecánica e intencionada su páncreas, los probióticos no solo muestran una “fuerte evidencia de eficacia”, sino que no hubo “indicios de efectos nocivos”. Así que la mitad de las personas con pancreatitis tomaron probióticos y la otra mitad tomaron placebo. Tal y como vemos en el minuto 3:37 en mi video, en un plazo de diez días los niveles de mortalidad se dispararon en el grupo de los que tomaron probióticos, en comparación con el grupo del placebo. En el grupo de los probióticos, más del doble de personas murieron. Probablemente no sea una buena idea tomar probióticos para la pancreatitis aguda. Es más, los probióticos “ya no pueden considerarse inofensivos”. Los investigadores fueron criticados por no advertir a los pacientes sobre el riesgo antes de inscribirse en el estudio. (A los sujetos del estudio se les informó de que los probióticos tienen una larga trayectoria de uso seguro sin ningún efecto secundario conocido.) Como respuesta a las críticas, los investigadores respondieron que no se conocían sus efectos secundarios hasta su estudio. Visite la web del Dr. Greger.