DR. MICHAEL GREGER. (MD, FACLM). El colesterol es solo la mitad de la historia sobre la enfermedad cardiaca. La otra mitad es la inflamación. Hemos sabido desde hace 15 años que una sola comida rica en grasa animal (se usaron McMuffins de salchicha y huevo en el estudio original) puede paralizar nuestras arterias y reducir a la mitad su capacidad de relajarse con normalidad solo horas después de consumir productos de origen animal. Todo el revestimiento de nuestro árbol vascular se inflama y endurece. Y así surge esa inflamación. El proceso comienza en 1 hora, dos, tres, cuatro, cinco, seis… y solo cuando esa inflamación o paralización de nuestras arterias comienza finalmente a aplacarse, cinco o seis horas más tarde, ¡es hora de almorzar! ¿Bien? Y entonces volvemos azotar a nuestras arterias con otra carga de carne, huevos o lácteos. Y así la mayoría de las personas están en este estado crónico de inflamación de bajo grado, aumentando el riesgo de estas enfermedades relacionadas con la inflamación como enfermedad cardiaca, cáncer y diabetes con cada comida.

Esta comida le hace lo mismo a nuestros pulmones otra vez en cuestión de horas. Inflamación en nuestras vías respiratorias. Una sola comida causando daño interno, no solo en años posteriores, sino, literalmente, en ese mismo instante, ese día, horas después de entrar en tu boca. Y solo este año, finalmente nos dimos cuenta, por fin resolvimos el misterio del porqué. Y no parece ser la grasa de origen animal en sí. Y, aparentemente, no es la proteína animal la implicada en la inflamación de la artritis. Así que si no es la grasa animal y tampoco la proteína animal, ¿qué es? Todo esto es una genial historia loca de detectives que incluiré en una serie de vídeos el 4, 5 y 6 de julio. Pero iré al grano. ¡Alerta de spoiler! Después de una comida con productos de origen animal, la gente sufre de endotoxemia. Su torrente sanguíneo se inunda de toxinas bacterianas, conocidas como endotoxinas, presentes en los productos de origen animal. Así que, quiero decir, no sorprende ¡que nuestro cuerpo se enloquezca! A estas toxinas bacterianas de carne muerta no las destruye el ácido estomacal, ni por las enzimas pancreáticas, no se destruyen con la cocción. Así que intentaron hervir la carne durante horas y aún así no funcionó. Se descubrió que estas toxinas bacterianas son extremadamente resistentes a la cocción y a los mejores intentos de nuestros cuerpos de digerir con ácido y enzimas.

Ahora, la grasa animal realmente desempeña un rol significativo en todo este proceso al transportar las toxinas bacterianas presentes en la carne, a través del intestino, hasta nuestro sistema. Así que la razón por la cual los productos de origen animal desencadenan inflamación inmediata parece ser porque están tan cargados de bacterias que pueden desencadenar inflamación, sea vivas o muertas, aún después de cocidas por completo. Y luego la grasa saturada de origen animal estimula la absorción de estas toxinas en nuestro torrente sanguíneo. Así que, ahora que sabemos lo que sucede, ¿qué tenemos que hacer? Bien, lo sabemos desde una investigación de 2012: ”la solución más obvia a esta endotoxemia metabólica es que podemos reducir la ingesta de grasa saturada”, que en este país proviene principalmente del queso y del pollo, pero la dieta occidental no conduce a este modo de actuar y es difícil para los pacientes acatar esta solicitud”. ¿Entonces qué? ¿Ni siquiera se lo decimos? Correcto, quiero decir… Esta actitud condescendiente de la profesión médica de: “¡oh, los pacientes no cambiarán su alimentación o dejarán de fumar, incluso si los va a matar!, ¿sabes?, así que ¿para qué molestarse?” Esa actitud puede ser una de las verdaderas causas principales de muerte. (Continuará). Visite la página de Salud de Nutrition Facts)