«Milicianas» el 18 de julio de 1936 (sin adscripción geográfica determinada)

CRESCENCIO BUSTILLO (1907-1993). Vino a favorecer estos pensamientos míos de abandonar el Comité Revolucionario de Majadahonda –que muchos querían que lo hiciera- un Decreto del Gobierno anunciando una convocatoria para aumentar la plantilla de las Fuerzas de Seguridad o de Asalto. Las normas que se exigían entraban de lleno en mis condiciones, por lo que sin decir nada en el Comité, me fui una mañana en compañía del Antonio, que se agregó a mí, y echamos la instancia en Madrid. Allí nos tallaron y reconocieron en espera de ser avisados para incorporarnos al Cuerpo. Pasados dos días recibimos la notificación, dándonos un margen de tres días para presentarnos. Escogí esta oportunidad que se me brindaba porque, tal como iban las cosas, mi presencia en los frentes de combate la consideraba indispensable, pues el quedarme en la retaguardia viéndolas venir no iba con mi vergüenza.


Crescencio Bustillo

Dejé el Comité y las cuentas de tesorería con las firmas de todos los componentes del Comité entrantes y salientes. Hasta entonces no me había sentido tranquilo y satisfecho. Acababa de librarme de una responsabilidad terrible, que representaba haber tenido en mi poder el tesoro público de mis paisanos. La última faena que hice en mi casa, así como en el pueblo, fue la mañana anterior a mi presentación en el cuartel: mi tío Faustino, muy viejecito él, mi mujer María y yo, estuvimos en el Colmenar de la Viña de Guilo castrando las colmenas, cuya miel abundante que sacamos se quedó abandonada, como tantas otras cosas, al tener que evacuar más adelante el pueblo.


Los «Comités Revolucionarios» se crearon en numerosos municipios de toda España

A todo esto, en medio de aquel vendaval que nos había tocado vivir, las relaciones conyugales entre la María y yo eran igual en el fondo, jamás se quejó del poco tiempo que tenía para dedicarnos a ella y me animaba a seguir en la ruta que me había trazado. De aquella experiencia que me tocó vivir saqué grandes enseñanzas, aún siendo tan corto el tiempo de la misma. En primer lugar observé que aquellos más valientes e indecisos, a la hora de tener que tomar decisiones radicales, por temor e incertidumbre, cuando vieron que se solucionaron las cosas y se aclaró la situación, fueron los que más presionaron para meterse en el Comité, a fin de “mangonear” en el mismo.

Bando del Comité en Játiva

Después, escudándose en el mismo, pensaban “camuflarse” para no tener que ir al frente. De esa forma eludían el peligro y, de paso, se darían buena vida. Hubo varios que así se comportaron y después tuvieron que pagar con sus vidas, en un ajuste de cuentas llevado a cabo por los fascistas. Toda la cobardía que demostraron durante la guerra, “enchufados” en el Comité, hicieron de este un arma para servirse de él, menospreciando a los demás y gobernando con la más despiadada de las tiranías. Es probable que de haber ganado la guerra la República, se les hubiera exigido igualmente cuentas. Y no sé si se habrían librado del paredón. Asomándonos un poco al exterior del pueblo, por aquellas fechas estaban de moda lo infamantes “paseos”, coches ocupados por gente más o menos aprovechada, se dedicaban a sacar a la gente de sus casas, los metían en los coches como borregos acobardados, y donde les parecía, en plenos descampados o en el borde de carreteras y caminos, les pegaban uno o varios tiros hasta rematarlos.

«Requisa» de objetos religiosos en una Iglesia por parte del Comité Revolucionario

Y allí dejaban a sus víctimas tiradas en las más extrañas posturas, a la vista de todo el que pasaba por aquel lugar. Esto causó en el mundo exterior un grave revuelo y contradictorio a la buena fama que hasta entonces había tenido la República, pues exhibieron profundamente las fotografías tomadas al natural, regaladas cándidamente para su propaganda. En el lado Nacional, sin lugar a dudas liquidaron más gente que en la zona Republicana, pero lo hicieron con más picardía, sin dejarse ver, por lo que el escándalo no trascendió al exterior. No obstante los crímenes que cometieron siguen pensando en la conciencia internacional y no se limpiaran de culpas hasta que estén esclarecidos. Próximo capítulo: «mi labor como Guardia de Asalto»

Majadahonda Magazin