J. FEDERICO MTNEZ. «Somos Majadahonda confluye con Más Madrid, la plataforma de Errejón y Carmena», titula el grupo municipal en una nota de prensa en la que afirma que «la candidatura municipalista Somos Majadahonda, con tres concejales en el consistorio majariego, se presentará bajo el nombre de Somos Más Majadahonda tras decidir presentarse en forma de coalición electoral junto a Más Madrid. En los próximos días se hará la presentación oficial de la marca y se presentará el calendario de las primarias de los y las candidatas». Con esta decisión, el grupo hace pública la fractura que ya se venía rumiando desde hace meses con Podemos Majadahonda y se pasa en bloque al nuevo partido. Por otra parte, «La maldición», titula Julián Díaz de «Hortaleza, periódico vecinal» un artículo donde recuerda que «se jodió todo el día en que Ignacio González, que fue vicepresidente de Esperanza Aguirre antes de ir a la cárcel por (presunto) ladrón, tuvo la mala baba de recordar que la plana mayor del socialismo vivía en chalés en Boadilla, Majadahonda o Las Rozas». Y añade: «Solo nos queda esperar unos años para que una mañana algún ya ex dirigente del Ayuntamiento de Carmena despierte con resaca en su piso de Madrid Nuevo Norte, mire desde el ventanal de su terraza de diseño y se pregunte: “¿En qué momento se jodió todo esto?”. Por su interés, reproducimos también ese artículo.


«El pasado jueves 14 de marzo, la asamblea de Somos Majadahonda aprobó acudir a la próxima cita electoral de mayo como coalición política bajo el nombre ‘Somos Más Majadahonda’. El acuerdo entre ambas fuerzas se orienta a la coordinación del trabajo municipal de Somos Majadahonda, desarrollado durante los últimos cuatro años, con el proyecto autonómico para la Comunidad de Madrid encabezado por Íñigo Errejón. La fuerza majariega toma como referente la labor llevada a cabo por Manuela Carmena al frente del Ayuntamiento de Madrid y que intentará revalidar la alcaldía desde la plataforma ciudadana Más Madrid. Ya en 2015, Somos Majadahonda y el proyecto de Carmena se dieron apoyo mutuo en el lanzamiento de ambas propuestas municipalistas. Somos Majadahonda tiene actualmente una representación de tres concejales en el consistorio, resultado obtenido en los anteriores comicios y que pretenden aumentar el próximo 26 de mayo. «Nuestro proyecto será más sólido y consistente gracias a cuatro años de diagnóstico, trabajo y experiencia en Majadahonda y gracias a que podemos presentarlo en coordinación con un proyecto autonómico ilusionante e indispensable para mejorar la vida de los majariegos y majariegas», asegura Sonia Ortiga, concejala de Somos», señala el comunicado.

Y concluye: «Desde Somos Majadahonda aseguran que la línea de trabajo de estos últimos cuatro años dirigida a «un municipio más igualitario, más verde y más habitable» está en «absoluta sintonía» con el proyecto de Íñigo Errejón y Manuela Carmena. «Nuestro trabajo para frenar el auge de las casas de apuestas, el Plan de Movilidad, el proyecto de reducción de residuos o el apoyo a PYMES y autónomos ha marcado nuestra agenda política y tendrá continuidad en la siguiente legislatura con más fuerza», asegura Sonia Ortiga. «Somos Más Majadahonda» presentará la marca próximamente y establecerá un calendario de primarias para elegir los candidatos y candidatas de la coalición electoral».

JULIÁN DÍAZ. Cuando Dios creó el universo, decidió que las cebras tendrían rayas blancas y negras, los hombres caminarían sobre dos piernas y, en el norte de Madrid, habría rascacielos llenos de titulados con MBA que podrían rezarle en capillas católicas a muchos metros de altura. Desde 1987, ya ha llovido, una horda de benefactores, entre los que abundan los bancos, marea con un proyecto para enterrar las vías de Chamartín, hacer parques y, como mero adorno, erigir decenas de rascacielos, oficinas y viviendas de lujo a precios absurdos. Cómo sería la cosa que ni en lo peor del ladrillazo lo sacaron adelante. Tenían tanta ansia por forrarse que no se ponían de acuerdo en el precio. Luego reventó la burbuja y, al buscar dónde podían seguir arañando dinero, olfatearon su vieja idea en Chamartín. Le cambiaron el nombre y se lo vendieron al Ayuntamiento que había venido para cambiarlo todo. En un debate en la Asamblea de Madrid en el 2005, Rafael Simancas, sangrando por la herida del tamayazo, criticaba el modelo urbanístico del PP en la región: miles de chalés adosados enladrillando el horizonte y llenando de millones las cuentas de algunos expertos en recalificaciones.

Ese día, Ignacio González, que fue vicepresidente de Esperanza Aguirre antes de ir a la cárcel por (presunto) ladrón, tuvo la mala baba de recordar que la plana mayor del socialismo vivía en chalés en Boadilla, Majadahonda o Las Rozas. Los socialistas ganaron las elecciones en 1982 y creyeron antes que Fukuyama que había llegado el fin de la historia. Se retiraron a descansar en la zona de la carretera de La Coruña, en chalés construidos por y para gente que los despreciaba. Buena parte de su electorado seguía (mal)viviendo en Hortaleza, pero ellos surfeaban las olas de un modelo productivo en el que las gráficas del Ibex35 iban dibujando mansiones y rascacielos. Un día, perdieron el Ayuntamiento de Madrid, después la Comunidad y al final el Gobierno de España, y se preguntaron qué habían hecho mal. Siguiendo su ejemplo, muchos de sus votantes habían pensado que el socialismo desembocaba en Pozuelo y habían cambiado de partido como se cambia a un perro la correa (que, en alemán, curiosamente, se dice Gürtel). La izquierda tardó décadas en recuperar el Ayuntamiento de Madrid. Mucha gente empujó para que la capital no fuera solo un cortijo para los ricos. Querían una ciudad con casas de verdad, no una inversión de lujo. Si todo sigue su curso, solo nos queda esperar unos años para que una mañana algún ya ex dirigente del Ayuntamiento de Carmena despierte con resaca en su piso de Madrid Nuevo Norte, mire desde el ventanal de su terraza de diseño y se pregunte: “¿En qué momento se jodió todo esto?”.

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