La imagen capta el «despiste» del bus que pudo ocasionar una tragedia

MANU RAMOS. Una situación insólita estuvo a punto de ocasionar una tragedia, que no se consumó porque era 2 de enero y se produjo a primera hora de la tarde. Un autobús salió del Intercambiador de Moncloa en dirección Pozuelo-Majadahonda cuando aún estaba abierto el Bus-Vao que introducía los vehículos en dirección Madrid. Un total de 11 kilómetros circuló el bus en sentido contrario hasta que lo detuvo la Guardia Civil. El conductor dio negativo en la prueba de alcoholemia y drogas: fue un fallo en la organización del intercambiador de transportes y de la empresa Llorente. Lo cuenta así El Mundo:


«El Juzgado de Instrucción número 23 de Madrid ha decretado el sobreseimiento de la causa instruida por un presunto delito de conducción temeraria contra el conductor de un autobús, de 42 años y de la empresa Llorente, que el pasado miércoles 2 de enero circuló a primera hora de la tarde durante 11 kilómetros y en dirección prohibida por el carril Bus-Vao de la A-6, la carretera de La Coruña. El autobús salió del intercambiador de Moncloa y tomó por error el Bus-Vao cuando estaba habilitado en dirección de entrada a Madrid y no de salida. A lo largo de ese trayecto no se produjo ningún accidente. El auto señala que el conductor cometió una infracción de tráfico evidente, pero, en modo alguno, «una acción que pudiera tacharse de temeridad manifiesta», ya que no existen indicios «de infracción penal».

«La Guardia Civil abrió una investigación al conductor del autobús interurbano de la línea regular 656 tras conducir más de diez kilómetros por el carril Bus-Vao de la carretera de La Coruña entre Moncloa y Pozuelo de Alarcón, sin atender a las continuas advertencias de otros conductores que se cruzaron con él. En ese momento viajaban 13 pasajeros en el autobús interurbano que salió de Moncloa en dirección a Majadahonda. Los agentes del subsector de tráfico Madrid-Norte de la Guardia Civil de Tráfico iniciaron las diligencias previas y el atestado por un delito de conducción temeraria. En el informe se indicaba que el conductor dio negativo en las pruebas de alcohol y drogas a las que fue sometido después de ser interceptado por efectivos de Tráfico del Instituto Armado».

«Según fuentes del gabinete jurídico Suárez-Valdés, bufete encargado de la defensa del conductor, en el procedimiento se ha acreditado que el chófer del autobús incurrió en un error inducido por su empresa de transportes, al facilitarle una planificación en la que se le refería que en dicho trayecto tenía que utilizar el carril de alta ocupación, como era lo habitual en dicho horario. A tenor de los letrados de Suárez-Valdés, tampoco ayudaron a impedir el error del conductor del autobús, la carencia de barreras físicas existente en el acceso a dicho carril en el intercambiador de transportes de Moncloa. También subraya el auto de la magistrada María Isabel Garaizabal que el intercambiador de Moncloa «parece que carece de medios / barreras físicas / indicadores, que de forma ineludible permitan conocer el sentido de apertura del carril Bus-Vao, y, en su caso, impedir el acceso al mismo, lo que al parecer sí ocurre cuando se circula de Pozuelo a Madrid».

«La Guardia Civil indica que en el horario en el que «el conductor realizaba el trayecto el día de los hechos, la situación habitual del carril Bus-Vao era la de estar abierto para la circulación sentido salida de Madrid, que es la que llevaba el investigado y que muy posiblemente por ahí se arrastró el error en la planificación». También apunta el auto judicial que a la vista de todas las manifestaciones que se recogen en el atestado por parte de los testigos, tampoco se deduce que «a raíz de esta infracción se produjera una situación de peligro a algún usuario del Bus-Vao». «Por lo reducido de su ocupación y la escasa velocidad del investigado hasta que pudo detener en lugar más seguro el autobús, se determinó que fue perfectamente visible el autobús en todo momento y no impidió la circulación por el otro carril sin que conste ninguna concreta situación de riesgo para algún usuario». En ausencia de un dolo específico y de una temeridad manifiesta, el juzgado opta por el archivo de la causa, al no considerar la conducta constitutiva de delito», concluye la noticia de Luis F. Durán.

Majadahonda Magazin