EL DUENDE MAJARIEGO (EdM). El vecino de Majadahonda, Mario García García,
farmacéutico y a la sazón concursante de Pasapalabra y El Cazador, se ha quejado amargamente porque, mientras circulaba en bicicleta, un conductor de la Línea 1 de autobuses de Majadahonda (con matrícula terminada en JTR) le gritó por la ventanilla «venga gordo». Con razón, el ofendido ciudadano afirma que es lamentable que un trabajador de un servicio público insulte por su físico a quien con sus impuestos paga su nómina. Por supuesto, el tuit publicando su queja no solo iba lanzado al público en general, sino también a Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), y a Ángel Garrido, consejero del ramo. Ni que decir tiene que la catarata de solidaridad recibida en respuestas twitteras ha sido impresionante. Muchos le decían que denunciara el hecho ante quien correspondiera. Y el vecino así lo hizo.

Mario García remitió un educado escrito al Consorcio de Transportes y a los pocos días recibió respuesta (en la foto). Le dicen dos cosas: que los conductores son todos unos excelentes profesionales y que su queja es falsa. Así, con dos… Seguramente los conductores son unos grandes profesionales, faltaría más. Pero eso no quiere decir que alguno sea un maleducado impresentable, digo yo. O sea que el caso tiene una doble gravedad: por una parte un conductor (seguramente excelente manejando autobuses) insulta a un ciudadano sin venir a cuento y, por otra, la empresa asegura que no le consta tal conducta («el conductor desconoce los hechos», afirman textualmente).

Mario García, concursante de Pasapalabra, farmacéutico y residente en Majadahonda

No sé qué será peor, si la falta de respeto del chófer o no dar credibilidad a la queja del ciudadano. Por supuesto hay que insistir que las faltas de respeto no son generalizables: nunca se puede afirmar categóricamente nada respecto de un colectivo determinado. Pero ello no quiere decir que no haya que atajar las conductas minoritarias y residuales. Y sobre todo, que las empresas adjudicatarias de un servicio público, en lugar de preguntar al maleducado si son verdad los hechos (como en el cole, lógicamente lo negará), transmita unas sinceras disculpas al ofendido y se deje de zarandajas. Por supuesto, desde aquí, este duende envía un solidario abrazo al bueno del ciudadano majariego. Puede remitirme sus comentarios y noticias para esta sección al correo electrónico duendemajariego@gmail.com.