MANU RAMOS. Toda la prensa gallega recoge un curioso incidente protagonizado por un conductor de Majadahonda en Galicia. «La marea y los coches: Arousa«, titula El Faro de Vigo, que cuenta como a las 16.30 horas de este sábado 31 de agosto de 2019 la Policía Local de Arousa (Pontevedra) «recibió el aviso de que había un BMW en una rampa del Paseo do Naval que empezaba a inundarse debido a la crecida de la marea, que estos días es especialmente acusada». La policía descubrió que el coche era de Majadahonda (Madrid) «y llamó a la policía de esa localidad para que ellos localizasen al propietario del automóvil. La policía majariega consiguió contactar con el hombre, y este acudió a quitar el vehículo cuando el agua ya le había llegado a las ruedas. Algo similar sucedió en O Bao, en la zona derecha (entrando en A Illa), donde varios coches se vieron metidos en el agua salada por las mareas vivas. Pero en este caso, la policía no fue alertada, por lo que no pudo buscar a sus dueños. La Voz de Galicia también recoge el suceso: «Los agentes de A Illa tuvieron que intervenir para localizar a un persona que había dejado su coche aparcado en un lugar en el que la marea lo había comenzado a engullir. Resultó ser un vecino de Majadahonda, al que localizó la policía madrileña, y que llegó justo a tiempo para retirar el vehículo».


En la misma noticia se da cuenta de que junto al conductor de Majadahonda que no conocía los vaivenes del océano atlántico la Policía descubrió otra «marea» automovilística: «cogen a una mujer sin seguro, carné, ni ITV del coche por tirar una colilla por la ventanilla. El importe de las sucesivas multas se acerca a los 2.000 euros«, titula La Voz de Galicia. Y lo cuenta así: «A veces, los gestos más nimios son los que te pueden llevar a los más grandes problemas. Eso fue lo que le sucedió a una mujer, con domicilio en A Illa, cuando circulaba con su vehículo por el territorio insular. La arousana estaba al volante de un Seat Córdoba por el Paseo do Naval cuando no se le ocurrió mejor cosa que tirar una colilla por la ventanilla en lugar de depositarla en el cenicero. El gesto fue visto por una patrulla de la Policía Local, que procedió a interceptar el vehículo. El pitillo ya la había salido caro a la mujer, porque lanzarlo por la ventanilla está castigado con 200 euros de multa y la retirada de cuatro puntos en el carné. Fue esa la primera de las malas noticias que se le acumularon. Tan pronto como los agentes procedieron a constatar sus datos comprobaron que el coche estaba sin asegurar (1.500 euros más de multa) y que no había pasado la obligada ITV (200 más). Y la cosa no se quedó ahí porque resulta que la mujer estaba conduciendo sin puntos al haberlos perdido y no hacer un cursillo para recuperarlos. Todo un completo de sanciones».

Majadahonda Magazin