Majadahonda

Majadahonda: una cita «antirracista» y el éxito de Mohamed Katir (España) en Tokio 2021

LIDIA GARCIA. «Es posible que los ‘millennials‘ conozcan a Tertsch por su furor tuitero, por su inclinación a la derecha o por ser eurodiputado de Vox, pero en 1997 era uno de los periodistas más prestigiosos de ‘El País’, donde escribió el artículo más agresivo contra el «leña al moro» de ‘Marca‘. El periodista Carlos Prieto de «El Confidencial» ha desempolvado un artículo de este alto cargo de Vox escrito en 1997, concretamente el 8 de agosto, que bajo el título de «Almas Sensibles» señalaba las ciudades de Majadahonda y Fuenlabrada, el distrito de Aravaca y la calle Barquillo como lugares donde habían sucedido episodios «racistas».


Majadahonda

En 1997 Majadahonda era una ciudad «racista» para un dirigente de Vox. ¿Reniegan del éxito de Katir en Tokio? Debate en la prensa.

El giro radical de este dirigente de Vox, que recuerda al de Pío Moa, que pasó de formar parte del grupo terrorista GRAPO a pedir el voto para Vox, se argumentaba con distintos razonamientos. El revuelo ha venido a cuenta de la decisión del Ayuntamiento de Mula (Mula), que ha colocado una gran pancarta de apoyo al atleta Mohamed Katir, marroquí afincado en la localidad desde los 5 años, en el balcón de la Casa Consistorial del pueblo, de 16.800 habitantes. «Juan Jesús Moreno, alcalde socialista de Mula, recibió hace unos días al atleta de moda en España y le deseó suerte antes de emprender su viaje hacia Tokio, donde buscará una medalla en la prueba de los 5.000 metros. «Mohamed Katir. ¡Orgullo muleño!», es el lema de la pancarta«. De momento Katir, que se considera «español y no marroquí porque mi ciudad es Mula», ha quedado primero en la semifinal. Y le espera una final de infarto. Por su interés, reproducimos los dos artículos de ambos autores.


Una cita de Majadahonda en 1997: «Zafio, grotesco y peligroso es instigar a despreciar y a odiar al contrario» decía el hoy dirigente de Vox

HERMAN TERTSCH (VOX). El deporte siempre ha sido utilizado para aunar voluntades y exaltar identidades, para hacer patria en definitiva. Una competición que enfrenta a los nuestros con los otros es un motivo ideal para manifestarnos mucho más nosotros, creemos un todo que se quiere y olvidar por un momento que vivimos a la greña, precisamente con nosotros mismos. Es comprensible y hasta legítima esa emoción, incluso pasión, por ver ganar a la tribu propia aunque con frecuencia o casi siempre anule la inteligencia y los criterios que nos esforzamos por aplicar en otros campos como la ecuanimidad o la justicia.Lo que no parece legítimo y es zafio, grotesco y peligroso es instigar a despreciar y a odiar al contrario. Y son intolerables los llamamientos que implican violencia aunque sea en forma de metáforas de supuesto ingenio. «Leña al moro» rezaba el gran titular de portada de Marca del pasado miércoles ante la carrera de 1.500 metros en la que los nuestros, Fermín Cacho y Reyes Estévez, iban a disputar el campeonato del mundo a los otros, dos magrebíes además, moros e infieles, El Guerrouj de Marruecos y Morcelli de Argelia.

Majadahonda: los xenófobos de Vox se pasaron desde las filas antirracistas a cambio de un sueldo político. Un artículo los pone en evidencia.

«Leña al moro». Autor o autores de este disparate deben haberse sentido inmensamente ingeniosos. El entusiasmo ante semejante hallazgo para arengar a la clientela patria no les habrá dejado ver que es un titular perfectamente asumible por cualquier revista neonazi prohibida por agitación e incitación al odio racial. Y les habrá impedido recordar que hace tan sólo unas semanas moría en Madrid un moro, un marroquí, Mourad El Abiline, de 19 años, porque un ex guardia civil le daba leña… con su pistola. Se dirá que exageramos. ¡Qué tendrá que ver una cosa con la otra! También gritan «muerte al  negro» o «mono vete a Africa» esos grupos de grandes chicos que, según sus respectivas directivas, son los Boixos, el Frente Atlético o Ultrasur. Con las almas sensibles que mandan en el fútbol de este país, la tropa de a pie, la vanguardia entusiasta, no puede ser un club de lírica. Y sus gritos son también gracietas inocentes, como el titular. Al fin y al cabo, todavía no han ahorcado ni metido en una jaula a Roberto Carlos o a Giovanni. Y también son un chiste las esvásticas en los estadios y las porras y las navajas y los puños de acero. Hasta que a alguno se le va la mano. En Majadahonda, en el Four Roses, en Fuenlabrada o en la calle Barquillo. Al son de gracietas y chascarrillos.

Majadahonda en «El Confidencial»: El atleta Isaac Viciosa, cuando perdió la carrera, puso en duda la españolidad de Katir por su apellido árabe

CARLOS PRIETO (PERIODISTA). Supongamos que usted se llama Fernando Aguado, Domínguez, Garrido, López, Muñoz, Ortiz, Padilla, Quesada. Es decir, de los Aguado, Domínguez, Garrido, López, Muñoz, Ortiz, Padilla, Quesada de toda la vida. Si tener ocho apellidos castellanos fuera requisito imprescindible para competir con España en las olimpiadas, nuestra representación en Tokio sería más pequeña que la de las Islas Caimán. Pero por pedir que no quede: tras perder hace unos días el récord de España de los 3.000 metros a manos de Mohamed Katir, el exfondista Isaac Viciosa dijo que preferiría que se lo hubiera quitado alguien con apellidos castellanos. Para rematar, y dando muestras de estar picado por haber perdido el récord, Viciosa acusó a Katir (sin pruebas) de correr dopado: «Es un atleta que pongo en cuarentena y quiero dejar unos meses para que transcurra todo, que certifique esas marcas en los Juegos Olímpicos y se confirme que está completamente limpio». Katir, de 23 años, respondió en sus redes sociales reivindicando sus orígenes: «Para quien no sepa de quién es mi apellido, es de un gran señor de origen marroquí, mi gran motivación y un ejemplo a seguir: mi abuelo Mailud Katir. Este señor ha tenido que trabajar duro desde los cinco años, ha sufrido en la vida por temas de la guerra. Ya podéis juntar a toda la vieja escuela que no hay comparación con este señor. Es un honor llevar tu apellido, abuelo. Solo es el comienzo».

 

Majadahonda Magazin