JULIA BACHILLER (Circuito del Jarama). El campeón de Nacional de Asfalto 2016, Cristian García, ha conseguido la victoria en el VII Rally Comunidad de Madrid RACE, triunfo que ha permitido a Rebeca Liso conseguir el campeonato de copilotos. El de Repsol comenzaba la primera jornada como líder y la finalizaba en primera posición «pero entre medias del TC1 y TC5 se colaban otros pilotos en cabeza, como Alberto Monarri (Majadahonda Motor), al que una avería en la transmisión en el tramo del Circuito del Jarama le alejaba del triunfo» dice la web Periodismo del motor.com. Y es que el piloto majariego fue protagonista en los medios de comunicación porque la avería en su coche le impidió la segunda victoria tras ganar el rallye La Nucía (Alicante): «Muchos abandonos en el día de hoy, destacados el de Alberto Monarri (diferencial), Álvaro Mora (grupo y no tomó la salida), Adrián Díaz, Jan Solans, José Mora…», escribe Atodomotor.com. «Monarri marcaba el siguiente scratch en Canencia pero tenía problemas en el Jarama con un palier y perdía toda opción a luchar por la victoria«, cuenta Peachaparacing.es. Y Nacho Villarín, periodista por vocación con alma viajera, apasionado al motor desde crío y cronista automovilístico de MotorEnLinea.es, Autoblog, MotorAcción, Media Racing y MotorGalicia describía así la carrera:
«Apretada lucha por el primer puesto la que se ha vivido en las gélidas carreteras de la sierra madrileña durante la tarde-noche de hoy. Monarri venía con la moral muy alta después de su triunfo en La Nucía y ha salido a por todas, decidido a dar el máximo delante de su afición. Después de secundar a García en la primera especial, el piloto de Majadahonda se ha aupado al liderato por 0″6. Pero poco le ha durado la alegría: nada más comenzar el tramo del Jarama, la rotura de un palier de su Mitsubishi ha desvanecido las ilusiones del madrileño por intentar ganar el rallye de casa«.
El periodista Juan Carlos Valera de Rallyes.net también apelaba a la memoria de la carrera anterior: «Todavía recuerdo el Rallye Comunidad de Madrid de 2010. En aquella ocasión Alberto Monarri disputaba la prueba con un Subaru Impreza. Llegó a liderarla y a acariciar la victoria. Pero no hubo suerte. En el penúltimo tramo de la carrera (Atazar) un golpe, fruto del ritmo que tenía que llevar para marcar diferencias con Pedro Burgo, le hizo vivir uno de los abandonos más amargos de su carrera deportiva. Entonces las lágrimas eran de pena y rabia, y ya desde aquel día siempre he comentado con el piloto madrileño que el destino se la debía y que antes o después ésta iba a llegar. Año 2016. A veces el destino es cabrón y pone a prueba tu fe inquebrantable. A falta de una sección para completar el Rallye de La Nucía las nubes color carbón y unas gotas de lluvia con el tamaño de uvas presagiaban un final de rallye animado».
«En cualquier caso en la cabeza de carrera las diferencias eran los suficientemente amplias entre participantes como para tener claro que el pescado estaba vendido… salvo error u omisión. Precisamente de eso hablaba el propio Alberto: aunque parecía que la cosa estaba clara y todos iban a tratar de conservar la posición, un despiste podía cambiar todo por completo. Y ocurrió. Cristian García, claro dominador de la carrera durante gran parte de la jornada, sufría un pinchazo, trompeaba, dejaba enganchada la parrilla de iluminación con un guardarrail y encima se quedaba sin marcha atrás. Monarri, que secundaba a su compañero de equipo, no desaprovechó la oportunidad. Seis años después las lágrimas eran muy distintas. Por una puñetera vez el destino se aliaba con el de Majadahonda, quien incluso esta temporada ha estado rozando en alguna ocasión las opciones de victoria. Merecido».
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