La «madre coraje» de Majadahonda (izq), Mónica Trujillo, estremeció los escaños

J. RUBIO/ F. UTRERA. Fue el momento más emotivo del pleno y a algunos les brillaron los ojos y estuvieron a punto de llorar. Se llama Mónica Trujillo, es madre de un chico con doble discapacidad, sensorial en la vista y motórica, y estudia en el Colegio Quevedo. Intervino en el pleno en el apartado correspondiente a los vecinos y se declaró independiente de todos los partidos políticos. Sin embargo, su alegato estremeció en los escaños: “vengo para pedir acceso en silla de ruedas al colegio, al patio, al comedor… ya que las rampas que hay ponen en peligro a los niños y a las madres. Son razones humanas, pero necesitamos a los poderes públicos, les necesito a ustedes, que bajen a la tierra. Necesitamos un plan serio de accesibilidad al colegio, cuyos profesores son excelentes, que además exige la Unión Europea y el Colegio Quevedo es el designado como preferente en Majadahonda. Un informe técnico (de los funcionarios) del Ayuntamiento dice que el colegio es inadaptable y que ya tiene los estándares máximos… Pagamos un IBI alto, tenemos superávit…”, imploró al alcalde, Narciso de Foxá. Y este le atendió: “nuestro IBI es igual al de muchos municipios del sur de Madrid con rentas más bajas y este no es un tema económico ni político sino de humanidad. Así que seguro que se pueden hacer muchas cosas en ese colegio y aunque hemos invertido mucho dinero en adaptabilidad se va a reunir usted con el concejal Riquelme y la semana que viene iremos con los técnicos a verlo”.


Mónica Trujillo durante su exposición

La “madre coraje” agradeció públicamente al alcalde el gesto y aprovechó para reclamar también que su hijo pudiera ir al mismo Instituto que sus compañeros de colegio, ya que por su discapacidad le enviaban a otro: “Necesito acceder a los políticos de la Comunidad de Madrid porque para estos niños la inclusión emocional es decisiva y consideran muy importante ir con sus mismos compañeros al mismo instituto. Y en Majadahonda solo está adaptado el Da Vinci cuando sus amigos van al Saramago. No sé quien es el político competente”. En ese momento, Foxá se dirigió a la concejala de Educación, Fátima Núñez, y le ordenó que recibiese a la “madre coraje” y le gestionase ante la Consejería de Educación “lo que dice la vecina”. Mónica Trujillo concluyó no dando puntada sin hilo: “si se hubiera reunido la Mesa de la Discapacidad no hubiera hecho falta venir al pleno porque allí están las asociaciones, ampas y familias”.


Foxá dialoga con Alonso. A su lado, Riquelme.

Casualmente, desde Somos se había presentado antes una moción destinada a garantizar «la accesibilidad universal a los edilicios públicos» de Majadahonda para todas aquellas personas con movilidad reducida. Alberto Moreno destacó que el Consistorio cuenta con «un superávit de 16 millones y la legislación les obliga a ello». Y para conseguir dicho objetivo sugirió como necesario introducir «el diseño universal, que permite que las nuevas construcciones sean accesibles para todas las personas». Una idea que gustó a Mercedes Pedreira (Centristas), que añadió que se elaborará un «inventario sobre las actuaciones llevadas a cabo» ya que se han realizado muchas en Majadahonda pero sobre las cuales tiene “sus dudas». Juancho Santana (IU) destacó que incluso «una desviación de 1 ó 2 cm es una barrera más» y que era necesario «abandonar los criterios ornamentales y adoptar los funcionales». Mariene Moreno (Ciudadanos) señaló que esta moción es importante «porque da un paso más al crear una ordenanza municipal que tenga en cuenta estos criterios». Por su parte, Ricardo Riquelme (PP) desmintió que en Majadahonda no se estuviese haciendo nada por eliminar las barreras arquitectónicas al asegurar que «realizamos unas 25 actuaciones al año» y recriminó que en la moción no se mencionase una partida de financiación para la misma. La moción salió adelante con 14 votos a favor (Ciudadanos, PSOE, Somos, IU y Centristas) y 11 abstenciones (PP).

Majadahonda Magazin