Narcosubmarinos: la red de cocaína sumergible se dirigía desde Majadahonda

MANU RAMOS. «Los registros policiales españoles y estadounidenses muestran la existencia de narcosubmarinos desde 1993. Desde esa fecha hasta hoy (abril de 2023), más de 300 barcos de este tipo han sido incautados a ambos lados del Atlántico, según fuentes policiales. Pero solo entre 2017 y 2021, la policía colombiana detuvo 152 semisumergibles. Los datos que maneja la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional muestran que la evolución del uso de estos artefactos, construidos principalmente en las selvas de Surinam o Guyana, para transportar cocaína de una orilla a otra del Atlántico, ha llevado a un aumento en la cantidad de semisumergibles incautados por la policía colombiana. El tráfico ha ido en aumento, intentando cruzar desde las costas brasileñas y colombianas a las costas españolas o norteafricanas con cargamentos de toneladas de cocaína», señala un informe policial. La novedad es que la coordinación de estas operaciones se hacía desde Majadahonda (Madrid) a través de dos «narcos» venezolano-colombianos: Ángel David Ríos Vargas y Iovanni Córdoba, ambos en búsqueda y captura. Así actuaban.



EL MUNDO (ESPAÑA): «Según el relato de la Fiscalía, dos enviados de un cártel colombiano a España, Ángel David Ríos Vargas y Iovanni Córdoba, pretendían descargar una importante partida de cocaína con la colaboración de Tomás Bengoechea, con antecedentes penales por delitos de narcotráfico, y Juan Serrano. El enlace en Galicia era Francisco Omil, ya condenado en 1996 por la ‘operación Nécora’ y que se encargaba de los preparativos. Manuel Clemente fue el responsable de construir el aparato, siempre según el relato de la acusación pública, y Juan Carlos González Filloy, el piloto. Además, se sientan en el banquillo Juan Manuel González, que compró el velero ‘Nadir III’ por 12.000 euros, y Jesús Iglesias, que realizó labores de contravigilancia policial y que también cumplió una condena de siete años por tráfico de drogas. LA OPINION (GALICIA): «El mecánico realizó la puesta a punto del velero de apoyo, y Juan Carlos González Filloy era el piloto del artefacto: no compareció en el juicio y fue declarado en rebeldía, al igual que el venezolano Ángel David Ríos Vargas.

Dos enviados de un cártel colombiano a España, Ángel David Ríos Vargas y Iovanni Córdoba, pretendían descargar una importante partida de cocaína desde Majadahonda

JURO IWAI: «La necesidad constante por parte de los cárteles de encontrar nuevas formas furtivas para transportar su mercancía, los lleva definitivamente a desarrollar los «Narco Submarinos», ya que las lanchas rápidas, a pesar de haber sido un método muy efectivo, en la última década han ido disminuyendo su viabilidad, por su alto riesgo de ser detectadas e interceptadas. Sin embargo fueron precisamente todos estos problemas los que dieron origen a la improvisación de diseños y tecnología que permitieron el desarrollo final de lo que hoy conocemos como «Narco Submarinos». 13 de agosto de 2006: autoridades españolas incautan en la Ría de Vigo un sumergible para transportar droga. En el caso está implicado un colombo-venezolano de nombre Ángel David Ríos Vargas quien tenía contactos con la camorra gallega».


El cartel de la cocaína de Colombia escogió para la misión a Ángel David Ríos Vargas, quien desde Majadahonda instruyó a Francisco Omil Navazas alias «Camisas»

MAJADAHONDA EN «O GLOBO» (BRASIL): «2005-2006: Primer intento de semisumergible fabricado en España. Los empresarios españoles Tomás Bengoechea, conocido como El Grande, y Juan Serrano Fernández, identificado como El Abogado, se comprometieron a financiar la construcción de un semisumergible para transportar 750 kilos de cocaína. El cartel de la cocaína de Colombia quería probar su último invento en un viaje a España. La persona escogida para la misión fue Ángel David Ríos Vargas, quien desde Majadahonda, en Madrid, instruyó a Francisco Omil Navazas, conocido como «Camisas», jefe de una organización criminal que fue condenado por narcotráfico. Aún con el minucioso plan, toda la obra de ingeniería naval realizada por los traficantes gallegos fracasó para Bengoechea y Serrano Fernández. 7 cómplices, 2 de ellos reincidentes, fueron condenados a entre 10 y 13 años de prisión. La Fiscalía española, representada por el fiscal Marcelo de Azcárraga, imputó a los hombres el delito de concierto para delinquir y por intentar introducir más de 750 kilos de cocaína pura mediante un dispositivo semisumergible. El buque aún no había sido llevado al mar. Manuel Clemente Grova,

Grova, de 56 años, había diseñado el submarino en un almacén de su casa en la ciudad de Gondomar.

«El Ingeniero» fue el encargado de preparar los medios náuticos que se utilizarían en el transporte. Grova, de 56 años, había diseñado el submarino en un almacén de su casa en la ciudad de Gondomar. La embarcación sería pilotada por un solo ocupante, Juan Carlos González Filloy, de 45 años. Al anochecer del 12 de agosto de 2006, el velero Nadir III partió del Club de Yates de Baiona (situado en la provincia de Pontevedra, a unos 600 km de Madrid, la capital española) hacia el punto de encuentro del submarino saliendo de las instalaciones del astillero de naval Industrias A Xunqueira, en la provincia de Moana, se estrenará por segunda vez. Apenas había comenzado la travesía cuando Filloy, piloto del sumergible, detectó anomalías mecánicas que le hicieron temer por su seguridad. Solo un tubo que subía a la superficie suministraba aire a la tripulación, y los instrumentos de navegación no estaban debidamente señalizados. En pánico, Filloy abandonó el bote y saltó al agua. La Policía encontró al día siguiente el semisumergible con los motores en marcha entre la playa de Liméns y las Islas Cíes, con 4.650 litros de combustible a bordo.

«En un principio partieron de las costas de Brasil y Surinam hacia la región noroeste de África, donde fueron asistidos por pesqueros gallegos o marroquíes”,

2006: La primera información: La Policía española comenzó este año a obtener datos de semisumergibles que cruzaron el océano Atlántico cargados de droga rumbo a Europa. Estos informes se basan en la colaboración con otros países europeos, principalmente el Reino Unido, así como con sus homólogos colombianos y norteamericanos. “En un principio partieron de las costas de Brasil y Surinam hacia la región noroeste de África, donde fueron asistidos por pesqueros gallegos o marroquíes”, dijo una fuente policial al diario español El País. Hicieron la travesía transoceánica en una especie de lancha de alta potencia con motores fuera de borda (parte trasera de la embarcación) que fueron aprovisionados en distintos puntos del recorrido y descargados en alta mar, frente a las costas africanas, por barcos pesqueros, casi siempre gallegos o en yates, que también llevaban el combustible para la vuelta del barco.

BLOG A DEGUELLO: «Las investigaciones se iniciaron en febrero de 2006 cuando la guardia civil se percató del traslado de un batiscafo oculto bajo la lona de un camión en la carretera Vigo- Baiona. En noviembre de ese año detuvieron a ocho personas implicadas en la construcción del aparato. Se cree que uno de los enlaces del cartel colombiano en España, el venezolano Ángel David Ríos Vargas, que residía en Majadahonda (Madrid), encargó el proyecto a Francisco Omil Nazara, vecino de Ponteareas (Pontevedra), de 48 años, que estuvo procesado en la Operación Nécora y que supuestamente dirige un grupo de narcos gallegos junto con José Jesús Iglesias Fernández, un mecánico de coches de 61 años que reside en Vigo. Al parecer, estos encargaron la construcción del narcosubmarino a Manuel Clemente Graba, un vecino de Gondomar (Pontevedra), de 53 años. Se sospecha que el batiscafo iba a ser conducido por Juan Carlos González Filloy, vecino de Ulldecona (Tarragona) de 45 años y ascendencia gallega, mientras que J.M.G.R., vecino de Arbo (Pontevedra), de 32, iba a ser el encargado de llevar el velero que acompañaría al submarino en su travesía. Al parecer, los sudamericanos adelantaron 31.000 euros a lo gallegos para la construcción del aparato y acordaron que la financiación correría a cargo de dos supuestos traficantes españoles: Juan Serrano Fernández, vecino de Estepona (Málaga), de 58 años, y Tomás Bengoechea, vecino de Sevilla, de 48, que entregaron otros 100.000 euros a los gallegos, según los investigadores.

«Los gallegos les aseguraron que el submarino estaba preparado, aunque sabían que era una chapuza»

En una nave de Borreiros (Gondomar), Manuel Clemente trató de emular la hazaña de Sanjurjo Badía construyendo un submarino artesanal con los planos que encontró en internet. Se cree que en julio de 2006 los colombianos trasportaron la droga en un barco nodriza a Galicia, pero el narcosubmarino no llegó a tiempo y el barco tuvo que regresar a puerto para repostar combustible y abastecerse de alimentos. Posteriormente, dicen que el buque nodriza volvió a la costa española porque los gallegos les aseguraron que el submarino estaba preparado, aunque sabían que era una chapuza. Para intentar salir del embrollo, se cree que los gallegos decidieron dejar el aparato abandonado en la Ría de Vigo, haciendo ver que habían sido descubiertos por la policía. Pero parece ser que a los inversores no les hizo mucha gracia y no se resignaron a quedarse sin su dinero. Poco después, los gallegos devolvieron supuestamente a los colombianos los 31.000 euros adelantados y un BMW, y se cree que cuando les detuvieron, planeaban el transporte de una gran cantidad de droga para devolver el resto.

 

 

 

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