Varias «autoridades» se «interesaron» por la liberación del magistrado Valdés: lo trasladaron al hospital desde el calabozo

J. FEDERICO MTNEZ. «Fernando Valdés Dal-Ré no reveló a los agentes de la Guardia Civil (Majadahonda) que lo detuvieron en su casa el pasado 10 de agosto (2020) por supuestos malos tratos a su mujer, que era magistrado del Tribunal Constitucional. Dijo que era “profesor universitario”. Fueron las llamadas telefónicas de diversas autoridades, interesándose por su suerte, lo que condujo a los agentes de la Benemérita a “googlear” el nombre del detenido y a descubrir que era, nada menos, que uno de los 12 miembros del máximo tribunal del garantías de España. Las llamadas telefónicas tuvieron su origen, a su vez, en las que debió hacer la esposa de Valdés Dal-Ré a sus conocidos, pidiendo ayuda. El magistrado rogó a los agentes que no trascendiera su arresto a los medios de comunicación, cosa de todo punto imposible». El periodista Carlos Berbell de «Confilegal» desvela nuevos datos del «caso Valdés», el juez que fue detenido a las 21.30 horas de ese 10 de agosto y conducido al Cuartel que la Guardia Civil tiene en Majadahonda (Madrid). Y añade: «No pasó, sin embargo, la noche en el calabozo. Al decir que se sentía indispuesto, fue trasladado al Hospital Puerta de Hierro, donde pasó la noche en observación. Al día siguiente, 11 de agosto, fue conducido ante la magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 3, con competencias en violencia de género, de Majadahonda, Elena Garde, a quien correspondió el caso. Garde lo interrogó, también a su mujer y a los testigos, uno de ellos un joven que fue quien llamó a la Policía Local. Después lo puso en libertad sin fianza». No ha transcendido el nombre de las mencionadas «autoridades» que «llamaron» al cuartelillo de Majadahonda. Lea la noticia completa.


Por otra parte, la periodista Ana Belén Ramos revela en El Independiente que «hace dos semanas, el acuerdo de renovación del Poder Judicial estuvo a punto. Todos los detalles estaban encima de la mesa de negociación entre PSOE y PP. Pero ahora, desde el partido de Pablo Casado dan por hecho que será imposible llegar a un punto en común este miércoles. El Consejo General del Poder Judicial está pendiente de renovación desde finales de 2018 y un cuarto del Tribunal Constitucional (el presidente Juan José González Rivas; la vicepresidenta, Encarnación Roca, y los magistrados Andrés Ollero y Fernando Valdés) está de salida. La propuesta de los magistrados de ambos órganos por parte de PSOE y PP, las dos formaciones con mayor representación en el Congreso de los Diputados, es necesaria puesto que hacen falta 210 votos de la cámara para sacar adelante la renovación».

LA VERSION DE «LA RAZON»: «EL JUEZ PIDIO OCULTAR LA NOTICIA PERO TRANSCENDIO A TRAVES DE OTRAS VIAS QUE NO FUERON LAS DE LA GUARDIA CIVIL». Según la versión de los periodistas J.M. Zuloaga y Francisco Velasco en «La Razón», las primeras noticias que llegaron a la Guardia Civil, en concreto al puesto de Majadahonda, eran realmente inquietantes: «Un varón octogenario había infligido lesiones a su esposa, después de que la zarandeara y golpeara en la terraza de su casa, mientras la víctima gritaba pidiendo auxilio, hecho observado por varios testigos que dieron aviso» al citado puesto «solicitando presencia policial». Estos hechos, antes de nada, debían ser comprobados y así lo hicieron los agentes que llegaron a acudir, hasta en tres ocasiones, al domicilio del magistrado del Tribunal Constitucional. En esos momentos no constaba que tuviese relación con ninguna institución. Como en todos los casos en que se han podido producir supuestos delitos de violencia de género, el secreto de las actuaciones es absoluto por parte de los agentes, ya que, en asuntos tan delicados, no se debe poner en cuestión el derecho a la intimidad y a la propia imagen, no sólo del presunto agresor sino de la posible víctima. Fruto de esas primeras pesquisas, la Guardia Civil detuvo al magistrado Valdés, en concreto a las 21:40 del lunes en su domicilio de Majadahonda y le condujo al cuartel de la localidad para la práctica de las diligencias. En todo momento, se trató de comprobar la información aportada por esos testigos, dado que tanto el magistrado como su esposa, que no quiso ser reconocida por un forense por si tenía lesiones, negaron con rotundidad que se hubiera producido un capítulo de violencia de género, sino una simple discusión matrimonial».

«Alrededor de las 11 de la noche, cuando Valdés estaba detenido en el cuartel, manifestó que se encontraba mal. Fue trasladado inmediatamente ya que, según se apreció en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, sufría una insuficiencia respiratoria leve relacionada con una patología previa. Dada su edad y estado de salud, en ningún momento estuvo en el calabozo. De hecho, fue dado de alta a las 2:30, pero siguió detenido hasta su puesta a disposición judicial, lo que se produjo a las 09:30 del martes. Durante su estancia en dependencias de la Guardia Civil admitió que era magistrado del TC, pese a que lo había negado inicialmente. La razón estaba en que no quería hacer uso de su condición, sino que deseaba ser tratado como un ciudadano más. Pidió, en cualquier caso, que no se diera publicidad de su detención, petición atendida por la Benemérita ya que la noticia trascendió a través de otras vías.

«A las 13:50, tras prestar declaración a petición propia, la jueza dictó un auto por el que se acordaba su libertad sin fianza, pero con cargos. En cualquier caso, según fuentes solventes, la Guardia Civil, acudió hasta en tres ocasiones al domicilio del magistrado y actuó con toda prudencia antes de detenerle. El hecho de que la jueza haya elevado el asunto a la sala Segunda del Supremo, al estar aforado, vendría a avalar que las pesquisas de los agentes de la Benemérita sí debieron apreciar algunos supuestos delictivos, aunque tuvieran un carácter «leve». La actuación de la Guardia Civil concluyó cuando la jueza Elena Garde acordó su puesta en libertad. Según otras fuentes, en una de las comparecencias de los agentes al domicilio del magistrado, la esposa del magistrado habría restado importancia y ya señaló que no pensaba denunciar a su marido. Los agentes volvieron en dos ocasiones más a la vivienda y fue en su última de esas «visitas» fue cuando detuvieron a Fernando Valdés«, concluye este diario.

 

Majadahonda Magazin