
Todo el espectro político de derecha, centro e izquierda registró el hecho insólito en otras latitudes de tener que unirse todos los concejales frente a lo que consideran «severidad, exceso de rigor y prohibiciones» de la alcaldesa de Majadahonda
MANU RAMOS. El último pleno ordinario del Ayuntamiento de Majadahonda celebrado el jueves 27 de marzo (2025) registró varias novedades. La primera es que la mecánica mayoría absoluta del Partido Popular (15 votos) tuvo que enfrentarse esta vez a la unión de toda la Oposición (9 concejales por ausencia del socialista Hermann Novotny, que se encontraba hospitalizado), desde Vox y «Vecinos por Majadahonda» a PSOE y Más Madrid-IU. Todo el espectro político de derecha, centro e izquierda registró el hecho insólito en otras latitudes de tener que unirse frente a lo que consideran «severidad, exceso de rigor y prohibiciones» de la alcaldesa de Majadahonda, María Dolores Moreno Molino, en palabras del concejal y portavoz adjunto de «Vecinos por Majadahonda», Federico Martínez. No fue el único: el portavoz socialista, David Rodríguez, recordó que «tiene usted enfrente los 13.000 votos de la Oposición» frente a los 19.000 del PP, mientras que el también portavoz adjunto de Vox, José Rodríguez Cuadrado, advertía que «ya he ganado varias resoluciones de la Comunidad de Madrid que les obligan a facilitar documentos a la Oposición en aplicación de la ley de transparencia». Esta circunstancia ya fue advertida por la vecina y representante de la Plataforma 0,7% de Ayuda al Desarrollo, Matilde Guisández, tras sufrir estos «rigores» en el propio pleno. Además, todos los portavoces y concejales firmaron la necesidad de forzar un pleno extraordinario sobre Presupuestos e Inversiones por falta de transparencia y opacidad sobre las mismas, sesión a la que obliga la ley para debatir cuestiones de este tipo, hecho que se produjo el martes 15 de abril y al que PP no pudo oponerse si la petición la firman al menos la cuarta parte del número legal de miembros de la Corporación (7 concejales), hecho que se produjo (lo rubricaron todos los concejales de la Oposición).
Y es que los votos de toda la Oposición unida superando sus diferencias ideológicas se oyó en el pleno en muchas votaciones: el portavoz de «Vecinos por Majadahonda», Carlos Bonet, obtuvo ese respaldo en su moción para arreglar el Polideportivo «El Tejar», la portavoz adjunta socialista, Elisa Piñana, para la apertura de los edificios municipales cerrados (Piscina Huerta Vieja, edificio Rosa Aggazi, nueva Biblioteca Cerro del Espino, edificios de Servicios Sociales, London School (Renfe) y escuela infantil Tallín). El portavoz de Vox, Pablo Pérez Gallardo, unió también a toda la Oposición en su moción sobre la información sobre las obras de la Piscina de Huerta Vieja, que venía precedida de otra muy parecida del propio Federico Martínez (Vecinos por Majadahonda), con idéntico resultado. Y hasta Daniel Pérez Pinto (Más Madrid-IU) logró también esa misma unidad con la moción para el arreglo de la Escuela de Adultos «Vargas Llosa«, iniciativa que suscribieron los demás grupos municipales o bien con su firma o con su voto. Sin embargo, la aritmética parlamentaria de la mayoría absoluta se mostró implacable: solo aprobó una moción socialista para facilitar la integración de las personas autistas.
ELSA CAMPANO ESCUDERO. *Coordinadora de Izquierda Unida en Majadahonda. La Democracia según el PP majariego. Si alguien quiere saber cómo entiende el PP de Majadahonda la participación ciudadana, basta con mirar cómo funcionan los plenos municipales: se celebran por la mañana, cuando la mayor parte de la gente trabaja. Como si la democracia fuera un club exclusivo al que solo se puede acceder si dispones de ese horario despejado. Pero la cosa no queda ahí. Si una persona desea plantear algo debe registrar su pregunta antes y está obligada a leerla de manera literal. Ni un matiz, ni una reformulación, ni una pizca de espontaneidad. Si se aparta una coma del texto original, la alcaldesa -siempre con una sonrisa- la llama al orden. Da igual que hable en nombre propio o en representación de un colectivo: las formas burocráticas priman sobre el contenido. Y no cabe repreguntar, sea cual sea la respuesta obtenida (si la hay). La participación se limita a un ejercicio de lectura sin margen para el debate real. Además, como las preguntas ciudadanas se relegan siempre al final del Pleno, cuando llega el momento de “leerlas” ya han pasado horas y la paciencia está bajo mínimos. Por si fuera poco, no se graban, no constan en acta, lo que reduce drásticamente su difusión. Si nadie las ve, si nadie las oye, ¿pasaron de verdad? Y si alguna vez alguien se atreve a exigir respuestas claras y concretas, lo que recibe es evasivas, silencios o frases huecas para despachar cualquier inquietud ciudadana. “¿Dónde vas? manzanas traigo”

«Se da incluso la paradoja de que el PP pueda aducir que no arregla el edificio del CEPA, que es su competencia, si los grupos de la oposición no les aprueban SUS presupuestos». En la imagen, una viñeta humorística aparecida recientemente en la prensa local (revista Soy de) con varios concejales de Majadahonda
A todo eso se une que los presupuestos municipales se elaboran sin contar para nada con la ciudadanía, ni siquiera para sondear al menos las necesidades o prioridades de las vecinas y vecinos. Manejan nuestro dinero como si les perteneciera por derecho divino o algo parecido. Se da incluso la paradoja de que el PP pueda aducir que no arregla el edificio del CEPA, que es su competencia, si los grupos de la oposición no les aprueban sus presupuestos. Los consejos municipales de participación ciudadana deberían estar funcionando, porque existieron y existen en la normativa municipal, pero no se convocan, ni siquiera se han constituido en lo que va de mandato. Para qué, si no se cree en ellos. Desde Izquierda Unida defendemos un ayuntamiento que no vea la participación ciudadana como una pesada molestia, sino como un derecho y una forma de enriquecer la toma de decisiones. Porque la democracia no puede ser un menú cerrado donde el PP decida lo que toca cada día. Queremos que la ciudadanía tenga voz más allá de las elecciones. Porque votar cada cuatro años no es suficiente, y si el actual gobierno del PP cree que sí, es que tiene una visión devaluada y muy pobre de la democracia.
Esta panda de concejales del PP deberia buscarse otro trabajo en el sector privado y dejar las comodas poltronas. No pegan ni clavo.
Marqués de la Encina