FEDERICO UTRERA. A veces las pandemias aprovechan para «renovar» la clase política: fue el caso de María II de Inglaterra (1694), José I de Alemania (1711), Luis I de España (1724), Pedro II de Rusia (1730) y Luis XV de Francia (1774). La Casa Real inglesa de los Estuardos desapareció y los Habsburgos quedaron muy disminuidos. La viruela, la gripe y el sarampión acabaron con las civilizaciones azteca y maya y de hecho el jefe inca Huayna Capac falleció por virus antes de que el hombre blanco pisara sus tierras: no fue la violencia española o portuguesa sino su mestizaje la que le dio alas. En América del Norte, los Padres Peregrinos y el tráfico de esclavos también la propagaron la viruela en 1620, según el estudio del cirujano y consultor sanitario internacional Omar Díaz. Cuando Pizarro llegó a Cuzco, la viruela, el sarampión y la gripe existían desde 10 años antes fruto de su alta densidad de población y el fluido intercambio con América Central, lo que propagó los virus hacia el Sur.

Cada pandemia populariza además su vocabulario. Estos virus que nos atemorizan tanto proceden de la «zoonosis» (se transmiten de animal a persona) y el cultivo intensivo de la ganadería los fomenta (pollo y cerdo sobre todo). Miden su ferocidad por la tasa de «letalidad» (muertes por % de infectados). La del Covid es del 1,38% y 0,66%( The Lancet). Otros estudios más optimistas mencionan el 0,37% (MIT). Como el virus solo se disolverá cuando se haga «circulante» y el 80% de la población mundial lo agarre y se inmunice, estaríamos hablando de 50/60 millones de muertos. Al final somos números que se van renovando, quizás seamos siempre los mismos y solo cambie el decorado, de ahí ese «deja vu» que nos dejan los sueños… Pero eso sería novela y hoy toca ciencia: Ramsés V (1157 A.C) ya murió por un virus, la guerra de los hititas y los egipcios que ha novelado el majariego Hurtado también generó los suyos, lo hacen también las migraciones, con permiso de Le Pen y su versión española…

Pensábamos que no hay generación sin guerra pero en realidad no hay generación sin pandemia, se repiten cada 100 años aproximadamente. Y yo prefiero el Covid 19 a una confrontación bélica. El estrés de las guerras, el hacinamiento y la insalubridad es el caldo de cultivo de estas zoonosis y ver las imágenes de los «mercados líquidos» (otra palabreja de esta pandemia) no solo de Wuham (China) sino de India, Vietnam, Africa o Latinoamérica haría las delicias del más vomitivo cine gore: sangre, tripas, escamas y agua que empapan el suelo con los restos de animales brutalmente sacrificados para los clientes que desean comer carne recién matada. Se esperan pronto versiones cinéfilas de Lars von Trier y Tarantino. Próximo capitulo: Virus y Política (III): «Vacuna viene de vaca y dos héroes españoles la popularizaron en América y Filipinas»