FEDERICO UTRERA. Uno de los trenes cercanías de Majadahonda (Madrid) ha sido objeto de un «grafiti vandal» o vandálico que ha hecho público la propia compañía ferroviaria mediante un vídeo. La imagen capta el momento en que 5 jóvenes pintan el lateral de uno de sus vagones con una tipografía coloreada en la que se puede leer la palabra «tonto». Los 5 jóvenes aparentan por su físico ser menores de edad y parecen reproducir con ello la infantil y humorística leyenda escolar del «tonto el que lo lea». Sin embargo, este episodio urbano no parece tan solo una «gamberrada» adolescente porque coincide con la exposición en Madrid del más célebre de los grafiteros globales, el londinense Bansky, aunque el artista no autoriza la venta de sus obras expuestas en IFEMA y valoradas en 17 millones de euros. MJD Magazin ha estado informando durante esta legislatura de todo lo que acontecía sobre esta nueva forma de expresión artística que incluso originó un debate en el pleno del Ayuntamiento donde salió a colación la figura de José Ramón «Sfhir», el más conocido de los grafiteros de Majadahonda. El escritor Fernando Sánchez Dragó ha definido su producción como «llamativa, ácida e hiperrealista, de estética discutible como todo y generadora de polémica». Y sus marchantes recuerdan su pasado escolar en Majadahonda: «Algunos currículum parecen forjarse en torno a condecoraciones académicas, no es el caso de Sfhir. Fascinado por el dibujo desde niño, sus inicios en el graffiti se remontan a 1995, cuando con catorce años es expulsado del instituto por ser descubierto pintando con spray. De vuelta a las aulas, su profesor de arte le impone una paradójica sanción: le insta a que repita la obra, esta vez en el muro del instituto y con la aprobación del centro. La mística de lo prohibido y el arte como vehículo de expresión libre serán las únicas pautas que le guiarán para canalizar sus inquietudes. Hacer un esquema sinóptico de su obra resulta prácticamente imposible».


José Ramón «Sfhir»

El grafitero «Sfhir» expone actualmente su obra en la prestigiosa «Durán Online Gallery», versión digital de la «Durán Arte y Subastas», empresa líder en el mercado del arte, fundada en 1969: «Especial atención merece en este espacio el arte urbano con la presencia de artistas con origen en el grafiti underground. Muros y paredes repartidos por el mundo en los que han plasmado su mensaje, sus inquietudes, su crítica o su inconformismo. Artistas que han abandonado el arte ilegal pero que mantienen íntegro su magnetismo, su expresividad, la ausencia de reglas y en definitiva la libertad que les permite expresarse sobre cualquier soporte, en cualquier entorno y crear sus propias exposiciones en la gran galería de la calle. La calidad de sus obras ha sido reconocida por coleccionistas, instituciones y plataformas culturales y artísticas en España y fuera de nuestras fronteras», señala la conocida casa de pujas. Y es que «el mundo de la pintura callejera lleva un largo tiempo debatiéndose entre el vandalismo y la categoría artística. Leyes municipales multan a aquellos que pintan en los muros de las ciudades, mientras que algunos ayuntamientos contratan a grafiteros para decorar calles y comercios. Muchos de los pintores que exponen sus obras en museos europeos fueron en sus inicios multados por vandalismo pictórico callejero». El diario «El Imparcial» analiza así la situación actual del graffiti como arte contemporáneo en un extenso reportaje que aborda toda su complejidad y existencia. Por otra parte, los grafitis realizados en el Metro de Madrid durante el año pasado generaron un coste al suburbano valorado en casi 1,6 millones de euros, cantidad superior a los 1,3 millones que se contabilizó el año anterior (2016). Según exponen fuentes del suburbano a Europa Press, durante 2017 se consumaron en las instalaciones del suburbano un total de 852 grafitis y 212 pintadas, mientras que se frustraron 1.174 intentos. El coste total de las tareas de limpieza y daños ocasionados en las instalaciones ascendió a 1.588.013 euros.

Metro Madrid va a gastar 1,2 millones de € en borrar grafitis

Las cifras del año pasado son superiores a las del año 2016 en relación a los grafitis, cuando entonces se consumaron 714, aunque desciende el número de pintadas pues se efectuaron 286 en las dependencias de Metro ese ejercicio. En diciembre, Metro de Madrid avanzó que iba a poner en marcha un servicio de limpieza específico para el borrado «urgente» e «inmediato» de grafitis en sus estaciones por medio de un contrato adicional con un importe de 1,2 millones de euros. Según ha explicado el consejero delegado del suburbano, Borja Carabante, se trata de un contrato extraordinario y específico para la limpieza de grafitis, que tendrá una duración de cuatro años. El consejero delegado de Metro señaló que la limpieza de los grafitis es un aspecto «muy importante» para el suburbano, pues cuando aparece uno suele surgir «inmediatamente otro» y que ello «deteriora» la imagen y la calidad del servicio. Carabante explicó que se trata de un contrato dirigido a la limpieza de las instalaciones de sus estaciones, pues en el caso de los trenes se hace a través del contrato ordinario. «La idea es que cuando se produzca, la limpieza sea de manera urgente e inmediata», apostilló el consejero delegado de Metro, para detallar que el contrato estipula el tiempo concreto para proceder a la eliminación del grafiti.


Grafiti de «El beso» en el Muro de Berlín

Por su parte, «El Imparcial» que preside el periodista conservador Luis María Ansón, afirma que el graffiti como cultura urbana «tiene un recorrido que no supera los 50 años de antigüedad, pero su carácter clandestino le ha conferido una frenética evolución y transformación. Desde que se empezaron a pintar algunos muros en Filadelfia con tags (firmas), a finales de los años 60, hasta las obras de grafiteros que son consideradas como arte de vanguardia, el mundo de la pintura en spray ha tenido que transformarse y diversificar sus estilos para sobrevivir. La necesidad de cambio ha generado una gran división dentro del graffiti: el artístico y el “vandal” o vandálico. El primero es el considerado como disciplina artística, y tiene sus representaciones más identificables en algunos comercios y muros que han sido reservados para ser decorados con graffiti, o en museos que exponen obras pictóricas vanguardistas. Para su realización se requiere horas de trabajo y diseño, y el grafitero es remunerado por elaborar la pieza. Uno de los ejemplos más famosos del graffiti artístico es el recreado en el Muro de Berlín, una vez derribado, en el que se representa el beso entre Leonidas Breznev y Erich Honecker. La localización de esta obra corresponde al East Side Gallery, un conjunto de graffitis elaborados sobre el tramo más largo del Muro de Berlín que aún queda en pié. El carácter pacifista de estas obras se han convertido en todo un icono». En este sentido, el diario El País informa que la obra de Banksy, el más afamado de los grafiteros, llega a Madrid: ‘Banksy, ¿Genio o vándalo?’ es el título de la exposición no autorizada por el artista, que abre sus puertas en IFEMA, donde estarán expuestas 73 de sus obras, valoradas en 17 millones de euros.

La obra ‘Pulp fiction banana’ de Bansky se puede ver en IFEMA. Paolo Aguilar (EFE)

«Organizada por la empresa rusa IQ Art Management Corporation y la española Sold Out, que está, junto a Ifema, detrás del pabellón 5.1 (5.000 metros cuadrados), toda la obra que se exhibe está en venta, aunque las operaciones no se pueden cerrar en el recinto ferial. El comisario de esta exposición híbrida, Alexander Nachkebiya, asegura que la obra expuesta (28 serigrafías originales y 45 reproducciones) está valorada en unos 17 millones de euros. La obra más cara, casi dos millones, es un enorme grafiti pintado sobre un muro de ladrillo titulado «Stop Esso», en alusión a la campaña que lanzó Greenpeace en 2000 para boicotear a la petrolera estadounidense por sus efectos nocivos contra el medio ambiente. Ni que decir tiene que el artista no avala esta exposición del mercado secundario de su obra. Cuando, a comienzos de año, esta muestra se inauguró en Moscú, Banksy escribió a un seguidor en su cuenta de Instagram: “Sabe que esto no tiene nada que ver conmigo ¿verdad?”, concluye la periodista Ángeles García en El País. 73 piezas forman la exposición «Banksy, Genius or Vandal?», que hasta el 10 de marzo de 2019 se puede ver en el Pabellón 5.1 de Ifema (recinto ferial de Madrid), a un precio de 16,40 euros.

Majadahonda Magazin