El historiador majariego Rafael Buhigas centra su investigación principal en la identidad cultural de la comunidad gitana

ELENA MARTICORENA. Rafael Buhigas (Madrid, 1995) es un prestigioso historiador de Majadahonda, experto en minorías étnicas y especialmente en la comunidad gitana. Afincado actualmente en Granada, cerca del Sacromonte, ha sido vecino de Majadahonda durante todos sus años de estudiante, investigador y coordinador de mesas de debate en congresos nacionales e internacionales. «Nací en Madrid capital pero al poco tiempo mis padres se trasladaron a Majadahonda, cuando aún no se había construido tanto y se podían ver chabolas y casas bajas» afirma Rafael Buhigas. El interés por desentrañar su propio árbol genealógico y el de sus amigos, con el método histórico (acudir a las fuentes), le hizo plantearse la idea de poder reconstruir las historias de vida de otros gitanos. «Observé que realmente no había casi nada escrito sobre el tema. Los gitanos y las otras minorías étnicas no han encajado nunca en los relatos históricos generales». Y fue así como Rafael Buhigas convirtió a la comunidad gitana en su principal proyecto de investigación, primero con el Trabajo Final de Grado (TFG), después con el Trabajo Final de Máster (TFM) y finalmente con la tesis doctoral. Reconoce que aun existen muchos prejuicios en la sociedad y que Majadahonda, la que ha sido su casa durante muchos años, no ha contribuido a romper con ellos. Majadahonda Magazin, periódico digital local comprometido con la cultura, ha hecho referencia en anteriores publicaciones, a algunos de los más importantes trabajos del historiador. Hoy nos concede una entrevista más personal para conocer la trayectoria y el pensamiento de un referente para nuestro municipio, y para la defensa de la comunidad gitana.


Elena Marticorena

¿Dónde despierta tu interés por la historia y las letras? – Cursé todo mi itinerario formativo desde infantil a Bachillerato en Majadahonda. Fui al Colegio Francisco de Quevedo y después al IES Leonardo Da Vinci, ambas instituciones públicas. En el instituto tuve dos grandes profesoras, Rosa y Luisa a las que mando un afectuoso abrazo, que despertaron en mí el interés por las humanidades: lengua, latín, griego y cultura clásica. Después curse el Grado en Historia en la Universidad Complutense de Madrid, aunque mi primera idea fue entrar al Ejército de Tierra. De hecho matricularme en la universidad fue una decisión de última hora porque yo ya tenía los papeles para el acceso a la carrera militar. Finalmente, guiado por el interés hacia la historia militar en ese momento, así como por algunos antecedentes familiares (bibliotecarios y archiveros), acabé matriculado en Historia y dejando de lado el «sueño militar«. Te especializaste en Historia Contemporánea y Antropología de América. ¿Ya empezaste a poner el foco en las minorías étnicas? Cuando empecé la carrera descubrí el interés por muchas ramas de la historia pero nunca me desenganché del todo del gusto por la contemporaneidad, quizás por mi interés en la sociología y la política, ámbitos que comencé también a estudiar simultáneamente en un doble grado en Ciencias Políticas y Sociología en la UNED. Respecto a la antropología de América se trató de una elección en dos sentidos, por un lado el interés por los sistemas de organización indígenas, y por otro, la adopción de una visión más interdisciplinar  para enriquecer mi enfoque como historiador de las minorías étnicas.


Rafael Buhigas ha publicado numerosos estudios y artículos en prensa y revistas

Eres Técnico Experto en Violencia de Género por la URJC. ¿Cómo obtienes la beca de la «Fundación Ayuda, Formación e Integración del Discapacitado»? Durante mi etapa universitaria me esforcé mucho por formarme en diferentes ámbitos, y desarrollar una faceta proactiva que consideraba esencial para prepararme en un mundo laboral, donde el historiador tiene pocas oportunidades cuando sale de su pequeño nicho de oportunidades. Lo social me interesaba mucho y en ese momento estaban en auge las formaciones que ponían a la mujer en el centro del debate. Revisando las ofertas del Instituto de la Juventud vi esa convocatoria de becas y cuando la obtuve decidí cursar el Experto en Violencia de Género. Las razones fueron múltiples, pero principalmente se debió a mi experiencia como voluntario impartiendo historia gitana en centros de menores, donde algunas de las internas se habían enfrentado a violencia de género. Me preocupaba no enfatizar suficiente, más allá de la propia empatía humana, y por eso decidí especializarme en el tema. Máster Interuniversitario en Historia Contemporánea, especialidad en historia cultural e historia urbana. Sigues formándote, ¿requerimiento laboral o inquietud personal? Creo que ambas. La realidad es que actualmente la formación estricta en humanidades tiene un mercado laboral muy pequeño basado en las oposiciones (tengan o no que ver con la formación historiográfica), la carrera de investigación (absolutamente precaria e inestable) y en algunos sectores como la gestión de patrimonio, las tareas de documentación en medios, etc. Creo que el graduado en Historia que quiera abrirse a un mercado laboral más amplio, tiene que adoptar un perfil interdisciplinar y versátil sin cerrarse en banda asumiendo que quizás no trabaje como historiador, pero sí usará dicha formación para desempeñar su trabajo en otros lugares. Segunda parte: «España tiene que mirar más allá de sus fronteras y eliminar los prejuicios hacia la comunidad gitana». 

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