DANIEL GARCÍA. *Vecino de Majadahonda y profesor de Biotecnología y Biomedicina en la Universidad Francisco de Vitoria. Me gustaría compartir una reflexión acerca de la capacitación del Instituto de investigación Carlos III como laboratorio de bioseguridad nivel IV. Desde mi humilde punto de vista quisiera expresar, de la manera más objetiva posible, si el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), ubicado en nuestro municipio de Majadahonda, está capacitado para tener en sus instalaciones laboratorios de investigación de bioseguridad de nivel IV, a raíz de la noticia publicada el 22 de junio de 2021 por la agencia de noticias Europa Press. En primer lugar, se ha de explicar que existen 4 niveles de bioseguridad que se utilizan para determinar el grado de peligrosidad de los microorganismos con los que se trabajan en cada laboratorio, siendo I el nivel de menor peligrosidad y IV el mayor.


Daniel García, profesor de la UFV y vecino de Majadahonda

Actualmente, el ISCIII tiene laboratorios de nivel III de bioseguridad, con personal adecuado para manejar dichos microorganismos. Lo que se propone por parte del Gobierno es subir el grado de peligrosidad del centro para poder tratar microorganismos que son infecciosos y que no se conoce aún cura o tratamiento. Creo que actualmente, el ISCIII está preparado para manejar microorganismos peligrosos. Lleva dicho centro más de una década trabajando con esos microoganismos y no se ha notificado públicamente ninguna falta de manipulación; con lo que, aun conociendo y sabiendo que los microorganismos de nivel IV son potencialmente más peligrosos para la salud, humana, el personal del centro está preparado y capacitado para aprender, manipular y gestionar dicho riesgo.

Por otro lado, la pandemia derivada del coronavirus procedente de China, y sus diversas mutaciones (Covid19) nos muestra que el problema no ha estado en que existan centros de investigación de bioseguridad de nivel IV, donde se investiguen dichos microorganismos, sino en un posible error humano, que aún está bajo investigación, ya que la posibilidad de que haya sido un brote de origen zoonótico (de animal a humano) existe. Además, la pandemia nos ha mostrado que existen microorganismos capaces de esparcirse por todo el globo si no se toman medidas de contención adecuadas, por tanto, no es determinante el lugar donde se inicia el brote, sino el manejo de la información, las medidas de contención y el compromiso social. Por todo ello, creo que la propuesta de convertir el ISCIII en un centro con laboratorios de bioseguridad nivel IV es una opción adecuada, que posee riesgos asumibles, pero también representa una oportunidad para seguir investigando microorganismos que producen enfermedades de la que aún no se tiene cura y que sea un centro de Majadahonda representaría todo un honor para el municipio, el poder contribuir a la mejora de la salud humana.

Majadahonda Magazin