El apoyo psicológico ante los problemas del embarazo es fundamental: 4 casos de madres tratadas en el Puerta de Hierro Majadahonda

LIDIA GARCIA. En esta segunda parte del artículo sobre «La experiencia del programa del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda» por parte de las médicas Ibone Olza Fernández e Inmaculada Palanca Maresca junto a otros casos recopilados por la periodista Ana Torres Menárguez publicados este 9 de agosto (2022), se describe el episodio de una madre con dificultad para visitar a una de sus dos hijas mellizas prematuras (27 semanas Edad Gestacional): «En la entrevista familiar inicial la madre verbaliza bloqueo y rechazo en las visitas hacia la melliza que se encuentra en situación de mayor gravedad. Se inicia intervención psicoterapéutica mediante acompañamiento materno a la visita y observación de la interacción madre-bebé, así como varias sesiones de psicoterapia individual con la madre, disminuyendo la ansiedad materna y verbalizando la madre una mejoría subjetiva psíquica. En ese contexto acontece fallecimiento súbito e inesperado de la otra hermana por cuadro infeccioso. Se inicia acompañamiento psicoterapéutico en proceso de duelo complicado a la vez que se trabaja apoyo al vínculo con melliza superviviente. La intervención se prolonga al alta de la unidad en consulta de psiquiatría perinatal durante el primer año de vida».


Beatriz Fernández: «una vez que dio a luz, empezó a tener problemas con sus padres y para entender esas emociones pidió ingresar en la terapia de grupo de posparto. “Siempre han sido muy duros, de castigarte un montón, yo no quería repetir ese patrón, quería tener capacidad para dialogar con mi hija, escucharla, no juzgarla… ese bloqueo me impidió conectar con la bebé durante un tiempo, estaba rara y no sentía el mismo amor que cuando nació mi sobrina”, cuenta. En la terapia revisan los vínculos de cada mujer con su infancia, con cómo la criaron a ella, y se trabaja cómo se ve como madre y cómo se va a conectar con su hijo en ese nuevo rol». Lucía Peigneux (37), que está embarazada de 36 semanas, está en Puerta de Hierro y toma antidepresivos y ansiolíticos: “No he faltado ningún viernes, para mi es fundamental”, dice. “La maternidad no es como te la pintan. En estos grupos veo que hay mucha culpa, nos exigimos estar de una determinada manera y eso no es real. Yo tomo medicación desde hace muchos años y aquí me han enseñado a no castigarme por ello. Por mi personalidad lo necesito, igual que quien toma paracetamol para el dolor”.

Una madre de una recién nacida prematura apenas acude a ver la bebé desde que nació en la semana 32, hace casi 15 días: «En la primera entrevista realizada con la madre se recoge la siguiente información: el embarazo se diagnosticó en el momento del parto. La madre ya tenía una hija de 4 años, y tras una amenorrea de varios meses de evolución, dos tests de embarazo negativos, una perdida significativa de peso y una masa abdominal prominente, el médico de familia le remitió a urgencias para valoración de posible neoplasia abdominal. En urgencias se diagnosticó embarazo de aproximadamente 32 semanas y ese mismo día se desencadenó espontáneamente el parto prematuro, dando a luz vaginalmente a una niña de 1.440 gr. La madre optó por la lactancia artificial.

«En la primera entrevista realizada, la madre expresa sentimientos de culpa por no haber reconocido el embarazo y enorme dificultad en relación afectiva con su familia de origen, así como antecedentes de trastorno de conducta alimentaria grave (anorexia nerviosa). Desea y acepta intervención psicoterapéutica durante la hospitalización de la niña. En posteriores entrevistas diarias se profundiza en su psicobiografía, incidiendo en traumas relacionales graves (maltrato infantil y continuado) que han podido favorecer crisis actual. Se favorece «insight» sobre el lugar que ocupó la madre en su familia, así como el lugar que va a ocupar la recién nacida en la familia actual. La madre decide cortar el contacto con su familia de origen. El marido y padre de la bebé también participa en las entrevistas. La madre comienza a pasar mucho más tiempo en la unidad cuidando a su niña y se observa interacción madre-bebé en diversas sesiones de interconsulta, favoreciendo que la madre reconozca habilidades tempranas de la hija y su deseo de interacción», concluye el diagnóstico.

 

 

 

 

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