Eugenio Rivera Claudio (Majadahonda): «Memorias del derrumbe» es un personal ajuste de cuentas emocional con mi pasado»

ELENA MARTICORENA. En la cuarta y última entrega de la entrevista de MJD Magazin celebrada este mes de febrero (2023) con Eugenio Rivera Claudio, el autor de «Memorias del derrumbe» habla sobre el origen de esta obra, su proceso de creación y su posterior publicación. ¿Cuándo comienzas a escribir poesía y en qué momento decides publicar una obra de este género? –Mi interés por la poesía viene de lejos, eso sí más como lector que como autor. Aunque, como todo el mundo, uno escribe desde la adolescencia cosas que leídas después acaban por tirarse a la papelera. Sí conservo algunos poemas muy tempranos de los que me siento moderadamente satisfecho. Pero en el terreno editorial no me sentía seguro a la hora de publicar mis textos líricos hasta que la insistencia de los amigos poetas me consiguió convencer de que lo que casi escribía clandestinamente tenía valor. De esta manera, mi editor –al que le habían llegado algunos comentarios positivos sobre mis poemas– me brindó la oportunidad de reunirlos y publicar un libro. El período de confinamiento de la pandemia me permitió hacer un parón en mis otras actividades y plantearme seriamente la posibilidad de ordenar las composiciones que tenía desperdigadas por cuadernos y archivos olvidados en mi ordenador. Ese es el nacimiento de ‘Memorias del derrumbe’. Cuando me llegó la propuesta de reunir unos cincuenta poemas yo no pensaba ni de lejos que tuviera tal cantidad de ellos y sin embargo al rebuscar me sorprendió que no solo tenía los cincuenta que me reclamaban sino algo más de un centenar. Lo más difícil fue la labor de criba y encontrar la necesaria coherencia que un poemario a mi juicio debe tener y, por último, un título digno que hiciera justicia al espíritu del libro. Eso me trajo más quebraderos de cabeza de lo que pensaba.

¿Cómo fue su proceso de inspiración y creación?  –Como te digo, los poemas fueron surgiendo de un modo natural sin afán alguno ni con un objetivo concreto más allá del puro placer de escribirlos, pero con el tiempo me fui dando cuenta que había una sensibilidad común en lo todo que había escrito y que atendía a un personal ajuste de cuentas emocional con mi pasado. Además después tuve la sensación, como comentan otros autores de este género, que fueron escritos bajo un raptus, donde el poeta está “ajeno” al acto creativo –como si el que coge el lápiz o pulsa el teclado se viera poseído por un estado de gracia especial– que le posee. ¿Qué expectativas tenías de acogida? –¡Ninguna! Absolutamente ninguna. Mi actividad principal es, como ya te he dicho, la ilustración, la crítica, el ensayo, y también la narrativa. La  confianza en mi faceta poética era ninguna. Así que, una vez publicado el libro, volví a mis ocupaciones habituales y pensé que este proyecto –con ser hermoso– no pasaría del ejercicio ocioso de un circunstancial diletante.

 ¿Cuál fue el resultado? –Pues el resultado ha sido absolutamente sorprendente porque desde el principio empezaron a llegar críticas muy elogiosas sobre el libro. Eran críticas como para tener en cuenta de prestigiosos poetas reconocidos como Miguel Galanes, Fernando García Román, Alfonso Berrocal, Rafael Soler, Paco Caro… y reseñas muy favorables de otros tantos como Antonio Daganzo, Paco Castañón, Javier Mateo, Carmen Ortigosa… El éxito de ventas del poemario ha acompañado también a la buena acogida crítica, de modo que la primera edición se agotó este verano pasado y la editorial me propuso la publicación de una segunda edición ampliada que se acaba de presentar en Madrid este mes de enero de 2023.