MANU RAMOS. El juicio contra los 5 guardias civiles de Majadahonda, uno de los cuales propinó un puñetazo en la cara que le rompió un ojo, nariz y labio a un joven que iba borracho y había molestado a conductores de coches y peatones con una actitud agresiva, portando una botella con la que golpeaba los automóviles, se ha saldado este lunes 9 de octubre (2023) con un acuerdo entre la Fiscalía y los agentes: serán expulsados del cuerpo tras aceptar la inhabilitación profesional.
Según el relato del ministerio fiscal, sobre las 12:55 horas del domingo 1 de diciembre de 2019, los agentes recibieron un aviso porque en la calle Doctor Mariano Alcaraz de la localidad de Majadahonda, junto a la gasolinera situada en El Carralero, 2 jóvenes estaban causando desórdenes en la vía pública. Tres crónicas recogen el desarrollo del juicio, donde aparecieron más detalles: una testigo que en ese momento repostaba gasolina presenció el altercado, que además recogieron las cámaras de TV de la gasolinera donde se produjeron los hechos. «A la vista, los 2 agentes responsables de la agresión, que son, además, hermanos, llegaron con gesto serio y sin acercarse a los otros 3 acusados. Ninguno de los 5 entrará en prisión, según sostienen las defensas, pero los 2 hermanos serán expulsados de la Guardia Civil y los otros serán inhabilitados durante 1 año por cada uno de los delitos reconocidos e imputados, es decir, 2. Como atenuante, el hecho de que pagaron por adelantado la indemnización de 6.000 euros que debían pagar entre todos. Los 2 hermanos han aceptado 3 años y 9 meses de prisión por detención ilegal, delitos contra la integridad moral y falsedad en documento oficial. Por su parte, los 3 que ayudaron a falsear lo sucedido en el atestado han aceptado 1 año y 9 meses de prisión solo por los dos últimos», relata el periodista Alberto Muñoz. A continuación, MJD Magazin reproduce las 3 versiones del juicio y los datos más relevantes del mismo.
EUROPA PRESS. Cinco guardias civiles aceptan penas de prisión por pegar y detener sin motivo a un joven en Majadahonda. Una testigo relata cómo los agentes rodearon al chico y le propinaron golpes esposado y bajo la lluvia. Cinco guardias civiles han admitido este lunes 9 de octubre (2023) que propinaron el 1 de diciembre de 2019 una brutal paliza a un joven en una gasolinera de Majadahonda sin motivo aparente, agresión que quedó captada por las cámaras de seguridad y que presenciaron varios testigos. Ante la contundente prueba de cargo, los agentes han alcanzado un acuerdo de conformidad con la fiscal y las partes para lograr una reducción de la pena de diez años de prisión que se solicitaba en los escritos de acusación. Tres de los agentes han aceptado 1 año y 9 meses de cárcel y 2 años de inhabilitación por un delito contra la integridad moral y otro por falsificación de documento oficial en relación al atestado que confeccionaron para justificar su actuación, según han apuntado fuentes jurídicas. A los otros 2 guardias civiles se le suman en la condena 2 años de prisión por un delito de detención ilegal y otros 4 años de inhabilitación absoluta. Los letrados de los procesados han adelantado al tribunal que solicitarán en la fase de ejecución de sentencia la suspensión de la pena al no alcanzar ninguno de los delitos los 2 años de cárcel y no tener antecedentes penales.
LA TESTIGO QUE LO VIO TODO. La carga incriminatoria se sustentaba principalmente en las grabaciones y en el testimonio de una mujer que presenció la agresión cuando se encontraba en la gasolinera. Esa mañana estaba citada como testigo pero tras el acuerdo la vista se ha visto reducida a unos minutos. Ya en el exterior, la mujer ha relatado que ese día estaba echando gasolina cuando vio cómo un corrillo de agentes de la Guardia Civil golpeaba bajo la lluvia a un joven que estaba tirado en el suelo lleno de sangre y esposado. «Uno de los agentes me quitó el móvil porque pensaba que estaba grabando y me dijo que si no se lo daba, me podía detener», ha señalado la testigo en declaraciones a los medios. LOS DOS JOVENES «GOLPEABAN CON UNA BOTELLA DE CRISTAL» A LOS COCHES. El escrito de la Fiscalía refleja que sobre las 12.55 horas del 1 de diciembre de 2019 los agentes recibieron un aviso donde se les comunicaba que en una determinada zona de Majadahonda se encontraban dos jóvenes ebrios causando molestias a los conductores. En el aviso se alertaba de desórdenes en la vía pública por parte de la pareja, «en concreto a los vehículos que se encontraban circulando en las mismas, deteniendo los vehículos y golpeándolos con una botella de cristal, increpando e insultando a los conductores así como al resto de viandantes». Cuando los acusados llegaron al lugar de los hechos se encontraron con dos agentes de la Policía Local de Majadahonda quienes levantaron el acta/denuncia contra los dos jóvenes identificados como P. J. M. L. y R. S. V. y advirtieron a los guardia civiles de que las personas identificadas estaban «alteradas», si bien ya no se encontraban en el lugar de los hechos, pues lo habían abandonado tras la denuncia administrativa.
LOS DOS HERMANOS GUARDIAS CIVILES QUE LLEVARON LA VOZ «CANTANTE». A continuación, los agentes de la Guardia Civil regresaron a sus funciones de servicio de prevención y poco después, «e ignorándose exactamente las razones», acudieron a una gasolinera situada en las inmediaciones donde se habían producido los hechos. Allí, se encontraron a los dos jóvenes quienes fueron conducidos a la zona exterior del lavadero de la gasolinera. Pese a que ambos estaban arrinconados en una pared hablando con los agentes de la Guardia Civil, «de repente, sorpresiva y arbitrariamente, sin mediar previamente ninguna clase de comportamiento agresivo por parte de P. M. L.», este último comenzó a ser golpeado, con los puños cerrados, «reiterada e innecesariamente», por los acusados, los hermanos M. A. S. E. y L. M. S. E. quienes le derribaron. Tras caer el suelo continuaron con los golpes incluso cuando ya estaba inmovilizado. «Durante el trance de la agresión, no se reveló en ningún momento contra los agentes con TIP Nº D56254C y con TIP Nº Z75888Z, asumiendo el padecimiento físico al que estaba siendo sometido sin ejercer defensa alguna», señala el fiscal. Es más, la víctima nunca arremetió contra los agentes de la Guardia Civil «ni antes ni durante ni después de estar siendo golpeado por estos últimos, quedando reducido y engrilletado infundadamente con las manos a la espalda y con todo el cuerpo boca abajo durante aproximadamente diez minutos con el frio y el suelo mojado por la lluvia».
LOS DOS JOVENES: UNO RECIBIO GOLPES, EL OTRO DENUNCIADO. R, S. Villalba, amigo de Pablo, fue denunciado administrativamente por desobediencia a los agentes de la autoridad. Los otros 3 acusados presentes en el lugar de los hechos, D. M. J., A. S. C. y F. J. N. B., incumplieron, según la Fiscalía, los deberes «inherentes» a su condición de agentes de la Guardia Civil porque pese a observar la conducta violenta de sus otros compañeros, «y teniendo todos ellos la posibilidad de intervenir», no mostraron descuerdo alguno. Ni siquiera se interpusieron a fin de evitar que P. J. M. L. pudieran seguir recibiendo golpes incluso cuando se encontraba «innecesariamente» engrilletado «con las manos a la espalda, boca abajo, con el frío y el suelo mojado por la lluvia». La víctima de la paliza fue introducida a continuación en el vehículo de los agentes y conducido a dependencias policiales donde, según consta en la diligencia de detención e información, los hermanos M. A. S. E. y L. M. S. E. procedieron a dicha detención «con conocimiento de que no existía causa legal para ello». P. J. M. L. , tras un primer reconocimiento médico subsiguiente a la detención, y una vez en dependencias policiales, fue trasladado por segunda vez al médico a causa de una herida en el interior de la boca, regresando a las dependencias policiales y permaneciendo en calabozos durante toda la noche del día 1 de diciembre de 2019. ATESTADO POLICIAL FALSO. Los 5 acusados, «con el fin de justificarse y de eximirse cada uno de ellos de las respectivas responsabilidades por su actuación precedente», confeccionaron un atestado firmado por ellos mismos como fuerza actuante donde narraban «unos hechos al margen de la realidad». Dicho atestado se presentó ante el Juzgado de Instrucción Nº 3 de Majadahonda, que incoó en fecha 2 de diciembre de 2019 las Diligencias Previas Nº 720/2019 contra P. J. M. L. por delito de atentado, acordándose por Auto de fecha 2 de diciembre de 2019 su libertad provisional.
AGENCIA EFE. Cinco guardias civiles aceptan penas de prisión por apalizar a un joven al que detuvieron sin motivo en Majadahonda (Madrid). Los agentes alcanzan un acuerdo de conformidad con la Fiscalía y evitan la celebración del juicio. Cinco agentes de la Guardia Civil han aceptado penas de hasta 3 años y 9 meses de prisión por dar una paliza a un joven al que detuvieron sin motivo y cuando estaba inmovilizado en la parte trasera de una gasolinera en la localidad madrileña de Fuenlabrada. Los cinco funcionarios, que también falsificaron el atestado de la intervención, han evitado la celebración del juicio, prevista para este lunes, al llegar a un acuerdo con la Fiscalía. Dos de los agentes acusados por apalizar a la víctima, que además son hermanos, han aceptado un total de 3 años y 9 meses de cárcel. Asimismo, han aceptado 4 años de inhabilitación absoluta por el delito de detención ilegal, por lo que podrán ser apartados del cuerpo. Los otros 3 agentes, que no participaron en la agresión, han aceptado 1 año y 9 meses de prisión por los delitos de falsificación documental y contra la integridad moral. Para los dos hermanos la Fiscalía pedía en su escrito de acusación 10 años de cárcel, mientras que para los otros tres solicitaba penas de 4 años y 6 meses de prisión. EL INCIDENTE FUE EN EL CARRALERO Y YA ESTABAN BORRACHOS A LA 1 DE LA TARDE DEL DOMINGO. Según el relato del ministerio fiscal, sobre las 12:55 horas del domingo 1 de diciembre de 2019 los agentes recibieron un aviso porque en la calle Doctor Mariano Alcaraz de la localidad madrileña de Majadahonda dos jóvenes estaban causando desórdenes en la vía pública. En concreto, estaban deteniendo a los vehículos que estaban circulando y “golpeándolos con una botella de cristal, increpando e insultando a los conductores así como al resto de viandantes”. Cuando los acusados llegaron al lugar, los agentes de la Policía Local les explicaron que ya habían levantado un acta contra los dos jóvenes y que ambos se habían marchado tras la denuncia administrativa. Sin embargo, los 5 guardias civiles acudieron a una gasolinera situada en las inmediaciones y allí encontraron a los dos jóvenes, quienes fueron conducidos a la zona exterior del lavadero del establecimiento.
«EL JOVEN HERIDO FUE TRASLADADO 2 VECES AL MÉDICO CON HERIDAS LEVES Y PASÓ LA NOCHE EN EL CALABOZO». Estando ambos arrinconados en una pared hablando con los agentes, “de repente, sorpresiva y arbitrariamente, sin mediar previamente ninguna clase de comportamiento agresivo” por ninguno de los jóvenes, dos de los guardias pegaron puñetazos a uno de ellos “reiterada e innecesariamente” y le derribaron, según indica el escrito fiscal. Tras caer el suelo continuaron con los golpes, “asumiendo el padecimiento físico al que estaba siendo sometido sin ejercer defensa alguna” y sin arremeter contra los agentes “ni antes ni durante ni después” de estar siendo golpeados. El joven quedó “reducido y engrilletado infundadamente con las manos a la espalda y con todo el cuerpo boca abajo durante aproximadamente 10 minutos con el frío y el suelo mojado por la lluvia”. La víctima de la agresión fue introducida a continuación en el vehículo de los agentes y conducida a dependencias policiales, donde los dos guardias civiles que le habían golpeado le detuvieron “con conocimiento de que no existía causa legal para ello”. El joven herido fue trasladado 2 veces al médico con heridas leves y pasó la noche en el calabozo. Los 5 acusados, “con el fin de justificarse y de eximirse cada uno de ellos de las respectivas responsabilidades por su actuación precedente”, confeccionaron un atestado firmado por ellos mismos como fuerza actuante donde narraban “unos hechos al margen de la realidad”.
DIARIO SPORT (Alberto Muñoz). Los guardias civiles que dieron una paliza a un joven y falsearon el atestado podrían evitar la cárcel. Arrinconaron a dos jóvenes en un lavadero de coches y le golpearon durante 10 minutos. La Fiscalía pedía para ellos entre diez y cuatro años y medio de prisión. En el suelo, boca abajo y engrilletado con las manos a la espalda, Pablo no pudo hacer nada para defenderse. Tampoco habría mejorado su situación: quienes le golpearon durante 10 minutos fueron dos guardias civiles que le habían arrinconado a él en el lavadero de coches de una gasolinera. Los otros tres miembros de la Benemérita allí presentes no se unieron a la paliza, pero tampoco la evitaron. De hecho lo que sí hicieron, considera probado la justicia, es ayudar a los otros dos a falsear el atestado para que no se supiera lo ocurrido. Este lunes, la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a los cinco a penas de entre un año y nueve meses y 3 años y nueve meses de prisión, pero ninguno de ellos entrará en la cárcel.
LA POLICIA LOCAL HABIA MULTADO ANTES A LOS JOVENES. La Fiscalía Provincial de Madrid, sin embargo, pedía para ellos entre 4 años y medio y 10 años de prisión. Todo, según explica el relato que lleva a cabo el Fiscal, después de que ese 1 de diciembre de 2019, 2 jóvenes en estado de embriaguez fueran denunciados por 2 miembros de la Policía Local de Majadahonda por disturbios en la vía pública. “En concreto [estaban molestando] a los vehículos que se encontraban circulando, deteniéndolos y golpeándolos con una botella de cristal, increpando e insultando a los conductores así como al resto de viandantes”. Al lugar de los hechos llegaron los guardias civiles ahora condenados, pero los agentes locales les advirtieron que las personas identificadas estaban “alteradas” y que habían abandonado el lugar de los hechos después de haber sido multados. Sin embargo, “ignorándose exactamente las razones”, los guardias civiles decidieron acudir a una gasolinera situada en las inmediaciones, donde se encontraba la víctima, quien fue conducido a la zona exterior del lavadero de la gasolinera. «NADIE HIZO NADA POR AYUDARLE, PERO TODO QUEDÓ GRABADO EN LAS CÁMARAS DE LA GASOLINERA». Pese a que estaba arrinconada en una pared hablando con los agentes de la Guardia Civil, “de repente, sorpresiva y arbitrariamente, sin mediar previamente ninguna clase de comportamiento agresivo por parte de P. J.M. L.”, este último comenzó a ser golpeado, con los puños cerrados, “reiterada e innecesariamente”, por los guardias civiles acusados, los hermanos M. A. S. E. y L. M. S. E. quienes le derribaron. Tras caer el suelo continuaron con los golpes incluso cuando ya estaba inmovilizado. «No se movía. No paraban de darle patadas y estaba cubierto de sangre. Cuando cogí el teléfono para intentar llamar a mi hija y contarle lo que estaba sucediendo, uno de ellos se acercó a mí para intentar requisármelo por si acaso estaba grabando», explicó una testigo a la salida de la Audiencia Provincial. «Nadie hizo nada por ayudarle, pero todo quedó grabado en las cámaras de la gasolinera». Una versión que confirmó la Fiscalía en su relato de los hechos: “Durante el trance de la agresión, no se reveló en ningún momento contra los agentes, asumiendo el padecimiento físico al que estaba siendo sometido sin ejercer defensa alguna”, sostiene el relato de la Fiscalía, que apunta que el joven no respondió a la agresión “ni antes ni durante ni después de estar siendo golpeado por estos últimos, quedando reducido y engrilletado infundadamente con las manos a la espalda y con todo el cuerpo boca abajo durante aproximadamente 10 minutos con el frío y el suelo mojado por la lluvia”. Por su parte, el amigo de Pablo fue denunciado administrativamente por desobediencia a los agentes de la autoridad.
PASIVIDAD Y FALSEO DEL ATESTADO. Los otros tres acusados presentes en el lugar de los hechos, D. M. J., A. S. C. y F. J. N. B., incumplieron, según la Fiscalía, los deberes “inherentes” a su condición de agentes de la Guardia Civil porque pese a observar la conducta violenta de sus otros compañeros, “y teniendo todos ellos la posibilidad de intervenir”, no mostraron descuerdo alguno. Ni siquiera se interpusieron a fin de evitar que P. J. M. L. pudieran seguir recibiendo golpes incluso cuando se encontraba “innecesariamente” engrilletado “con las manos a la espalda, boca abajo, con el frio y el suelo mojado por la lluvia”. La víctima de la paliza fue introducida a continuación en el vehículo de los agentes y conducido a dependencias policiales donde, según consta en la diligencia de detención e información, los hermanos M. A. S. E. y L. M. S. E. procedieron a dicha detención “con conocimiento de que no existía causa legal para ello”. P. J. M. L. , tras un primer reconocimiento médico subsiguiente a la detención, y una vez en dependencias policiales, fue trasladado por segunda vez al médico a causa de una herida en el interior de la boca, regresando a las dependencias policiales y permaneciendo en calabazos durante toda la noche del día 1 de diciembre de 2019. Los 5 acusados, “con el fin de justificarse y de eximirse cada uno de ellos de las respectivas responsabilidades por su actuación precedente”, confeccionaron un atestado firmado por ellos mismos como fuerza actuante donde narraban “unos hechos al margen de la realidad”. Dicho atestado se presentó ante el Juzgado de Instrucción Nº 3 de Majadahonda, que incoó en fecha 2 de diciembre de 2019 las Diligencias Previas Nº 720/2019 contra P. J. M. L. por delito de atentado, acordándose por Auto de fecha 2 de diciembre de 2019 su libertad provisional.
Expulsados » de verdaz» o trasladados???
Una carrera laboral tirada a la basura por culpa de unos niñatos