MIGUEL SANCHIZ. En esta tercera y última entrega de la entrevista para «Gente Maja que se Moja» realizada en la semana del 20-24 de noviembre (2023) con Isabel Navarrete (Madrid, 1995), que acababa de regresar del Líbano, esta joven experta en el área de Defensa continua narrando sus experiencias como investigadora en el Ejército. Y cuando se le pregunta qué mensaje o recomendaciones principales le gustaría compartir con la comunidad internacional basados en sus hallazgos, Isabel Navarrete responde con rotundidad: «Lograr la paz en tiempos de desinformación e infoxicación será muy complicado si las guerras y los fenómenos de extrema violencia, como el terrorismo, no son investigados científicamente por profesionales de las Ciencias Sociales. La guerra es un fenómeno más peligroso ahora de lo que ha sido nunca debido a la alta tecnología empleada para ella. Por ello, las Universidades y Centros de Estudios deberían enfocar esfuerzos en estudiar la guerra con carácter urgente. Apoyar, promover y difundir esta clase de investigación puede no ser la prioridad para invertir, pues otros fenómenos, como las enfermedades, o el avance tecnológico, tienen mucho más respaldo socio-económico; lo cual no implica que los estudios sobre la guerra no puedan tener un hueco en nuestro imaginario. Si nos imaginamos un mundo sin cáncer, ¿por qué no podemos imaginar un mundo sin guerra?.
P: ¿Cómo se relaciona tu investigación con el panorama político actual en Líbano?. Isabel Navarrete: En Líbano se encuentra UNIFIL, o Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano desde 2006. España comanda actualmente el despliegue del sector Este de dicha misión, y su principal objetivo es asegurar que se cumplen los compromisos de paz alcanzados entre Israel y Líbano, vigilando de forma permanente la frontera que separa ambos países, conocida como Blue Line. Mi investigación se encuentra enfocada en el estudio de la vida diaria de los militares españoles en esta misión: sus trabajos diarios, hábitos, costumbres… El estudio y la experimentación de estos elementos me aporta información relevante sobre conceptos como la guerra y la paz, y me permite comprender mejor en qué consiste una misión de paz, y qué tipo de trabajos realizan los militares españoles fuera de nuestras fronteras. Es decir, no trato tanto de estudiar el panorama político de Líbano, que sí es importante para la investigación, sino las consecuencias a nivel internacional y militar del mismo, y cómo estas consecuencias son asumidas por los militares españoles.
P: ¿Has identificado buenas prácticas o lecciones que otros países o regiones puedan aprender de la experiencia libanesa? I. N: La BRILIB o Brigada Libre Hidalgo, compuesta principalmente por militares españoles, y otras brigadas destinadas en misiones internacionales en las que participa España, dan cuenta de cuán importante es la colaboración internacional, y lo esencial que es el compañerismo entre distintos países y culturas para lograr un único objetivo: la paz. En las misiones no sólo se comparte espacio y órdenes, los militares comparten modos de vida, tradiciones, costumbres, hábitos y objetivos que los hacen iguales independientemente de su nacionalidad. Esto es, en mi opinión, una buena práctica, imprescindible para nuestro mundo globalizado: necesitamos experimentar la igualdad, sabernos iguales, para no enfrentarnos entre nosotros y lograr que otros no se enfrenten entre sí. Así, la lección que se desprende es que la empatía y el compañerismo forman parte de la Cultura de Seguridad y Defensa, y es una de las fuerzas más importantes para lograr la paz.
¿Cuáles son tus planes o próximos pasos después de completar tu tesis doctoral? I. N: El objetivo final para realizar este tipo de investigaciones es altamente ambicioso: se trata de aportar herramientas que logren acabar con las guerras y la violencia extrema organizada, o, al menos, mitigar sus consecuencias. Por ello, esta tesis la considero como el inicio de un largo y complejo camino en el que el siguiente paso es realizar otra tesis, esta vez en el ámbito criminológico y jurídico, sobre los crímenes y criminales de guerra. Quiero proponer, en las Ciencias Sociales, que el ámbito bélico sea un objeto de estudio prioritario y acuciante. Y motivar a otros compañeros interesados, incluidos psicólogos, médicos forenses, periodistas, artistas, políticos e ingenieros, a participar en proyectos comunes dedicados a la Cultura de Seguridad y Defensa, con un enfoque eminentemente práctico y dedicado a la paz. Crear comunidades, como asociaciones e institutos, dedicadas al estudio práctico de la guerra es, desde todas las perspectivas, beneficioso para la paz: lograr la paz implica conocer la guerra. Sería increíble poder contar con un Cuerpo Internacional de investigadores científicos destinados a mediar en conflictos, comprender sus orígenes, comunicar sus experiencias en ellos y ofrecer información relevante para la resolución de los mismos, como pruebas judiciales, o soluciones para la protección de civiles amparadas en el Derecho Internacional Humanitario.
Nos » comeria» el komunismo, es lo que quieren.
Una gran entrwvista de un gran periodista y una gran investigadora. BRAVO!!