Javier González, director de «Percubrass» y trompetista: orquesta de cámara con bailes de tango en Majadahonda

ELENA MARTICORENA. El profesor de trompeta en el Conservatorio Profesional de Música de Majadahonda, Javier González Iglesias, es el artífice del proyecto «Percubrass» del que es su director. Con él compartimos una interesante charla para saber más de «Percubrass» y los músicos que lo componen. ¿De dónde procede el nombre de Percubrass? –Percubrass engloba a los instrumentos de viento-metal y percusión. «Percu» de percursión y «brass» de metal, de viento-metal en inglés. ¿Quiénes componen el proyecto? –Alumnos del Conservatorio Profesional de Música de Majadahonda, profesores y también antiguos alumnos. Todos están encantados de formar parte del proyecto, que incorpora elementos diferentes a los que hay en cualquier otro tipo de orquesta. Nuestro espectáculo incluye un juego de luces, de escena, voz y danza. Mezclamos estilos y ofrecemos algo nuevo y diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Estos conciertos duran una hora y cinco aproximadamente y sobre el escenario hay 38 músicos.

¿Que es necesario aportar para formar parte de «Percubrass»?  –Sobre todo ganas, y de eso les sobra, porque se lo pasan muy bien a pesar de que los primeros años fueron más duros. Al principio no encajaron bien que en vez de tocar, en algún momento del espectáculo bailasen, por ejemplo, un tango. Ahora se ofrecen todos voluntarios para hacer todas esas cosas diferentes. Trabajan muchísimo con su instrumento, a nivel individual, para conserguir que en conjunto la música suene bien. ¿Qué crees que has aportado al equipo? –Yo creo que sobre todo han hecho un grupo humano que es muy importante en el conservatorio. Cuando vienes y te encuentras con tus amigos, ya tienes una actitud distinta que si solo vienes a tus clases a tocar el instrumento. Esto les ha aportado un núcleo cerrado de amistad entre ellos. Creo que en el terreno personal les ha aportado bastante para acudir a sus clases y ensayos con ese puntito de alegría, que a veces es tan necesario en una formación como es el Conservatorio Profesional de Música. 

¿Cuándo nace el proyecto «Percubrass»? –Nace en 2012, que fue el primer año que yo llegué al Conservatorio profesional de Majadahonda. Al ver que faltaban algunos instrumentos, que por desgracia a día de hoy siguen faltando, como es la tuba, me metí en este proyecto para poder traer a gente de fuera y que pudieran hacer un poco de música de cámara a gran escala, poder contar con instrumentos como la tuba o la percusión al completo. Hacer un grupo de música de cámara un poco más grande de lo que se puede hacer en el aula o de lo que representa la propia asignatura de música de cámara. Además, la asignatura de música de cámara debería ser uno de los pilares sobre los que girara todo el centro, porque en ella los alumnos se juntan y pueden trabajar con otros compañeros de diferentes instrumentos. Quería que todos los instrumentos de metal y percusión coincidieran en una orquesta y no solo en grupos de cuatro o cinco.

¿Es «Percubrass» una asignatura más del conservatorio? –Lo estamos haciendo aparte, un trabajo vocacional porque a veces ensayamos los viernes por la tarde o los sábados por la mañana. El proyecto ha funcionado siempre muy bien, aunque tuvimos que parar durante la época más dura de la pandemia y ahora es cuando estamos volviendo a retomar los ensayos. De hecho, el concierto benéfico a favor de Ucrania fue el primero que hicimos desde la pandemia. Al ser instrumentos de viento no era posible tocarlos sin usar mascarilla. Y este curso, nos han facilitado un horario fijo, dentro de este segundo trimestre, en el que puedo trabajar con los alumnos de viento-metal. Mientras ellos ensayan conmigo, los alumnos de cuerda y de viento-madera ensayan en la asignatura de orquesta.